La comunidad brasileña en Israel – un puente entre las naciones

2 enero, 2019
Imagen ilustrativa. Foto: Nir Kafri

Michelle Nussbacher

La comunidad brasileña en Israel viene creciendo cada vez más con el paso de los años, en especial tras las recientes crisis en el país suramericano. Según datos de la Agencia Judía, entre el 2017 y el 2018 llegaron más de 1.200 Olim (nuevos inmigrantes) de Brasil. 

En una nueva etapa de amistad entre Israel y Brasil, los nuevos inmigrantes brasileños en Israel así como los judíos en Brasil pueden servir como un importante puente entre las naciones.

Los brasileños que llegan a Israel viven alrededor del país en ciudades como Raanana, Netanya, Tel Aviv, Jerusalén, Modiin o Ramat Gan. Según datos de la organización Beit Brasil, Israel ya cuenta con alrededor de 15.000 brasileños.

Muchos de los brasileños que llegan al país, hacen Aliyah por la inseguridad y los problemas económicos en Brasil. Pero, además, sienten una ideología sionista y una identificación y conexión muy fuerte con Israel.

Según Alon Nussbacher, casado, de 54 años y con 4 hijos, él «siempre quiso venir a vivir en Israel. Desde la primera vez que vine aquí, con 15 años, me sentí muy identificado con el país, además del hecho de que mis padres son israelíes». Alon aprovechó que sus tres hijos menores aún estaban pequeños y decidió hacer realidad su sueño en junio del año pasado, mudándose a Raanana y formando parte de la Kehilá Or Israel, una comunidad de brasileños. 

Sarita e Ilan Wulkan, de 52 y 55 años, tienen 4 hijos e hicieron Aliya en 2005 y también residen actualmente en Raanana. Para Ilan, presidente de la Kehilá Or Israel, de Raanana: «Israel es el país de los judíos, para judíos, desarrollado, democrático, con gobierno judío, siendo nuestro lugar de origen y donde debemos volver». Sarita, su mujer, recalca que se necesita tener un sentimiento sionista fuerte para hacer Aliya: «Israel no es solución ni opción para todos los problemas, sólo funciona para quien realmente cree que es su única opción en el momento.»

La Kehilá (comunidad) es esencial para los nuevos olim brasileños que llegan. Ahí tienen eventos, actividades, clases de Torah, cenas, fiestas, clases de danza, Shabat en conjunto y muchas otras cosas.

Alon junto a amigos en su casa. Foto: Cortesía

Alon, que ya llegó con la Kehilá formada (hoy ya cumple 2 años), hizo varios amigos y asegura que es algo que lo ayudó mucho en la adaptación, pues los Olim antiguos siempre están dispuestos a ayudar a quien está llegando. «Hacer parte de una comunidad de personas que hablan tu idioma y vienen del mismo lugar, es muy importante aquí en Israel, pues ayuda mucho en el sentimiento de pertenencia y da más seguridad y confianza», explica Alon. Para él, el único problema de vivir aquí y la mayor dificultad para adaptarse es la diferencia de cultura de los israelíes, que son más directos y más fríos que los brasileños.

Sarita trabaja como productora de eventos aquí en Israel, y la mayoría de sus clientes son brasileños que vienen a Israel celebrar el Bar / Bat Mitzva de sus hijos, así como casamientos. Su día a día se resume en trabajar, cuidar de la casa, comprar, cocinar, lavar la ropa, en fin, los quehaceres domésticos. A veces, la pareja sale con amigos o invita a las personas en casa, principalmente en el shabat, cuando agregan familias de amigos en su casa para cenar y almorzar. Según Sarita, la adaptación fue muy rápida y se siente parte de la sociedad: «con pocos meses ya me sentí en casa y que conocía todo por aquí. Soy parte de la sociedad israelí, trabajo, pago impuestos, uso los servicios públicos, mis hijos hacen ejército ¿qué más hace falta?». Lo que más extraña de Brasil es el día libre en los domingos y la ayuda en casa, que en Brasil es muy común, pero dice que con todo pueden acostumbrarse.

Alon sigue trabajando en Brasil, «vuelvo a Brasil a negocios y por places cada mes, por una semana, con gusto, pero para vivir, este es mi lugar». Alon explica además que «la llegada del Bolsonaro a Brasil será una esperanza de tener un gran cambio en el país, como ocurrió en Israel hace 40 años, como también hubo el liberalismo en Inglaterra, y en Estados Unidos. Eso es lo que va a suceder ahora en Brasil con 30 años después, empezando a tener libre iniciativa en el poder. Él va traer mucha tecnología de Israel a Brasil, y es un gran aliado de Israel.»

Aunque para muchas personas que viven en el exterior pueda sonar ilógico, la seguridad es un factor que está extremadamente ligado a esa mejora de vida que los brasileños sienten en Israel.

Sarita e Ilan junto a su hijo que está en el ejército

«En Israel, me gusta pasear, ir a los eventos comunitarios de mi ciudad, estar entre amigos, puedo estar tranquila en cuanto a la seguridad», explica Sarita, y es que en el día a día no se sienten demasiado los famosos conflictos que aparecen en la televisión.  «Me gusta el clima, me siento en casa, ¡perteneciente a algo mucho más grande!», comenta.

Los transportes públicos también son excelentes, según cuentan. Alon, incluso teniendo coche, a veces utiliza tren y autobús, y está muy satisfecho. Sarita e Ilan no utilizan, pero sus hijos sí y dicen ser muy buenos, eficientes, puntuales y limpios.

En el tema de la salud, por ser público, el servicio de salud es diferente al deBrasil y a veces puede generar insatisfacción. «El servicio de salud de Israel es muy bueno, atiende bien y funciona muy bien. Pero por ser público no es como los grandes hospitales de Brasil, pero aún así de alto nivel y funcionamiento», comentó Alon.

Para Ilan, «los servicios dejan mucho que desear, principalmente para nosotros, brasileños, que estamos acostumbrados a la humildad y dulzura de los prestadores de servicios en Brasil». Sarita por su parte, cree que «el servicio no es algo que el israelí está acostumbrado a dar y bien … No son buenos, necesitan aprender mucho aún en ese aspecto, pero nosotros necesitamos tener paciencia pues todo va bien.»

Y, por fin, sobre las guerras, los entrevistados no concuerdan que eso debería ser un motivo grande para irse de Israel o dejar de venir.

Alon cree que está todo en la mano de Dios: «Desde la época de la Biblia, siempre han habido y siempre hay y siempre habrán, pero me siento totalmente seguro pues todo está en manos de Diosy Él nos mantiene seguros en nuestra tierra», explica Alon. «Creo que la existencia de Israel es un milagro, todos los días, y agradezco por ello», concluye.

Ilan y Sarita se preocupan un poco, pero no por su seguridad propia, sino por la de los soldados que están en el combate arriesgando sus vidas. «Ya pasamos por dos guerras desde que llegamos, la Segunda Guerra del Líbano y Margen Protector. Fueron épocas muy tensas, aunque con mucha unión y preocupación por nuestros soldados, pero en lo personal, no me siento insegura en esas situaciones. Los únicos que están en el frente de batalla son los soldados, a quienes rezamos para que vuelvan bien y en seguridad «, explicó Sarita. Ilan también se preocupa por los soldados y piensa en sus hijos, hijos de vecinos y de amigos.

Una de las clases de la mañana en la Kehila de Or Israel
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