La verdad del pensamiento y la palabra

16 noviembre, 2016

Dr. Natalio Daitch – Buenos Aires

Escuché a una colega médica manifestarme que se dedicaba a la pediatría ya que los niños son sinceros. Dicen lo que piensan y sienten, y no como los adultos que ingresamos en el terreno de los cálculos y las mentiras. Es decir, los niños son directos, en ocasiones brutalmente directos. Pero reitero, la verdad, y la fuerza, y el potencial está justamente en ellos.
Si pensamos desde otro ángulo no convencional, puede que podamos entender en gran medida el triunfo de Trump en Estados Unidos.

Nombrar las cosas por su nombre
Y no intentar hacernos los distraídos. No intentar vender gato por liebre. Y es que mas allá que los norteamericanos votaron con el bolsillo o por el bolsillo, y esto es lógico y sucede en todas las latitudes, el otro punto cardinal de la campaña era (y es) la inseguridad.
Es decir si el 99,9% de los atentados y masacres en Estados Unidos y en Europa son cometidos por musulmanes, resulta claro que es en ese punto donde se debe tallar y profundo.

La indiferencia de Obama
Hacerse el distraído, y evitar nombrar a los terroristas por su nombre y apellido, no es un camino sustentable a mediano y largo plazo. Lamentablemente Hillary Clinton no pudo, o no supo como despegarse de su Presidente, o puede que en el fondo tampoco haya querido sincerarse, y puede que esto le haya costado su última posibilidad hacia la Casa Blanca.

Super-Trump o el hombre de acero
Por el contrario Trump se la jugó entera, apostó a sus ideas y no las maquilló. Es decir, dijo su verdad, y la verdad de su corazón, y eso lo catapultó y demolió a todos sus adversarios.
Dijo lo que pocos se atreven, y llamó a las cosas por su nombre. Muchos de nosotros los judíos deberíamos aprender de él.
¡Jurar con gloria morir! Y para finalizar, invito al lector a tomar el trágico ejemplo de lo sucedido en Buenos Aires con dos atentados contra judíos aún no resueltos, donde aparecen involucrados árabes-musulmanes extranjeros y otros de la comunidad árabe local.
Todos los gobiernos de la Argentina, y muchos dirigentes comunitarios han temido y temen decir esto con la claridad del empresario de New York. Temen y no desean «molestar» a la comunidad árabe o musulmana local o enemistarse con gobiernos como el de Irán. Lamentablemente esta política del apaciguamiento nunca en la historia dio resultados positivos.
Y lo último fue el ejemplo de Hitler. Cuanto más se apañaba a la bestia, su hambre y voracidad no tenía límites. Y por este camino tuvimos Shoá en la Segunda guerra Mundial, y por este camino del miedo y del silencio no tenemos verdad ni justicia ni esclarecimiento de los atentados de Embajada de Israel y de la AMIA. Ni Europa o Eurabia tiene ni va a tener nunca más la paz y la tranquilidad que le conocimos en la pos-guerra.
Para finalizar, este es el mensaje de Trump, y aquí radica su ejemplo, que evidencia que la resignación a ir como ovejas al matadero nunca debería ser la alternativa u opción. El resto queda a consideración y elección del lector. ■

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