Judaísmo para armar

23 noviembre, 2016

Dr. Natalio Daitch, Buenos Aires-Argentina

El combo loco
Muchos de aquellos que siempre nos ha interesado y preocupado el destino del pueblo judío, debemos admitir, no se trata de una tarea apta para cardíacos. Y es que la problemática judía transcurre en una compleja madeja de problemas, circunstancias y factores tanto externos como endógenos, que seguramente ponen a prueba nuestra capacidad de resistencia física y emocional.

Trump, y a patear el tablero
La victoria de Donald Trump genera esperanzas en muchos y dudas en otros. En un mundo signado por una tendencia llamada globalización que implica unir mercados, sociedades, y culturas, versus países que reaccionan y pelean para evitar ser licuados en ese magma que significa para muchos la pérdida de la identidad nacional y la custodia de sus propias fronteras nacionales.
Hay otros, y me cuento entre ellos que cuestionan una globalización que a todas luces es asimétrica, en especial si tomamos como eje el espinoso tema de esta imparable ola migratoria -y para otros invasora- musulmana, que a las claras no ofrece reciprocidad para los occidentales (cristianos o judíos) que deseen radicarse y vivir libremente en los países árabes y musulmanes.
Y el ejemplo clásico, es en el Medio Oriente donde Israel tiene 1.500.000 de árabes israelíes viviendo por dentro de la Línea Verde, pero ningún judío (aún el que se manifieste antisionista) puede residir en Gaza o en los territorios que nosotros denominamos Judea y Samaria.

Continúa el combo
No cabe duda que el mundo que denominamos civilizado ha perdido la brújula. Nosotros los judíos o muchos de nosotros acompañamos y nos sumamos a la comparsa de los locos confusos, tal el caso de judíos que manifiestan en Europa a favor de inmigrantes musulmanes, los que luego muchos (no todos) se tornarán en potenciales terroristas suicidas o kamikazes.
Haciendo gala de un extraño humanismo que no hace tiempo a ocuparse de como recuperar las pequeñas comunidades judías remanentes en el viejo continente, o la profunda depresión que nos debería producir que antiguas sinagogas abandonadas se encuentran hoy por hoy «al cuidado de población árabe-musulmana» en países como Alemania y otros.
Es decir, «sobre llovido mojado», o si se quiere, no basta haber perdido el precioso capital humano (en la Shoá + asimilación), que ahora también perdemos los edificios y los ladrillos. Que a no dudarlo con el tiempo serán reconvertidos en esplendorosas mezquitas.

En la diáspora como en Israel
Judíos que por derecha o por izquierda terminan trabajando a favor de nuestros enemigos, asfaltando el camino que puede conducirnos a una nueva aniquilación modelo siglo XXI. Agrupaciones como Betselem o Rompiendo el silencio, fogonean desde adentro ese tsunami global de odio, inoculado a nivel mundial por cientos de árabes -palestinos y no palestinos, musulmanes y no musulmanes, grupos de izquierda violenta, nazis de la vieja derecha antisemita y todos ellos obtienen su base o ancla en dichos que ellos citan de la boca de los propios judíos que aseveran y confirman su odio patológico por el pueblo judío, hoy perfectamente maquillado de pro-palestinismo.

Reflexión final
El 70% de los judíos americanos votó por Hillary, la continuación de Obama que concreta el pacto con Irán, el promotor del terrorismo todo-terreno en todo lugar.
Y el país que estaría detrás de los atentados antijudíos en Buenos Aires, y que jura y perjura va a borrar (D’os libre) a Israel del mapa.
Para concluir, es mucho lo que podríamos agregar. Se trata de que amplias franjas del pueblo judío han introyectado la insidiosa y pegajosa propaganda y los argumentos de los descendientes de Ismael en donde se invita a Occidente a cometer suicidio colectivo, nacional y/o grupal. Y entonces, termino reiterando que no hay peor astilla que la del mismo palo. ¿O nos encontramos ante las nuevas tribus perdidas de Israel? Y entonces y para cerrar el círculo, el nuevo-viejo desafío para nuestro pueblo milenario de volver a respirar profundo y sacar fuerzas de la nada, e intentar volver a recomponer este judaísmo, a la manera de como armábamos esos hermosos modelos de juguetes con el viejo mecano de nuestra infancia de los sesenta-setenta.
Los judíos no podemos darnos el lujo de perder la esperanza, y dado que no podemos caer en la depresión, ya que no tenemos chance o la posibilidad de una segunda vuelta, aferrándonos al Todopoderoso y su Torá, debemos tallar más profundo en nuestra judeidad hasta que venga el Mashíaj, el descendiente de David, cuyos talones o proximidad muchos estiman es la época que vivimos en el presente acercándose el fin de los tiempos y la salvación de Israel y de todo el mundo entero. Amén.

Compartir
Subscribirse
Notificarme de
guest
2 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios