Los nuevos movimientos hacia un acuerdo de paz deben tener en cuenta la opinión pública israelí

2 abril, 2017
Foto: GPO Avi Ohayon

General de Brigada (retirado) Yossi Kuperwasser

Una encuesta realizada por la reconocida encuestadora israelí Dra. Mina Tzemaj para el Jerusalem Center for Public Affairs con el fin de examinar las actitudes de la población judía en Israel con respecto al conflicto con los palestinos encontró una disminución significativa del apoyo a los parámetros de Clinton (incluyendo el establecimiento de un Estado palestino desmilitarizado y la división de la soberanía en Jerusalén). El 59% de apoyo en 2005 se redujo al 29% hoy en día. El 69% no cree que las negociaciones conducirán a un acuerdo en los próximos años, y sólo el 29% piensa que hay una posibilidad de un acuerdo. El 57% se opone a la creación de un Estado palestino, incluso si Israel mantiene los bloques de asentamientos, y el 37% apoya un Estado palestino. El 77% se opone a un Estado palestino en todo el territorio de Cisjordania, y el 17% lo apoya. El 71% está a favor de condicionar el acuerdo de paz al reconocimiento palestino de Israel como el Estado-nación del pueblo judío; mientras que el 20% no cree tal reconocimiento es esencial. El 81% atribuye importancia al control continuo de la seguridad israelí en el Valle del Jordán en cualquier arreglo, y sólo el 8% cree que esto no es importante. En cuanto a Jerusalén, el 41%  apoya transferir los barrios árabes de Jerusalén a la soberanía palestina en el marco de un acuerdo, mientras que el 50% se opone a eso, y el 83% se opone a la transferencia de la soberanía sobre el Monte del Templo de Israel a los palestinos.

Del lado palestino, por su parte, continúan los esfuerzos para promover la narrativa palestina, según la cual los judíos no son un «pueblo» con una historia real de soberanía en la Tierra de Israel, por lo que los palestinos tienen derechos exclusivos a un estado sobre toda la tierra. Por lo tanto, su lucha contra el sionismo no es terrorismo, sino una lucha legítima por la liberación nacional. En su visita a Berlín, el 24 de marzo, Abbás volvió a presentar a los palestinos como los descendientes directos de los cananeos, y los palestinos continúan preocupados con la exigencia a Gran Bretaña de que se retracte de la Declaración Balfour. En la cumbre árabe en Amman, los palestinos trataron de convencer a sus hermanos árabes de que diferencien el terror contra Occidente -que ha de ser condenado universalmente- de la lucha árabe contra Israel. También siguen pagando -de acuerdo con la ley palestina- los salarios a los terroristas palestinos encarcelados en Israel y a las familias de los «mártires» muertos en la lucha contra el sionismo. Todo esto a pesar de los avances legislativos en el Congreso, que ha instado a cesar la ayuda económica de Estados Unidos, mientras continúen estos pagos. Esto también a pesar de que el ministro de Defensa israelí designó al Fondo Nacional Palestina (el Ministerio de Finanzas de la OLP) -que hace los pagos en nombre de la Autoridad Palestina- como una organización terrorista.

Sin el apoyo de la opinión pública israelí a un acuerdo que responda a las exigencias mínimas de los palestinos (un estado independiente en casi todos los territorios ocupados en 1967, incluyendo a Jerusalén oriental y el Monte del Templo, y la solución del problema de los refugiados, sin reconocer a Israel como el estado-nación del pueblo judío -es decir, sin poner realmente fin al conflicto-), es difícil ver cómo se puede llegar a un acuerdo de este tipo.

Foto: Policía de Israel
Foto: Policía de Israel

La encuesta muestra que el público judío en Israel es mucho más sospechoso de las intenciones palestinas y mucho más consciente de los peligros de seguridad derivados de las intenciones palestinas y la realidad regional. Abbás entiende esta tendencia lo suficientemente bien y con el fin de frenar su escalada, hace exactamente un año ordenó el fin de la ola de atropellamientos y ataques con armas blancas por temor a que el centro y la izquierda del espectro del público judío retire su apoyo a la versión palestina de la solución de dos estados -es decir, dos estados, pero no para dos pueblos si uno de ellos es el pueblo judío-.

En este contexto, la nueva Administración estadounidense está tratando de examinar la manera de resolver el conflicto o, al menos, de tratar con él. Hay tres opciones: la promoción de una solución global a través de la negociación directa o por medio de negociaciones regionales, la aceptación de medidas unilaterales que cambien el status quo sin un acuerdo (ya sea en la forma de una retirada unilateral de Israel según lo propuesto por varios elementos en Israel, o en el formato que los palestinos están tratando de promover, es decir, el reconocimiento europeo unilateral y la presión internacional sobre Israel para que deje de construir y acepte las posiciones palestinas sin negociaciones, o la anexión que la derecha israelí propone), o para preservar el status quo, fomentando al mismo tiempo cambios específicos, especialmente en el ámbito económico.

Jason Greenblatt y Mahmud Abbas Foto: Presidencia de la Autoridad Palestina vía Facebook
Jason Greenblatt y Mahmud Abbas Foto: Presidencia de la Autoridad Palestina vía Facebook

Los resultados de la encuesta deben dejar en claro a aquellos que desean promover un acuerdo que si quieren tener éxito, a diferencia de sus predecesores, en promover una solución general, el primer paso debe ser la mejora de la confianza del público israelí en las posibilidades de éxito de cualquier acuerdo y por lo tanto aumentar su disposición a hacer concesiones. La única manera de lograr esto es intentar lograr que los palestinos cambien su narrativa, eviten la acción unilateral en los marcos internacionales y detengan los pagos de salarios a los terroristas y su representación como héroes y modelos a seguir en el marco de la incitación palestina. Cualquier intento internacional de ignorar la espantosa realidad de la posición palestina dañará las posibilidades de lograr este objetivo y animará a los palestinos a continuar con su enfoque violento.

Mientras tanto, parece que la presión de la Administración se centra sólo en el tema de los asentamientos, pero ha evitado explícitamente respaldar la solución de dos estados, y su negativa a afirmar que «es imposible mantener el statu quo» puede indicar una mejor comprensión de la compleja realidad. La nueva administración también se ha abstenido de hacer uso de la desgastado falsa alarma, que fue adoptada por Obama, de que el status quo requiere a Israel que decida entre su identidad judía y su naturaleza democrática, como si existiera la posibilidad de una solución de un estado en la que Israel sencillamente anexaría Gaza y el territorio de la Autoridad Palestina en Cisjordania. ¡No existe tal posibilidad!

La encuesta proporciona a la Administración estadounidense un cuadro que refleja con precisión los puntos de vista de la opinión pública judía en Israel, que es el factor clave para la formación de políticas para el futuro. Espero que Washington saque las conclusiones correctas de esta encuesta.

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs

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