Los ministros “ocultos” de Netanyahu

8 noviembre, 2017 , ,

Los escasos detalles que se filtran de la investigación policial del “Caso 3000” -o el escándalo de la compra de los submarinos alemanes- nos alcanzan para desayunarnos con que el Gobierno contaba en la práctica con una suerte de “ministros ocultos” que manejaban asuntos extremadamente delicados: Yitzhak Molcho en la esfera de Exteriores y Defensa, y David Shimron en el ámbito de Interior y Economía.
Para todos los efectos, se trataba aparentemente de una especie de “Estado familiar”, o si se quiere paralelo, creado por el primer ministro, Biniamín Netanyahu, para –desde su punto de vista- agilizar su estilo de conducción.
Es cierto que los mandatarios de todos los gobiernos, y también en otros países, se han valido de individuos privados que de vez en cuando, o excepcionalmente, operan como facilitadores en asuntos sensibles. Pero pareciera que por la frecuencia de la intromisión aquí, este no es el caso.
Es prerrogativa del mandatario rellenar cargos políticos con personas de su confianza. Sin embargo, en países un poco más organizados esto debe hacerse bajo las regulaciones. Para poner el caso, el presidente norteamericano, Donald Trump, se vio obligado a formalizar la posición de su yerno, Jared Kushner, como asesor para las negociaciones en el Oriente Medio.
La zona gris o la mezcla de los asuntos públicos y privados generalmente no termina bien y los intereses pueden confundirse como aparentemente sospecha la policía en este caso.
Lo peor de todo es que tanto las actividades de Molcho como las de Shimron estaban ocasionalmente a la vista. Por lo que el periodismo y la oposición política, como contralores del sistema, parecen haberse dormido en los laureles.
Mientras tanto, el primer ministro está tratando de que sus aliados políticos saquen de la galera leyes que lo salven de una eventual investigación policial en otros dos posibles casos por presunta corrupción.
Sin embargo, el país debería manejarse con cautela y no ser expuesto al riesgo de socavar la independencia de la justicia frente al poder político. Los académicos saben bien que el crédito necesario para mover la economía depende en gran medida de la confianza en la independencia de la justicia.
Pablo Sklarevich

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