La prevención de la guerra como máxima meta de las FDI

Confirmada por el Ministerio de Defensa

Yaakov Lappin

A fines de octubre, el ministro de Defensa, Avigdor Liberman, se dirigió a los graduados de un curso de oficial militar en la Base de entrenamiento 1, en el desierto del Néguev. Durante su discurso, advirtió sobre el intento de Irán de aplastar a Israel, incluido un intento de tomar el control de Siria.
Advirtió que Israel no retrocederá ante la necesidad de actuar cuando sea necesario para levantar este estrangulamiento.
“No buscamos aventuras, y nuestro papel es, en primer lugar, garantizar la seguridad de los ciudadanos del Estado de Israel y evitar guerras lo más posible”, dijo Liberman. “Y eso ocurre, ante todo, mediante el fortalecimiento de la disuasión y mediante un esfuerzo en el ámbito diplomático”.
Esos breves comentarios reflejan con precisión la lista de prioridades que guía al establecimiento de defensa israelí. La prevención de la guerra está en la parte superior de la lista, pero si la guerra no se puede evitar, entonces ganarla de la manera más rápida y decisiva posible comparte el primer puesto.
La prevención de la guerra recibe poca atención entre el público en general, sin embargo, es un componente de planificación central que guía la toma de decisiones del establecimiento de defensa israelí sobre una base cotidiana.
Los méritos de la prevención de la guerra son evidentes. La ausencia de un conflicto armado de alto perfil y la estabilidad ofrecida por períodos prolongados de calma, permiten el florecimiento de la economía israelí. Ofrecen a los ciudadanos israelíes la oportunidad de concentrarse en sus asuntos cotidianos y rutinarios, libres de los traumas y las graves perturbaciones creadas por el conflicto, y libres del fuego de proyectiles enemigos en ciudades y pueblos israelíes. Esto aumenta la moral de Israel y la resistencia nacional.
Un silencio prolongado también permite a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) concentrarse en programas de reestructuración y fortalecimiento de la fuerza. Estos son fundamentales para permitir a los militares adaptarse a los retos planteados por los ejércitos terroristas híbridos del siglo 21 que se han formado en todo el Oriente Medio, y prepararse para los múltiples desafíos que plantea el régimen iraní.
Los comentarios de Liberman aludían a una táctica central utilizada para promover la prevención de la guerra: la disuasión. Este es un concepto un tanto confuso y está lejos de ser una ciencia exacta, pero la experiencia reciente ha demostrado que puede desarrollarse y fortalecerse a través de una variedad de acciones. Estos incluyen un programa efectivo de desarrollo de la fuerza acompañado por el uso selectivo de los poderes de ataque mejorados de Israel.
En la guerra entre las guerras, la campaña militar e inteligencia de bajo perfil de Israel para interrumpir selectivamente la acumulación de la fuerza del eje dirigido por Irán, la fuerza ha sido utilizada durante al menos seis años. En otras palabras, los ataques militares de perfil bajo, posibles gracias a las avanzadas capacidades de inteligencia y el armamento avanzado, han cumplido el objetivo de la prevención de la guerra. Demostraron a los enemigos tanto la extensión de la penetración de inteligencia de Israel en sus actividades como la letalidad del poder de fuego preciso y puntual que puede atacar objetivos cercanos y lejanos.
Estos ataques también, de acuerdo con los informes de los medios internacionales, ponen límites al programa de desarrollo de la fuerza de Hezbollah y sus patrocinadores iraníes al evitar que se vuelvan demasiado confiados. Ahora están menos dispuestos a lanzar provocaciones contra Israel que pueden deteriorarse en una guerra, como lo hizo Hezbollah en 2006 cuando intentó secuestrar soldados israelíes.
“No vacilaremos, ni siquiera por un momento, en evitar que los iraníes establezcan un estrangulamiento estratégico en Siria”, prometió Liberman. Tal declaración está diseñada para mejorar la disuasión israelí y, por lo tanto, cumple el objetivo de prevención de la guerra. Esta disuasión se magnifica cuando está respaldada por la acción. Este pensamiento se puede encontrar en todo el establecimiento de defensa israelí, y ha sido aludido en los comentarios del alto mando.
“El primer desafío de las FDI es evitar la guerra, proporcionar seguridad y hacer todo lo posible por ampliar la tranquilidad del país, sin apelar a la fuerza, y entendiendo que esto contribuye a la seguridad nacional, permitiendo que el país florezca y desarrolle”, expresó el Jefe de Estado Mayor Gadi Eisenkot en la Conferencia de IDC Herzlia en junio de este año.
El segundo desafío es “ganar en cualquier guerra: en combate contra el terror o en combates a gran escala, de una manera aplastante, y repeler la próxima guerra”, concluyó Eisenkot.
Fuente: BESA Center ■