Pese a que los árabes son más del 20 % de la población de Israel, su representación en instituciones públicas es muy reducida, según datos de la Comisión de Servicio Civil, que afirma que incluso en algunos ministerios no tienen un solo miembro de las minorías entre sus empleados.
Los datos aseguran que no hay ningún trabajador árabe, druso o beduino en los ministerios de Asuntos de la Diáspora, Inteligencia, Asuntos Estratégicos, Servicios Religiosos y el de Jerusalén y Patrimonio, ni tampoco en la Oficina Nacional de Cibertecnología, que trabaja por la seguridad en el ciberespacio.
Según el estudio, en cerca de una decena de ministerios e instituciones que sí cuentan con funcionarios árabes estos no superan el 5% de los empleados.
El informe señala que la presencia de los árabes en las instituciones públicas no va acorde con su porcentaje en la población, de acuerdo con las cifras obtenidas por el Centro de Empoderamiento Ciudadano.
Por ejemplo, solo cinco ciudadanos árabes trabajan en el Ministerio de Absorción de un total de 483 (1%); diez de 822 (1,2%) lo hacen en la Oficina del Primer Ministro, y 27 de 1.028 (2,6%) en el Ministerio de Finanzas.
El de Relaciones Exteriores tenía en su nómina en 2017 a 41 árabes de un total de 1.834 empleados (2,2%); el de Economía a 21 de 537 (3,9%), y el de Comunicaciones a diez de 145 (6,9%).
Instituciones con tanta importancia para estas minorías como el Ministerio para la Igualdad Social cuenta con 8 árabes de 96 empleados (8,3%), el de Educación con 177 de 2.010 (8,8%) y el de Justicia con 299 de un total de 3.314 (9%).
El Gobierno se propuso que al menos el 10% del personal de cada ministerio representara alguna minoría, aunque aún solo los ministerios de Trabajo y Bienestar, con 462 empleados minoritarios de 3.964 (11,7%); de Salud, con 611 de 3.809 (16%); y el de Interior, con 410 empleados árabes de 669 (61%), cumplen ese objetivo. EFE y Aurora