La decisión de que la selección nacional de fútbol juegue el partido de las Clasificatorias para el Mundial contra España en Gijón ha enervado a los funcionarios israelíes, porque la ciudad anfitriona le ha declarado el boicot a Israel. A los funcionarios israelíes les preocupa las protestas que acompañarán el juego, que se llevará a cabo el 24 de marzo próximo.
La selección nacional española está disputando los partidos internacionales en diferentes ciudades, para que los habitantes a lo largo y ancho del país tengan la oportunidad de ver los juegos.
En enero de 2016, el Consejo del Ayuntamiento aprobó el boicot contra el Estado de Israel. La iniciativa fue promovida por los socialistas y los partidos de extrema izquierda. La alcaldesa de Gijon, Carmen Moriyón, se opuso pero su partido y otros grupos políticos de centro se abstuvieron, por lo que no pudo impedir la resolución.
Activistas pro-israelíes apelaron la decisión en la Corte Administrativa, pero el juez rechazó el recurso indicando que la acción no tiene significado práctico real sino que es solamente una declaración política.
Moriyón puntualizó que la decisión fue aprobada por el Consejo del Ayuntamiento; pero que no tiene intenciones de implementarla.
De cualquier manera, a la luz de la actitud de la ciudad contra Israel, el equipo nacional no espera una cálida recepción. “Nos provoca nauseas que el equipo tenga que ir a jugar a un lugar que está boicoteando al Estado de Israel; incluso si es sólo una declaración”, indicó uno de los funcionarios. “No nos queda claro por qué entre todos los lugares, España tuvo que elegir que se juegue en esa ciudad”.
Por su parte, la Asociación de Fútbol de Israel comunicó que: “No tenemos información o explicación de por qué España eligió realizar el partido en Gijón. Ellos no necesitan nuestra aprobación, por su puesto. La relación entre nuestras asociaciones es excelente. Nosotros jugamos dónde es permitido y no mezclamos el deporte con ninguna otra cosa”.