Khashoggi abogó por la libertad en el mundo árabe en su último artículo para The Washington Post

Jamal Khashoggi Foto: Alfagih Wikimedia GFDL

El desaparecido periodista saudita Jamal Khashoggi abogó en su último artículo, publicado por The Washington Post, por la libertad de expresión, información y de prensa en los países árabes.
La editora de Khashoggi en el rotativo capitalino, Karen Attiah, recibió la columna de manos del traductor del periodista el día después de su desaparición el pasado 2 de octubre en el consulado de Arabia Saudita en Estambul.
«El Post frenó la publicación (del artículo) porque esperábamos que Jamal volviera con nosotros para que él y yo lo pudiéramos editar juntos. Ahora tengo que aceptarlo: eso no va a suceder», explicó Attiah.
En su columna, titulada «Lo que más necesita el mundo árabe es libertad de expresión», Khashoggi defiende que la mayoría de países árabes tiene a sus ciudadanos «desinformados o mal informados», por lo que «no pueden abordar adecuadamente, y mucho menos discutir en público, los asuntos que afectan a la región y sus vidas cotidianas».
«Una narrativa dirigida por el Estado domina la opinión pública, y si bien muchos no la creen, una gran mayoría de la población es víctima de esta falsa narrativa. Lamentablemente, esta situación es poco probable que cambie», afirmó el periodista saudita.
Para Khashoggi, «los gobiernos árabes han dado rienda suelta a silenciar cada vez más los medios de comunicación», incluido internet, por lo que la región «enfrenta su propia versión del telón de acero, impuesto, no por actores externos, sino por fuerzas internas disputándose el poder».
Más allá de la censura interna, el periodista saudita lamenta en su artículo que, con la excepción de Qatar, en el resto de países no se informa sobre los acontecimientos que suceden en la región para preservar así el «viejo orden árabe».
«El mundo árabe necesita una versión moderna del viejo (modelo) de prensa internacional para que sus ciudadanos puedan estar informados sobre los asuntos globales. Y más importante aún, tenemos que ofrecer una plataforma para voces árabes», dijo.
«Sufrimos pobreza, la mala gestión y mala educación. A través de la creación de un foro internacional independiente, aislado de la influencia de los gobiernos nacionalistas que propagan el odio a través de la propaganda, la gente común en el mundo árabe podría abordar los problemas estructurales que enfrentan sus sociedades», concluyó Khashoggi.
Según The New York Times, Arabia Saudita planea reconocer que Khashoggi murió bajo su custodia en un interrogatorio que se les fue de las manos en el consulado a sus autores y culpar a de ello a un funcionario amigo del príncipe heredero.
Sin embargo, hasta la fecha, Riad ha negado cualquier implicación en la desaparición del periodista.
Turquía, por su lado, registró -dos semanas después de la desaparición- el consulado saudita en Estambul en busca de pruebas de lo sucedido.
Según algunos medios turcos y estadounidenses, Ankara dispone de grabaciones de vídeo y audio que demuestran Khashoggi fue asesinado en la sede diplomática. EFE

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