La Lotería Nacional de Israel se aprovecha de la pobreza

16 noviembre, 2016
Foto Wikipedia

Es la conclusión de Momi Dahan, economista profesor de la Universidad Hebrea, quien reveló su trabajo de investigación sobre la responsabilidad de la Lotería Nacional en la desigualdad económica.

El juego es ilegal en Israel, excepto la lotería nacional – Mifal Hapayis – y la organización de apuestas deportivas Toto.
De acuerdo a su investigación, este juego legal se ha expandido de manera preocupante y no se percibe cuán gravemente decenas de miles de familias están siendo lastimadas. Básicamente, para Dahan la lotería es un impuesto sobre los pobres, y las autoridades reguladoras aún no han tomado decisiones para revertir esta situación.

Los datos que reveló el economista muestran que la inmensa mayoría de los kioscos vendedores de billetes de lotería se encuentran en los barrios pobres del país, aunque la impresión sea que la propaganda de Mifal Hapayis y Sports Toto parece dirigida a la clase media, no a las comunidades más pobres.
Un impuesto regresivo e injusto

 

Así, Mifal Hapayis y Sports Toto, que operan bajo la égida del estado, tratan de persuadir a los pobres a gastar dinero en juegos de azar. Desafortunadamente, la estructura de una economía es extremadamente regresiva cuando las personas pobres gastan una mayor proporción de sus ingresos en juegos de azar en comparación con las personas más ricas. Se trata de un verdadero impuesto indirecto regresivo e injusto.

En 2015, unos 10.000 millones de shekels (2.600 millones de dólares) de productos de juego se vendieron en Israel. Después de deducir las ganancias de la lotería pagadas de esa cantidad, las compañías de lotería ganaron 4.000 millones de shekels – y los jugadores perdieron 10.000 millones. Eso es un impuesto del 40% sobre los miembros más débiles de la sociedad. Los anuncios y la localización de los kioscos de Mifal Hapayis y de Sports Toto han costado así el equivalente de una cifra que podía haber sido destinado a ayuda alimentaria, medicamentos y otras cosas esenciales.

Mifal Hapayis y Toto alegan que invierten sus ganancias en aulas escolares, centros deportivos y culturales para la comunidad, olvidando el hecho de que quien debería financiar esas instituciones es el estado y no los pobres. Otro pretexto de la Lotería es que al representar el juego en su forma legal, desalienta de ese modo el juego ilegal. Sin embargo, estudios académicos han comprobado que es suficiente la fuerza de la ley para combatir el juego ilegal, sobre todo si va acompañado de campañas educativas.
Después de años de olvido, el Ministerio de Finanzas abrió un ojo y justificadamente decidió cerrar las tiendas de juego que ofrecían máquinas tragamonedas y apuestas de carreras de caballos, para prevenir el riesgo agudo de adicción.
Pero para Dahan es demasiado pronto para celebrar. La decisión tiene opositores en la Knéset que quieren otra libra de carne de los pobres. En cualquier caso, la decisión sólo cubre alrededor del 10% del mercado legal de juegos de azar de Israel. Para reducir el daño a los pobres, debe evitarse la proliferación de los kioscos en las áreas pobres.
Estudios han demostrado que debido la restricción a la accesibilidad a los servicios de juego, la gente tiende a jugar menos.

 

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