Lecciones de la próxima guerra de misiles

14 diciembre, 2016

Un estado palestino armado es aún más inviable
Jonathan Tobin
Los israelíes han retrocedido a un cierto grado de complacencia sobre la amenaza de misiles de Gaza desde la guerra en 2015. Lo mismo podría decirse acerca de su nivel de preocupación por una repetición del conflicto de 2006 con el Líbano en el que el grupo terrorista llovió misiles en el norte Israel.
Debido al éxito del sistema anti-misiles de Iron Dome (Cúpula de Hierro) desarrollado con los Estados Unidos y los devastadores contra-ataques contra Hezbollah y Hamás por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel, se cree que los grupos terroristas entienden que tienen más que perder que ganar en otra guerra.
Pero los supuestos no son garantía y el gobierno y el ejército israelí quizás no tengan en cuenta el aumento de los arsenales que poseen sus enemigos o si se han asignado recursos suficientes para garantizar una defensa civil adecuada en caso de otra guerra con uno o ambos.
Esa fue la conclusión de un informe publicado recientemente por el Contralor del Estado de Israel sobre la Operación Margen Protector – el contraataque de Israel contra los terroristas de Hamás en 2014.
Se señalaron deficiencias en el gobierno y la respuesta del ejército para la guerra, así como el posible impacto en los futuros conflictos. Hasta dos millones de israelíes no tienen acceso a refugios adecuados en caso de ataques con misiles o cohetes.
El sistema de alerta temprana del país también resultó ser defectuoso y puede no ser capaz de detectar todas las formas posibles de ataque o dar a los ciudadanos el tiempo adecuado para buscar refugio.
Después de las extensas campañas de rearme financiadas en parte por Irán, tanto Hamás como Hezbollah ahora pueden estar en posesión de tantos cohetes que los sistemas de defensa antimisiles de Israel, altamente exitosos, podrían ser abrumados. La posibilidad de que, como resultado de la guerra civil siria, Hezbollah pueda ahora estar en posesión de al menos parte del arsenal de armas químicas del régimen de Assad y atacar a Israel, pinta un cuadro potencialmente temible.
El informe ha causado una considerable vergüenza para el gobierno del primer ministro Netanyahu y las FDI.
Esto es especialmente cierto desde que el informe señala que el Gabinete no ha dedicado mucho tiempo a discutir temas de defensa civil desde la última guerra.
Pero hay otra conclusión que se extrae del informe. Los argumentos más fuertes montados generalmente por los críticos de la postura de Netanyahu sobre los palestinos han venido de algunos de los ex oficiales militares y de inteligencia de Israel. Argumentan que los israelíes son necios al preocuparse por la amenaza militar que suponen los esfuerzos para negociar tierras por la paz. Estos expertos en seguridad afirman que no hay fronteras que se puedan trazar -ni siquiera las líneas de armisticio de 1949 que el fallecido Abba Eban describió como «fronteras de Auschwitz»- que no pueden ser defendidas por las FDI. En particular, señalan la relativa paz con Hezbollah en el Norte y con Hamás en el sur como prueba de que la disuasión funciona. Dicen que los temores de replicar las peligrosas consecuencias de la retirada de 2005 de Gaza en la Cisjordania, mucho más amplia y estratégica, son exagerados porque el ejército de Israel es tan fuerte y su defensa de misiles tan infalible que incluso un Estado palestino hostil en Cisjordania en lugar de un estado desmilitarizado, no representaría una amenaza existencial.
Sin embargo, como muestra el informe del Contralor del Estado, la seguridad de Israel se basa en suposiciones que pueden ser probadas falsas si, alentados por un régimen iraní que ha sido enriquecido y envalentonado por el intento del presidente Obama para apaciguarlo, Hezbollah y Hamás coordinaran sus próximos ataques y lanzaran misiles, causando mucho más daño que la ineficaz campaña de 2014.
Si Cisjordania estuviera en manos de un régimen palestino hostil que se niega a aceptar la legitimidad de Israel y tuviera acceso a esas armas, ese peligro se agravaría. Esta no sería la primera vez que los supuestos más alarmistas de los líderes militares israelíes no estuvieran equivocados: la guerra de Yom Kipur de 1973 y la guerra de Líbano de 2006 son sólo dos ejemplos. Las lecciones de la última y la próxima guerra de misiles no se aplican sólo a los encargados de defender el estado judío contra Hamás y Hezbollah. También se aplican a aquellos que están poniendo en riesgo la defensa mediante la creación de otra plataforma potencial de lanzamiento de misiles terroristas en Cisjordania.
Fuente: Commentary

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3 thoughts on “Lecciones de la próxima guerra de misiles”
  1. Humildemente, creo que no va por allí la cosa. Votamos a Rabin para que llegar a un acuerdo que a la otra parte no le interesaba –tal vez nunca le vaya a interesar, pero no quiero hacer futurología como el articulo– y también a Sharon, quien creyó que separándonos físicamente nos sacábamos el problema de encima. Muchos le decían halcón y no sé qué otras tonterías –cuando en realidad beneficio a quienes quieren dos estados y provoco una fuerte herida en la sociedad, sin contar el daño estratégico que supone responder el fuego desde afuera, y el costo de estar entrando y saliendo. Pensar en beneficiar al enemigo, además de tonto fractura a la sociedad. Nadie quiere vivir escondido en un bunker y no es para eso que tenemos estado. Afortunadamente, al visitante hay que indicarle donde hubo daños de guerra, tal es el ritmo de recuperación de Israel. Basta de lamentaciones. Nada fortalece más que cohesionar a la sociedad –y en eso venimos mal– y hacernos de muchos amigos por todo el globo –y en eso venimos bien.

  2. Supongo que la Cúpula funciona: misiles ultracaros contra petardos peligros pero ultrabaratos. Cuánto aguantará el presupuesto no lo se. Pero hay el dicho, que es casi ley, la mejor defensa es el ataque

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