Jacob y las Doce Tribus de Israel del pintor Zurbarán llegan a Tierra Santa

Jacobo Pintura de Francisco de Zurbarán Wikimedia Dominio Público

El espíritu barroco del Siglo de Oro español se expone desde hoy en Israel con «Zurbarán, Jacob y sus doce hijos, cuadros del Castillo de Auckland», una muestra con trece retratos del patriarca bíblico y sus descendientes, del pintor del siglo XVII Francisco de Zurbarán.

Uno de los principales referentes de la pintura barroca española de época moderna, como Diego Velázquez o El Greco, el artista pintó los cuadros entre 1640 y 1645 desde su estudio en el barrio de la Magdalena de Sevilla (sur), una ciudad que entonces era «el centro del mundo», dice Shlomit Steinberg, veterana curadora (comisaria) de arte europeo del Museo de Israel, donde se inaugurará la exhibición.

El español, que nació en 1598 en la población extremeña de Fuente de Cantos (oeste), desarrolló su carrera profesional en una Sevilla «bulliciosa, con talleres y artistas famosos», cuando la urbe andaluza era un punto neurálgico de la España de la dinastía de los Austrias, «con su puerto que conectaba la ruta marítima de las Américas», añade Steinberg.

Las obras, que se exhiben por primera vez en Israel, son parte de una muestra de retratos a tamaño real con representaciones de los doce hijos que formaron las doce Tribus de Israel y su padre, el patriarca bíblico Jacob, cuya historia se cuenta en el Libro del Génesis.

En los cuadros, los personajes aparecen ante paisajes que recuerdan parajes de Flandes, propios del estilo barroco, y el pintor caracteriza las figuras representadas con un rostro profundo y precisión en todos los detalles.

«No es fácil tomar trece figuras y hacer de cada una su propia persona, con hermanos que se parecen entre ellos», cuenta la curadora, que elogia la técnica del artista para recrear a cada uno de los hijos de Jacob con rasgos similares.

Según Steinberg, «Zurbarán sabía mirar a la gente», lo que demuestra «su capacidad para convertir algo que podría haber sido una imagen típica en una de particular, de un retrato general a uno específico».

«Las caras de los hijos de Jacob parecen de personas que él conoció», agrega.

En su opinión, las obras tienen muchos elementos que ayudan a conocer mejor la España del Siglo de Oro, y es que Zurbarán se inspiró en «la gente en el mercado, en la iglesia, en su casa, y usó sus rostros para convertirlos en algo bíblico y antiguo», incluso «mitológico, más allá del tiempo y del espacio».

Entre los personajes destacados de la exposición está el patriarca Jacob, representado como un hombre en plena vejez. «Cuando miras sus manos ves las de un hombre mayor, pero de alguien que no trabajó nunca demasiado duro», explica esta experta.

Sin embargo, las manos de algunos de sus hijos son las propias de alguien «que trabaja la tierra», seguramente inspiradas en las de los campesinos de la época.

«Lo más maravilloso de Zurbarán son las manos, pocos pintores crean manos tan perfectas», valora Steinberg, mientras que los ropajes de las figuras representadas surgen de la imaginación del pintor, pero también de la estética y los tejidos propios de la época, que el pintor conocía bien.

Las obras se exhibirán durante cuatro meses en Jerusalén y evocan los orígenes del pueblo judío con la representación de las doce tribus, aunque Steinberg señala que el pintor «no usó motivos judíos ni intentó retratarlos como judíos en absoluto», sino que su intención era colocar sus cuadros en el mercado emergente de América.

Posiblemente, aunque se desconoce el cliente, los retratos habrían sido el encargo de un convento o de un sacerdote establecido en el continente americano.

Durante el siglo XVII, «había interés en el Nuevo Mundo en el tema de los patriarcas, porque la gente creía que los indígenas de América Latina debían ser las tribus perdidas, los niños de Israel esparcidos por el mundo, convertidos en paganos», a los que había que traer «de nuevo al Cristianismo».

Después de su paso por Israel, la exposición volverá al castillo de Auckland, el palacio episcopal de Inglaterra donde los retratos han estado expuestos más de 250 años, desde que el príncipe obispo de Durham, Richard Trevor, adquirió las obras de un mercader judío en Londres en 1756. EFE

Compartir
Subscribirse
Notificarme de
guest
1 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios