Israel y Arabia Saudita cargan contra Irán y denuncian el acuerdo nuclear

Adel al Jubeir Foto: Conferencia de Seguridad de Munich @MunSecConf Twitter

La Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) evidenció el aislamiento político de Irán en Oriente Medio ante la pinza que conforman Israel y Arabia Saudita, que le acusaron de expansionismo militar y violaciones de la legalidad, además de denunciar el acuerdo nuclear.

La última jornada de este importante foro anual de política exterior fue escenario de la confrontación de estos tres actores clave en una región sumamente inestable en la actualidad por guerras como las de Siria, Libia y Yemen, amén del enquistado conflicto entre israelíes y palestinos.

El primer ministro, Biniamín Netanyahu, advirtió de que es un error tratar de apaciguar a Irán con el acuerdo nuclear, ya que Teherán sigue tratando de adquirir capacidades atómicas y cambiar el «statu quo» en Oriente Medio.

Irán es «la mayor amenaza para el mundo, no solo para israel y Oriente Medio» y, una vez que tenga un arma nuclear, será más difícil detenerlo, avisó.

Netanyahu comparó el acuerdo para parar el programa nuclear iraní -suscrito por Teherán y el Grupo 5+1 (los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania)- con el conocido como Pacto de Múnich, que firmaron en 1938 Francia y Reino Unido con la Alemania nazi y la Italia fascista y que no evitó la II Guerra Mundial.

Por su parte, el ministro saudita de Exteriores, Adel Al Jubeir, denunció en ese mismo foro que el acuerdo nuclear fija unos controles demasiado permisivos, sin acceso a las instalaciones militares iraníes, y prevé unas limitaciones insuficientes a la producción de uranio enriquecido.

Además, lamentó que no haya conseguido cambiar la «actitud agresiva» de Teherán y se preguntó si el dinero obtenido por Irán gracias a ese pacto se ha empleado para armar al grupo chií de los hutíes en Yemen y a Hezbollah en Líbano.

«Queremos ver un cambio fundamental en la conducta de Irán», recalcó el ministro saudita, quien instó a la comunidad internacional a «meter presión» a Irán y «aislar» a Teherán, «para que vea que sus políticas no son aceptables».

Netanyahu advirtió de que «Israel tiene sus líneas rojas» y que no permitirá que Irán establezca un pasillo de influencia con «presencia militar permanente» entre el mar Caspio y el Mediterráneo, esto es atravesando Irak y Siria, con el objetivo de atacar a Israel.

«Actuaremos sin dudar para defendernos», subrayó Netanyahu, quien se refirió tanto a Irán como a sus «adláteres» (peones) y mostró un fragmento del dron iraní que Israel derribó hace pocos días en su territorio.

El ministro iraní de Exteriores, Mohamad Javad Zarif, también en la MSC, calificó de «circo caricaturesco» las acusaciones del primer ministro, al que acusó de tratar de esquivar así sus «crisis internas», en referencia a la petición de la policía de que se impute a Netanyahu por aceptar o solicitar sobornos, fraude y abuso de confianza.

Zarif aseguró que Irán no será el primer país en violar el acuerdo nuclear y advirtió del riesgo de ceder a las presiones israelíes para romperlo.

«Si los intereses de Irán no se garantizan, Irán responderá seriamente, y creo que será una respuesta de la que la gente se arrepentirá», advirtió.

Para el ministro iraní, el pensamiento del primer ministro de Israel es «delirante» por tratar de echar por tierra el acuerdo nuclear iraní «sin ninguna alternativa».

Zarif calificó de «innecesaria» la «rivalidad» creada en su región entre Arabia Saudita y su país, y consideró que la región sólo será «fuerte» cuando se pase de una lógica de «suma cero» -en la que uno debe perder para que otro gane- a otra de seguridad «en red», en la que se respeten las diferencias y los distintos intereses.

A su juicio, el acuerdo nuclear -del que recela ahora la Administración estadounidense- es un «ejemplo» de pensamiento no basado en la lógica de suma cero.

Por su parte, el ex secretario de Estado de EEUU John Kerry asumió que Irán sigue siendo una amenaza y reconoció el derecho de Israel a defenderse, pero consideró «crucial» para Europa y para el mundo que se mantenga el acuerdo nuclear alcanzado durante el mandato de Barack Obama (2009-2017) y que su sucesor en la Casa Blanca, Donald Trump, ha amenazado con abandonar.

A su juicio, dar ese paso no sería ni «una buena diplomacia ni una estrategia sensata».

Netanyahu, reconociendo el alineamiento actual de Israel y Arabia Saudita, señaló que ambos países están «más juntos que nunca», algo que puede traer «unidad» a la región y, quizá, a largo plazo, la «paz» entre israelíes y palestinos.

«Los árabes reconocen que Israel no es su enemigo, sino su aliado», apuntó. EFE y Aurora

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