Los ministros israelíes piensan en elecciones cuando hablan de Gaza

Efectivos de Hamas en Gaza

Pablo Sklarevich
La riña verbal entre los ministros de Defensa, Avigdor Liberman, y de Educación, Naftalí Bennett, líderes del partido secular Israel Beitenu y el religioso nacional Habait Haiehudí, respectivamente, en torno a la política con respecto a Gaza, parecería ser el disparo de apertura de la carrera electoral. Los ministros, que se disputan casi el mismo nicho electoral de la derecha, seguramente creen  que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, tiene planeado adelantar unos meses las elecciones para fines de enero, febrero o principios de marzo, opina el analista de la radio estatal Kan, Hanan Kristal.
Bennett reclama una cuota mayor de mano dura. Pero los analistas desestiman que exista algún escenario en el seno de Gabinete que gire en torno a una posible reconquista de Gaza.
El arreglo entre Israel y Hamás, se puede ver como un edificio de cuatro pisos, pero la edificación se ha quedado estancada en los niveles intermedios por el fracaso del grupo terrorista islámico y del movimiento Fatah -columna vertebral de la OLP y a la Autoridad Palestina- de alcanzar un acuerdo.
El presidente palestino, Mahmud Abbás, teme que un arreglo entre Israel y Hamas, que lo deje afuera y vuelva a la entidad que dirige completamente irrelevante. Por eso, ha redoblado la apuesta y anunciado el corte de los fondos para los empleados públicos de Gaza, exigiendo que la Franja vuelva a su dominio. Como si eso fuera poco, la Administración Trump recortó los dineros para UNRWA, la agencia que según Israel se dedica desde hace setenta años a eternizar la existencia de los “refugiados” palestinos, transfiriendo esa prerrogativa de una generación  a otra (a diferencia de lo que sucede y ha sucedido con el resto de los refugiados del mundo).
Hamás teme que la crisis de Gaza le explote en la cara. Por eso trata de canalizar la presión popular mediante la intensificación de los enfrentamientos en la frontera con Israel. Aumentó el número de focos de la protesta. Las manifestaciones ya no son semanales sino casi diarias, al igual que las flotillas que tratan de romper el bloqueo. También creció la cifra de granadas y artefactos explosivos lanzados contra los soldados.
Hamás acusa a Abbás de estar empujando a Gaza a una guerra con Israel, un escenario que podría volverse realidad; a pesar de que el Estado judío está más interesado por lo que ocurre más allá de su frontera norte, tal como lo señaló el primer ministro, Benjamín Netanyahu, en su discurso ante la Asamblea General: Irán, Hezbollah y Siria fueron el foco de su oratoria.

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