La guerra en el norte israelí depende de Irán

31 enero, 2018 , , ,
Vladimir Putin y Biniamín Netanyahu - Foto: GPO - Kobi Gideon

Pablo Sklarevich

Cada vez que el presidente ruso Vladimir Putin convoca a un encuentro en Sochi, para tratar de resolver el conflicto en Siria, se entrevista poco antes de la reunión con el primer ministro, Biniamín Netanyahu, destaca el veterano corresponsal militar Ron Ben Yishai. Así, Israel se ha convertido en el actor ausente, pero no obstante presente, en las conferencias de esa ciudad balnearia, en el Mar Negro.

Pero ¿para qué precisa Putin repetir ese ritual si conoce la posición israelí de memoria? Ben Yishai responde que la situación en Siria lo requiere; porque es tan cambiante como un caleidoscopio donde una imagen nunca se parece a la anterior.

La guerra en Siria está decidida pero aún no ha finalizado, asevera el ex jefe de la Inteligencia Militar, general (retirado) Amos Yadlin. La victoria del régimen del presidente Bashar Assad, trae a sus aliados, los iraníes -y las milicias chiís que le responden-, a la frontera con Israel. Pero, lo último que quiere Assad es una guerra con el Estado judío, porque es el único actor en la región capaz de derribarlo. Los rusos están interesados en mantener a Assad hasta el final; pero no van a ser ellos quienes echen a los iraníes de Siria, indica Yadlin.

El juego se complica porque la estrategia de Irán es disuadir a EE.UU. y Occidente en general, teniendo a Israel de rehén, bajo la amenaza de cientos de miles de cohetes desde el Líbano. (De la misma forma que Corea del Norte amenaza -o tiene de rehén- a Seúl, la capital de Corea del Sur).

El traslado de cohetes y misiles desde Teherán hacia el Líbano es engorroso y a menudo aparecen reportes sobre convoyes de misiles iraníes, bombardeados por la Fuerza Aérea israelí cuando iban camino al país del cedro.

Según el Canal 1, tras haber comprobado que Siria no es un lugar seguro -por el bombardeo aéreo israelí-, Irán parece haber decidido a convertir sus fábricas clandestinas de cohetes estadísticos, en el Líbano, en plantas de misiles de precisión, aumentando en al menos tres veces su peligrosidad.

Las recientes advertencias del portavoz militar y del ministro de Defensa, Avigdor Liberman, al Líbano y la conversación de Netanyahu y Putin, en Moscú, indicarían que Jerusalén no estaría dispuesto a permitir que se violen sus líneas rojas -o exigencias de seguridad-.

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