El tribunal disciplinario para jueces decidió por unanimidad retirar a la jueza Ronit Poznanski-Katz de su puesto, luego de la condena por enviar mensajes de texto a un investigador de la Autoridad de Valores de Israel sobre las extensiones de custodia de los sospechosos.
El fiscal que actuaba en nombre de la ministro de Justicia, Ayelet Shaked, había pedido la suspensión de Poznanski-Katz por un año, pero el tribunal, encabezado por el ex presidente de la Corte Suprema Asher Grunis, decidió poner fin a su mandato.
Un panel de la Corte Disciplinaria del Tribunal de Magistrados de Tel Aviv determinó que la jueza Ronit Poznanski-Katz es culpable de conducta inapropiada, violación de la ética, por su correspondencia con el representante de la Autoridad de Valores en el Caso 4000.
La correspondencia de febrero fue entre ella y el representante de la Autoridad de Valores de Israel, el abogado Eran Shacham-Shavit, quien le envió un mensaje de texto para “que se muestre sorprendido” cuando la fiscalía pida la liberación de los sospechosos Or Elovitz y Amikam Shorer del arresto domiciliario.
Desde que los mensajes de texto fueron revelados en febrero, Poznanski-Katz fue suspendida de su puesto en el Tribunal de Magistrados de Tel Aviv. Ella asumió toda la responsabilidad de sus acciones, diciendo que su fracaso se debió a su larga relación con Shaham-Shavit.
Grunis escribió que incluso si Poznanski-Katz hubiera sido guiada por Shavit, quien había iniciado la correspondencia por mensaje de texto entre ellos, debería haberlo detenido. “A los ojos de un observador externo, no hay duda de que la confianza del público en la integridad del procedimiento conducido por el juez ha sido violada”, escribió Grunis. “Su conducta se ha desviado significativamente de lo que se espera y requiere de una persona que sirve como juez”.
Grunis dijo que a primera vista, un despido parece demasiado severo, especialmente en comparación con el caso de Hila Cohen, quien fue condenada por falsificación de protocolos y transferida a otro tribunal. Sin embargo, dijo, el envío de mensajes de texto no había sido una correspondencia de una sola vez o técnica.
“El contenido y el tono de los mensajes intercambiados entre los dos intensifican la gravedad del asunto”, escribió Grunis, “Consideramos que es importante establecer un estándar alto para un comportamiento adecuado por parte de los jueces. El mensaje que debe surgir del tribunal disciplinario para todos los jueces israelíes es que las violaciones disciplinarias se enfrentarán con una respuesta severa, tal vez incluso demasiado severa”.
En cuanto a la afirmación de que los mensajes de texto entre abogados, jueces y jueces son comunes, el tribunal escribió: “Nunca hemos encontrado este fenómeno o incluso un fragmento de este fenómeno. Debemos declarar en voz alta y clara que los jueces en Israel no deben comportarse de esta manera”.
Festejemos, por no llorar, que todavía existe algo de justicia porque………… «la Corte Disciplinaria del Tribunal de Magistrados de Tel Aviv determinó que la jueza Ronit Poznanski-Katz es culpable de conducta inapropiada, violación de la ética, por su correspondencia con el representante de la Autoridad de Valores en el Caso 4000»
Aunque aun falta que se investigue las relaciones que esta indigna y corrupta magistrada mantenía, o aun mantiene, con la Policía y con los investigadores encargados de buscar pruebas que puedan implicar a Natanyahu o a su familia e incluso a su gobierno con algún acto de corrupción (salvo en los infames y corruptos medios de difusión afines) cosa que a pesar del tiempo transcurrido, mas de 3 años, del dinero malgastado que pagamos todos y del uso ilegal de «testigos protegidos», sobornados, chantajeados y moralmente torturados por estos investigadores «inquisidores» al servicio espurio de una oposición política inmoral no han encontrado nada, absolutamente nada, punible que puedan usar legalmente para llevar a juicio a Natanyahu, por eso la ciudadanía muestra su apoyo, en las encuestas, al Primer Ministro Benjamin Natanyahu y manifiestan, del mismo modo, su desprecio a estos inmorales opositores.