La condena a un soldado por homicidio divide a la sociedad israelí

4 enero, 2017
Elor Azaría Foto de la pantalla del Canal 1

La condena por homicidio al soldado israelí Elor Azaría, que mató de un tiro en la cabeza a un terrorista palestino cuando estaba en el suelo inmovilizado, generó gran tensión en el país, dividido entre los que le apoyan y quienes creen que debe ser castigado.

Durante las cerca de tres horas de lectura de la sentencia, cientos de defensores de Azaría protestaron fuera del tribunal militar en Tel Aviv contra su enjuiciamiento, entre gritos contra los árabes y los sectores de izquierda.

La corte emitió una dura decisión unánime en la que descartó uno a uno los argumentos de la defensa y consideró probado que el terrorista fallecido ya no suponía amenaza alguna y el soldado no tenía motivos para disparar y lo hizo sabiendo que mataría.

«Su motivo para disparar fue que sentía que el terrorista merecía morir», señaló la presidenta de la corte, Maya Heller.

El tribunal también tuvo en cuenta que Azaría declaró tras el suceso que el terrorista «merecía morir» porque antes había apuñalado a su compañero.

Es la primera condena a un soldado por matar en acto de servicio desde 2004, señaló una portavoz militar, que explicó que «los soldados que actúan en contra de la ley y las normas se enfrentan a cargos criminales o procedimientos disciplinarios» y lo consideró un caso «aislado y excepcional».

En más de una década solo un soldado ha sido condenado por homicidio durante una operación, en 2004, el cabo Teysir Heib, que cumplió seis años de prisión de los ocho que le impusieron.

El juicio a Azaría, de 19 años, ha sido seguido de cerca durante nueve meses por la población, que cumple un servicio militar obligatorio de entre dos y tres años y donde el Ejército es una de las instituciones más valoradas.

Muchos defienden el perdón, creen que ha sido abandonado por el Ejército y justifican disparar a matar a un palestino que minutos antes había tratado de apuñalar.

Otros consideran que no se deben violar las normas militares.

Los hechos sucedieron en Hebrón (en Judea, sur de Cisjordania) en marzo, en un periodo de tensión en el que se sucedían ataques terroristas islámicos de palestinos, y fueron grabados en vídeo por la ONG israelí Betselem.

Foto: Betselem
Foto: Betselem

Las imágenes, que corrieron como la pólvora en las redes sociales, muestran cómo Azaría dispara a corta distancia y al terrorista palestino Abdel Fatah Al Sharif, de 20 años, cuando yacía inmóvil y sangrando en el suelo, a unos metros del cuchillo que había utilizado.

«La respuesta pública al incidente revela una profunda fractura en la sociedad. Una parte significativa no se identifica con el código ético del Ejército», explicó el presidente del Instituto de Democracia de Israel, Yohanan Plesner.

Una encuesta de este centro de septiembre muestra que un 70 por ciento de israelíes de entre 18 y 23 años apoya «matar a terroristas reducidos» incluso en contra de las normas militares, tras la oleada de ataques que comenzó en octubre de 2015.

Marcha en apoyo a Azaría en la Plaza Rabin de Tel Aviv Foto: Ben Nahum Wikipedia CC BY-SA 4.0
Marcha en apoyo a Azaría en la Plaza Rabin de Tel Aviv Foto: Ben Nahum Wikipedia CC BY-SA 4.0

La familia de Azaría, que le apoyó durante todo el proceso y defendió que cualquier soldado actuaría como su hijo, recibió el veredicto gritando «¡nuestro héroe!».

Su madre soltó: «Deberían estar avergonzados», mientras su hijo la abrazaba y otro familiar arrojaba con violencia una chaqueta a una periodista.

«No es un día feliz para nosotros. Los jueces han decidido que fue un disparo injustificado. Hubiéramos preferido que no ocurriese, pero ocurrió y el delito es grave», declaró el fiscal militar, Nadav Weisman.

La defensa recurrirá al Tribunal Militar de Apelaciones, tras lo que cabe otro recurso a al Corte Suprema.

El soldado también puede evitar su pena -que será fijada en las próximas semanas- con un indulto del presidente, Reuvén Rivlin.

El ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, que antes de acceder al cargo pidió exonerarle, reclamó «respeto y moderación» para un veredicto que «no le gusta».

Más allá fue el titular de Educación, Naftali Bennett, que demandó el perdón «inmediato» y declaró: «Hoy un soldado fue condenado como un criminal por matar a un terrorista que trató de matar a soldados».

La ministra de Cultura, Miri Regev, cree que este juicio «manda un mensaje a los nuevos soldados de que están solos en el campo de batalla».

El portavoz de la familia, Sharon Gal, considera que la condena «es como si el tribunal hubiese cogido el cuchillo del suelo y hubiese apuñalado con él en la espalda a todos los soldados». EFE y Aurora

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