Los ultraortodoxos aflojan su presión a la coalición

12 marzo, 2018
Foto Knéset

Los ultraortodoxos han cedido en su presión para promover un proyecto de ley que los exima completamente de ser reclutados al ejército, amenazando con retirarse del gobierno, tras un nuevo acuerdo entre el primer ministro Biniamín Netanyahu y el viceministro de Salud, Yaakov Litzman (Judaísmo Unido de la Torá), que luego fue aprobado por el Consejo de Sabios de la Torá.

La nueva versión del proyecto de ley se enviará a una lectura preliminar de la Knéset, sin que los miembros del partido del ministro de Defensa, Avigdor Lieberman (Israel Beitenu, que se opone al proyecto) tengan que votar.

El proyecto de ley se basa en un acuerdo marco presentado por el diputado del partido ultraortodoxo sefardí Shas Yoav Ben-Tzur, que establece un objetivo de 3.800 soldados ultraortodoxos que se unirán al ejército y al servicio nacional con cada ciclo de reclutamiento y su número aumentará gradualmente.

Además, la ley omitirá cualquier sanción o incentivo y en su lugar incluye un artículo que establece que el gobierno inspeccionará las cuotas de reclutamiento generales cada cinco años y, si encuentra que los conscriptos ultraortodoxos no las cumplen, la ley expirará.

A pesar de las estimaciones de que no se ha llegado a un acuerdo con los partidos ultraortodoxos, el Likud aún sigue sin saber cómo resolver la crisis política con Liberman, quien se negó rotundamente a votar sobre proyectos de ley no promulgados por un comité profesional de defensa.

Otro problema que queda por abordar son las declaraciones del ministro de Defensa sobre los miembros de su partido que votarán en contra del proyecto de ley. Si Liberman cumple con esta amenaza, será despedido sumariamente.

Una fuente del Likud expresó cierto optimismo al concluir la reunión de Litzman con el primer ministro. “Estamos tratando de promover un compromiso con los jaredíes, pero también se requiere el asentimiento de Liberman”, dijo.

Fuentes parlamentarias afirman que los ultraortodoxos prefirieron aflojar su presión dado que la parte del presupuesto correspondiente a la ayuda económica a sus yeshivot (academias talmúdicas) promete ser la mayor recibida jamás.

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