La política anti-Israel de Francia

Yves Mamou
El 24 de noviembre, la Gaceta Oficial de la República Francesa (JORF) publicó el Reglamento nº 1169/2011, ordenando a los «agentes económicos» informar a los consumidores sobre «el origen de las mercancías procedentes de los territorios ocupados por Israel desde junio de 1967»-
Esta reglamentación francesa es una aplicación de la notificación de la interpretación emitida por el Diario Oficial de la Unión Europea (DO), el 12 de noviembre de 2015. El anuncio se afirma que la UE «no reconoce la soberanía de Israel sobre los territorios ocupados por Israel desde junio de 1967, a saber, los Altos del Golán, la Franja de Gaza y la Ribera Occidental, incluida Jerusalén Oriental, y no considera que formen parte del territorio de Israel y afirma que responde a «una demanda de claridad por parte de los consumidores, los operadores económicos y las autoridades nacionales».
La Comisión Europea permitió a los Estados miembros organizar su propia aplicación nacional de esta normativa europea, con sanciones financieras.
La adopción francesa de esta política de la UE insiste en etiquetar los productos israelíes con la mayor precisión posible.
No es aceptable una referencia limitada a «procedentes de las Alturas del Golán» o «producto originario de la Ribera Occidental». La omisión de la información geográfica adicional de que el producto se deriva de los asentamientos israelíes puede inducir a error al consumidor del verdadero origen del producto. En tales casos, es necesario añadir, entre paréntesis, el término «asentamiento israelí» o términos similares. Por lo tanto, se pueden utilizar expresiones como «producto originario de los Altos del Golán (asentamiento israelí)» o «producto originario de la Ribera Occidental (asentamiento israelí)».
Aparentemente, la «precisión» en la regulación francesa no está asociada con sanciones financieras. Es una especie de «recomendación moral».
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel emitió una dura respuesta a la decisión francesa, declarando:
«Lamentamos que Francia, en un momento en que tiene leyes anti-boicot, promueva tales medidas, que pueden interpretarse como un incentivo a los elementos radicales y al movimiento de boicot contra Israel. Es un doble rasero en relación con Israel, ignorando a la vez 200 conflictos territoriales que tienen lugar en todo el mundo, incluidos los que tienen lugar justo a su puerta».
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel puede haber estado pensando en la isla de Alborán en el Mar Mediterráneo, controlada por España pero reclamada por Marruecos; los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, reclamados por Marruecos; el norte de Chipre, ocupado por Turquía; Crimea perteneciente a Ucrania pero anexada por Rusia. En Ucrania, algunas sanciones fueron impuestas por Francia y la UE, pero nunca hubo etiquetado de alimentos o productos cosméticos.
El etiquetado de alimentos y productos cosméticos es una posición comprometida. Al igual que las naciones «dhimmi» (término que refiere también a los países no musulmanes dominados por el Islam), movidas por un fuerte deseo de cumplir con los deseos de la Organización de Cooperación Islámica (un bloque de 56 países islámicos y «Palestina»), muchos países de la Unión Europea, con Francia como de costumbre el principal entre ellos, fueron abogando por medidas aún más duras contra Israel, un movimiento que revela más sobre el antisemitismo crudo que se presenta como anti-israelismo.
Impacto económico: si todos los estados miembros de la UE adoptan esta normativa de etiquetado, el Ministerio de Economía de Israel estima que el impacto negativo sería de unos 50 millones de dólares al año, y afectará a los productos frescos, tales como uvas, dátiles, vino, carne de ave, miel, aceite de oliva y cosméticos (productos del Mar Muerto). Pero estos 50 millones representan sólo una quinta parte de los 300 millones de dólares en bienes producidos en los asentamientos cada año – una gota en el océano comparado con los 13 mil millones de dólares en bienes y 4 mil millones en servicios que Israel exporta a la UE cada año.
Irónicamente, y tristemente, las personas más afectadas negativamente por la reglamentación francesa y de la UE serán los 25.000 palestinos empleados por israelíes en Cisjordania, que ganan hasta dos o tres veces los salarios pagados por las fábricas palestinas.
Impacto político y diplomático: La UE han insistido en que el etiquetado no es un boicot a los productos israelíes en general, pero la singularización de Israel desenmascara su denegación como otro fraude francés.
En sólo un año, 2016, Francia y su presidente socialista han hecho múltiples gestos hostiles hacia Israel.
El 27 de enero de 2016, el Día Internacional del Recuerdo del Holocausto, Hassan Rouhani, Presidente de la República Islámica del Irán – un régimen que niega el hecho de que el Holocausto ocurrió y no oculta su intención de cometer otro más – fue recibido en París para una visita oficial. Irán fue presentado a cuatro vientos como un «aliado fiable» de Occidente en la lucha contra el Estado islámico.
El día después de la visita de Rouhani en París, el canciller francés Laurent Fabius (que desde entonces ha renunciado) anunció que Francia quería organizar una gran conferencia internacional para relanzar el «proceso de paz», basado en un viejo plan de paz saudí, que incluye, por supuesto -como una píldora venenosa- el «derecho de retorno». Fabius añadió que si la iniciativa francesa fallaba, Francia reconocería el Estado palestino.
El 15 de abril de 2016, con el apoyo de Francia, se votó y aprobó otra fraudulenta resolución en el Consejo Ejecutivo de la UNESCO, la Organización de las Naciones Unidas con sede en París sobre la educación, la cultura y el patrimonio. La resolución fue redactada por los palestinos, pero oficialmente presentada por el régimen genocida de Sudán junto con Argelia, Egipto, Líbano, Marruecos, Omán y Qatar, todos miembros de la Organización de Cooperación Islámica. El texto de la resolución de la UNESCO trata de «eliminar» cualquier vínculo judío con el Monte del Templo de Jerusalén, y borrar cualquier registro histórico de un primer templo y un segundo templo judío en Jerusalén. A partir de ahora, según la UNESCO, la zona comprende supuestamente sólo la mezquita Al-Aqsa / Al-Haram Al Sharif.
El 13 de octubre, Francia fue uno de los 26 países que se abstuvieron de adoptar la misma resolución negando cualquier vínculo judío con el Monte del Templo en la UNESCO.
Francia tiene la primera comunidad musulmana más grande de la Unión Europea. Más de seis millones de musulmanes viven en Francia y representan aproximadamente el 10% de la población. El voto musulmán es ahora un factor importante en las decisiones de los políticos franceses. En 2012, el presidente socialista François Hollande fue elegido con el 93% de los votos musulmanes. En 2017, el mismo presidente probablemente perseguirá la reelección y ya está buscando los votos de los musulmanes franceses, sobre la base del odio hacia Israel. Así se realiza la diplomacia en Francia, y en Europa en general. Es una diplomacia sólidamente arraigada en la política interna. Es una política interna hecha por los políticos dhimmi.

Fuente: Gatestone Institute