La Justicia alemana deja libre a un condenado por complicidad con una célula neonazi

Ralf Wohlleben en 2003 Foto: Antifaschistische Aktion Gera AA Wikimedia CC BY-SA 2.0 de

La Audiencia Territorial de Múnich dictaminó la puesta en libertad de Ralf Wohlleben, condenado hace una semana a diez años de cárcel por complicidad con la célula neonazi Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU), autora de los asesinatos de nueve inmigrantes y una policía entre 2000 y 2007.

El tribunal accedió así a la petición formulada por la defensa del condenado, por entender que no existe riesgo de fuga y tras recordar que éste ha pasado ya seis años y ocho meses en prisión preventiva, desde su detención hasta escuchar sentencia.

Wohlleben, ex miembro del ultraderechista Partido Nacionaldemocrático de Alemania (NPD), fue condenado la semana pasada por complicidad con la NSU, tras cinco años de proceso.

En el juicio celebrado en Múnich fue condenada asimismo a cadena perpetua Beate Zschäpe, de 43 años y única sobreviviente de la NSU, ya que sus dos compañeros y miembros del trío, Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt, aparecieron muertos en una furgoneta en 2011 tras cometer un atraco, acosados por la policía.

La existencia del grupo salió a relucir precisamente a raíz de la muerte de los dos compañeros de Zschäpe, quien a continuación hizo volar por los aires la casa donde vivía el trío y luego se entregó a la policía

A partir de ahí se desató un gran escándalo, por la cadena de errores o negligencias policiales y de los servicios secretos que posibilitaron al grupo actuar impunemente durante casi una década.

Los crímenes en serie de los inmigrantes no habían sido investigados como presuntos actos neonazis sino que se habían atribuido a ajustes de cuentas entre extranjeros, pese a que todos ellos habían sido cometidos con la misma arma.

Al desmantelamiento del grupo, que se financiaba con atracos a bancos y cuyos miembros estaban fichados como ultraderechistas, siguieron una serie de relevos entre responsables de la policía y servicios secretos, así como la apertura del juicio tras un largo proceso investigador.

Zschäpe fue declarada culpable de los diez asesinatos atribuidos a la NSU, a pesar de que no cometió materialmente ninguno de ellos, sino que los perpetraron Mundlos y Böhnhardt, autores asimismo de varios atentados con bomba que dejaron una treintena de heridos.

Junto a la sobreviviente del grupo se abrió proceso también contra Wohlleben, declarado culpable de complicidad con el grupo por haberles suministrado el arma, una pistola Ceska, con la que perpetraron sus asesinatos. EFE

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