Madre venezolana-israelí habla desde un kibbutz cerca de Gaza: "Solo queremos poder dormir tranquilos"

13 noviembre, 2018 , ,

Karen Halperin nació en Caracas y vive en el Kibbutz Bror Hayil, muy cerca de la Franja de Gaza, desde hace 18 años. En las últimas horas ha vivido momentos muy difíciles con el lanzamiento de 300 cohetes desde la Gaza hacia Israel, muchos de los cuales han caído en las cercanías del lugar donde vive.
«Hace muchos años que ya no hay paz en esta zona», cuenta Karen en una entrevista exclusiva con Aurora. «Nosotros decidimos venir para acá porque creemos que es uno de los mejores lugares de Israel para nuestra familia, pero ahora la situación es imposible».
Karen recuerda hace muchos años cuando la realidad frente a la Franja de Gaza era diferente: «Recuerdo que los trabajadores árabes de Gaza que venían al Kibutz nos traían Humus y Labaneh de la franja. Yo por ejemplo trabajaba en el naranjal y quien me enseñó a trabajar era un árabe de Gaza» y agrega que «sabemos que se puede vivir de otra manera».
Karen es madre de 3 niños: dos gemelos de 11 años y una niña de 6: «Hoy se despertaron a un día sin colegio. Al principio estaban contentos pero después estaban aburridos. A todos nos tocó quedarnos en casa, cerca del refugio antimisiles».
Sobre la noche que vivirán hoy Karen cuenta que los niños «ya están acostados en el refugio, van a pasar ahí la noche. Nosotros no sé si podremos dormir del todo. Hacemos todo lo posible para que los niños no sientan la situación pero cuando les toca dormir en el refugio es porque les toca. A veces incluso piden dormir ahí porque se sienten más seguros».
«¿Voy a tener tiempo de llegar desde la heladera del supermercado hasta el refugio en 15 segundos?»
Karen cuenta de la realidad que viven todos los días y los «cálculos» que deben hacer en su día a día: «Hay días que nos preguntamos quién tiene que salir a pasear al perro porque es peligroso hacerlo. Hoy por ejemplo lo tuvo que hacer mi marido. Los niños en los kibutzim de la zona tienen a veces que decidir por cuál de las veredas caminar para poder llegar más rápido a un refugio». Además agrega que «en días como hoy la casa está más limpia que nunca, no hay nada en el piso para no tropezarnos por si toca correr al refugio».
Karen cuenta sobre su propia experiencia: «Yo llevo años sin ir al supermercado porque me da miedo. ¿Voy a tener tiempo de llegar desde la heladera del mercado hasta el refugio en 15 segundos? Mejor pido las compras por internet. No puedo hacer otra cosa».
En la propia casa de Karen cayó un globo incendiario durante el verano: «Por suerte llegó apagado y no explotó. A los niños de la zona ahora le dan miedo los globos, les dan miedo los cometas, cosas que deberían ser juguetes para niños. Están creciendo con un trauma».
Sobre la posible solución a este conflicto Karen hace un claro llamado al gobierno israelí: «Puede ser que no se puede hacer la paz con el Hamas, pero esto no puede seguir así, es imposible. No sé cuál es la solución, los que deben saberlo son los que nos gobiernan. Para eso están, trabajan para nosotros los israelíes y deben dar respuestas».
Karen tiene también un mensaje muy especial de una madre israelí a una madre palestina: «Las dos queremos que nuestros hijos duerman tranquilos. No podemos seguir sembrando este odio tan terrible entre nuestros pueblos. No sé cómo pero hay que acabar esto, estamos hartos».
Sobre la situación en Gaza comenta que «cuando ponen a niños en el frente, no hay nada que podamos hacer. La vida en Gaza es insoportable y quienes viven ahí ya no tienen nada que perder. Están dispuestos a quedar inválidos yendo a una manifestación en la que les pagan 90 shekels. El Hamas llevó a su pueblo a un punto imposible. La gente que vive ahí son realmente pobrecitos, pero ellos decidieron que el Hamás esté ahí y lo pueden cambiar». Además señala que «Israel necesita un verdadero partner para la paz».
A su vez Karen hace un llamado al público de habla hispana en el mundo para que conozcan la realidad que están viviendo: «El mundo no nos ayuda, no nos entiende.. Queremos dormir tranquilos, eso es todo. No estamos pidiendo nada demasiado extraño».

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