La Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV) condenó enérgicamente la portada antisemita de una revista semanal que vincula a los judíos y a Israel con actividades ilícitas, casas de cambio ilegales y una agencia gubernamental.
La federación comunitaria judía envió una carta al editor de «Las Verdades de Miguel» en protesta por la imagen de un rabino hablando en un teléfono celular con una estrella de David hecha de billetes de un dólar al lado de su sombrero.
«En línea con nuestra misión de combatir cualquier manifestación de antisemitismo, tomamos nota de que la cubierta es una réplica de panfletos y pasquines antisemitas», dijo la CAIV en la carta.
El titular, que reza: «Moneda extranjera para Israel: Los rabinos de Cadivi» se refiere a la Comisión de Administración de Divisas de Venezuela, un organismo gubernamental que administra las actividades de intercambio de dinero.
«El uso del término ´israelita´ en referencia a la supuesta condición judía de personas y empresas es simplemente difamatorio y antisemita. Como judíos y como venezolanos, deseamos que todas las actividades ilícitas sean investigadas y finalmente castigadas por la ley penal», continuó la carta de la CAIV.
«El mal uso asociado de los términos vinculados con el pueblo judío como ´rabinos´, ´israelita´ e ´Israel´ ha sido peligroso y ha tenido históricamente consecuencias trágicas y perversas. Revelan un sesgo antisemita que debe ser denunciado sin vacilación porque ponen en riesgo la integridad física de los miembros de nuestra comunidad», concluye la misiva.
Venezuela es uno de los países más violentos del mundo, aunque el gobierno esté desesperado por buscar conspiraciones parece un reportaje tendencioso, poco aporta acusar sin pruebas.
Puede que sea verdad. Y tiene todas las caracterìsticas de buscar un escàndalo para incrementar las ventas del semanario «Las Verdades de Miguel», urdida por su director, Miguel Salazar.
La situaciòn de la prensa escrita en mì paìs es muy dìficil y la espiral inflacionaria (700 % en este año) corta los ingresos para los diarios nacionales, quienes ademàs son muy vulnerables a la reducciòn de los permisos y entrega de dòlares a importadores para traer papel prensa.
Esto apunta a la necesidad de fabricar chivos expiatorios para la crisis econòmica aquì. Nòtese que el artìculo (unas seis lìneas) en nada se diferencia de los restantes artìculos donde se apunta a acusaciones de manejos dudosos de la cosa pùblica, caracterìstica de la prensa polìtica venezolana.
Lo que desatò la polèmica, conjuntamente con un parrafillo de unas seis lìneas donde se acusa a ciertos elementos de dudosa conducta personal de cometer acciones reñidas con la ètica en la administraciòn de divisas nacional (cosa lògica pues el entero sistema polìtico benezolano es una incitaciòn a delinquir, lo que atrae a los mala conducta de todos los paìses del mundo, como bien lo saben los etarras, los Cuntrera, los ex del Cartel de Medellìn, las FARC, los seguidores de Gadhafy, etc).
El detalle (en un momento de ebulliciòn polìtica esto no se olvide) es el empleo del titular amarillista «Los Rabinos de CADIVI», como si estos fueran los sacerdotes del templo de Yerushalayim, al que el rabbì Yeoshua Ben Nazrata habrìa sacudido a azotaìna limpia (nòtese que ahora en Venezuela al menos de un tercio a la mitad de la poblaciòn debe saltar comidas pues no halla que llevarse a la boca, luego de que Chabez gastara por todos lados algo asì como entre 1,3 y 2 billones de dòlares de los EUA).
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En mi paìs el antijudaìsmo es rarìsimo. Pero si crea una polèmica, esta puede hacer llamativo a este periòdico.