La mala dieta desperdicia más el medio ambiente

6 mayo, 2018
Foto Ilustración Wikipedia

Se estima que alrededor de un tercio de los alimentos producidos para consumo humano se pierden o se desperdician a nivel mundial. Pero el desperdicio más grande, que ni siquiera se incluye en esta estimación, puede ser a través de elecciones dietéticas que resultan en un desperdicio de recursos ambientales. En un estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), de Estados Unidos, los investigadores del Instituco de Ciencias Weizmann encontraron ahora una nueva forma de definir y cuantificar este segundo tipo de desperdicio.

Los científicos lo han llamado “pérdida de alimentos de oportunidad”, un término inspirado en el concepto de “costo de oportunidad” en economía, que se refiere al costo de elegir una alternativa particular sobre mejores opciones.
La pérdida de alimento de oportunidad se deriva del uso de tierras agrícolas para producir alimentos de origen animal en lugar de alternativas basadas en plantas nutricionalmente comparables.

Los investigadores informan que solo en los Estados Unidos, evitar la pérdida de alimentos de oportunidad, es decir, reemplazar todos los productos basados ​​en animales con cultivos comestibles para consumo humano, agregaría suficiente comida para alimentar a 350 millones de personas adicionales, o más que la población total de EEUU con los mismos recursos de tierra. “Nuestro análisis ha demostrado que favorecer una dieta basada en plantas puede producir más alimentos que eliminar todas las causas de pérdida de alimentos producidos convencionalmente”, sostiene el autor principal, el Dr. Alon Shepon, que trabajó en el laboratorio del profesor Ron Milo en el Departamento de Ciencias Ambientales. Los investigadores de Weizmann colaboraron con el Prof. Gidon Eshel de Bard College y el Dr. Elad Noor de ETZ Zürich.

Los científicos compararon los recursos necesarios para producir cinco categorías principales de alimentos de origen animal: carne de res, cerdo, productos lácteos, aves de corral y huevos, con los recursos necesarios para cultivar cultivos comestibles de valor nutricional similar en términos de proteínas, calorías y micronutrientes. Descubrieron que los reemplazos a base de plantas podrían producir de 2 a 20 veces más proteínas por media hectárea.
Los resultados más espectaculares se obtuvieron para la carne de vacuno. Los investigadores lo compararon con una combinación de cultivos: soja, patatas, azúcar de caña, maní y ajo, que ofrecen un perfil nutricional similar cuando se toman juntos en las proporciones adecuadas. El área de tierra que podría producir 100 gramos de proteína de estos cultivos produciría solo 4 gramos de proteína comestible de la carne. En otras palabras, el uso de tierras agrícolas para producir carne de res en lugar de cultivos de reemplazo da como resultado una pérdida de 96 gramos de alimentos, es decir, una pérdida del 96% por unidad de tierra. Esto significa que el beneficio potencial de desviar las tierras agrícolas de la carne de vaca a los alimentos basados ​​en plantas para el consumo humano sería enorme.
Las pérdidas estimadas por no reemplazar otros alimentos de origen animal con cultivos nutricionalmente similares también fueron enormes: 90% para carne de cerdo, 75% para productos lácteos, 50% para aves y 40% para huevos, más que todas las pérdidas de alimentos convencionales combinadas. “La pérdida de alimentos de oportunidad debe tenerse en cuenta si queremos tomar decisiones dietéticas que mejoren la seguridad alimentaria mundial”, manifestó Milo.

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