Las iglesias de Jerusalén cierran el Santo Sepulcro en protesta para no pagar impuestos

25 febrero, 2018
Iglesia de Santo Sepulcro en Jerusalén - Wikipedia

El Santo Sepulcro, sitio más sagrado de la cristiandad cerró hoy sus puertas, en protesta por el proyecto de ley de la Knéset que restringe las ventas de tierras de la iglesia y permite a la municipalidad de Jerusalén cobrar millones de shekels en impuestos atrasados.
Flanqueado por el Custodio Franciscano de Tierra Santa Francesco Patton y el patriarca armenio Nourhan Manougian, el patriarca ortodoxo griego Teófilo leyó una declaración y luego cerró con llave las antiguas puertas de la iglesia en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
“Decidiremos cuándo y cómo se volverá a abrir la iglesia”, dijo, comparando las políticas israelíes con las leyes antisemitas promulgadas contra los judíos en Europa.
“Nosotros, los jefes de las iglesias a cargo del Santo Sepulcro y de los diversos lugares santos cristianos en Jerusalén… seguimos con gran preocupación la campaña sistemática contra las iglesias y la comunidad cristiana en Tierra Santa, en flagrante violación del status quo existente”, dijo el patriarca.

El intendente de Jerusalén, Nir Barkat, está defendiendo la posibilidad de congelar los activos de la iglesia hasta que paguen los millones de shekels en impuestos atrasados a la ciudad.
“La iglesia del Santo Sepulcro y los lugares de culto de todas las iglesias están exentos de impuestos municipales y eso se respeta y se seguirá respetando”, manifestó Barkat.
“¿Pero suena lógico que las propiedades comerciales como hoteles, pasillos y negocios estén exentos solo porque pertenecen a las iglesias? ¿Por qué debería el hotel Mamila pagar impuestos y el hotel Notre Dame, que está justo enfrente, estar exento?”, escribió en su cuenta de Twitter.
Barkat dice que las iglesias debían unos 650 millones de shekels en impuestos atrasados. “No estoy preparado para que los residentes de Jerusalén tengan que cargar con estas enormes sumas”, dice.

La diputada Rachel Azaria (Kulanu), promotora del criticado proyecto de ley, sostiene que busca proteger a cientos de residentes en gran parte de Jerusalén cuyas casas están ubicadas en tierras que, hasta hace poco, eran propiedad y arrendadas por las iglesias, principalmente la Iglesia Ortodoxa Griega, en la mayoría de los casos bajo contratos de 99 años firmados en 1950 entre las iglesias y el Estado, a través del Fondo Nacional Judío (KKL).
Los contratos establecen que cuando caduca el término establecido, los edificios volverán a la iglesia. Los residentes esperaban que los arrendamientos se extendieran. Pero en los últimos años, con el fin de borrar las deudas masivas, la Iglesia Ortodoxa Griega ha vendido grandes extensiones de bienes inmuebles a inversores privados y nadie sabe si renovarán los arrendamientos, y de ser así, bajo qué condiciones.
Indicando que la función principal del proyecto de ley es llevar a los nuevos propietarios a la mesa de negociaciones, Azaria dijo: “Espero que los compradores lleguen y que logremos llegar a una solución mediante la negociación y el acuerdo. Si eso no sucede, la ley transferirá los derechos de la tierra al Estado de Israel”.

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