Israel teme perder margen de maniobra en Siria tras la caída del avión ruso

20 septiembre, 2018 , , , ,
El general Amikam Norkin, centro derecha, con oficiales ruso Foto: Portavoz militar de la FDI

Israel envió al jefe de su Fuerza Aérea a Moscú para dar explicaciones sobre el derribo el lunes de un avión ruso con quince militares a bordo por fuego sirio que respondía a un ataque israelí, lo que ha provocado una crisis y hace temer por una pérdida de margen de actuación militar israelí en Siria.
«Las reuniones se celebraron con buen ánimo y los representantes compartieron un debate profesional, abierto y transparente sobre diversos asuntos. Ambas partes enfatizaron la importancia de los intereses de los Estados y la aplicación continua del sistema para evitar los conflictos», declaró en un comunicado las Fuerzas de Defensa de Israel sobre el encuentro en Moscú.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, habló el martes con el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, para calmar las aguas, después de que el titular de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, acusase a Israel de una «provocación deliberada» que habría causado la caída del avión.
Moscú afirma que el patrón de vuelo de los cazabombarderos israelíes puso en riesgo a su avión Il-20, un turbohélice de reconocimiento y combate electrónico, al confundir a la defensa aérea siria.
Netanyahu envió a la capital rusa al teniente general Amikam Norkim, comandante de la Fuerza Aérea, al frente de una delegación militar que también incluye a oficiales de la Brigada de Cooperación Internacional y de la Dirección de Inteligencia y de Operaciones, para ofrecer la información de que disponen, que consideran exculpatoria.
Avigdor Lieberman, el ministro de Defensa, afirmó que está «dispuesto a dar a los rusos toda la información», y declaró: «No tenemos nada que esconder, actuamos como siempre lo hacemos».
Las Fuerzas de Defensa de Israel destacan que sus cazas no estaban cerca del avión ruso cuando llevaron a cabo el bombardeo pues ya habían regresado al territorio israelí cuando Siria lanzó los misiles que abatieron el aparato ruso, y acusa a las baterías sirias de disparar «extensiva, inexacta e indiscriminadamente sin molestarse en comprobar si había aviones rusos en vuelo».
Los ánimos rusos parecieron atemperarse tras la conversación entre Netanyahu y Putin, que fue seguida por declaraciones de este último atribuyendo la muerte de los quince militares a «una trágica cadena de accidentes».
Pero el lenguaje de Moscú volvió hoy a ser muy duro en términos diplomáticos con un mensaje de la embajada rusa en Tel Aviv, que declaró que «Moscú ve como irresponsables y no amistosas las acciones de la Fuerza Aérea de Israel, que expusieron al avión Il-20 ruso al peligro y llevaron a la muerte de quince hombres en servicio».
La legación advirtió en un comunicado de que «Rusia tomará todas las medidas necesarias para eliminar la amenaza a la vida y seguridad de nuestros militares que luchan contra el terrorismo».
El analista israelí del International Crisis Group, Ofer Zalzberg, recomienda a quienes vieron en las palabras de Putin una absolución total de Israel a que presten cuidadosa atención «al fuerte tono y la elección de vocabulario» del mensaje difundido hoy por Exteriores ruso.
Israel asegura que no cambiará su comportamiento en Siria y que seguirá actuando para evitar que Irán y el grupo terrorista libanés chií Hezbollah se instalen en ese país y posicionen misiles de alta precisión que podrían ser usados para atacar su territorio, pero también está interesado en continuar la coordinación en materia de seguridad con Moscú y necesita que esta crisis sea superada.
La delegación israelí presentó en Moscú pruebas sobre los intentos iraníes de consolidar su posición en la vecina Siria y la «trasferencia de armamento estratégico a Hezbollah».
Amos Harel, analista de Defensa del diario «Haaretz», cree que el incidente ha puesto al país en una posición «extremadamente difícil» con los rusos, que podría «influir negativamente en la libertad de acción estratégica» de la que los aviones de combate han disfrutado hasta ahora en el frente norte.
En el diario «Yediot Aharonot», Yosi Yehoshua coincide en que, a corto plazo, la libertad de actuación israelí en Siria puede verse restringida, tanto en la amplitud de operaciones como en términos de coordinación con Rusia.
Moscú podría exigir una mayor antelación en las comunicaciones para informar de un ataque (en este caso se habría informado solo un minuto antes del bombardeo) y también que estas sean más específicas, y no generales como lo son ahora, cuando Israel no detalla con exactitud los objetivos que va a atacar.
Además, los analistas advierten de que Moscú podría obligar a Israel a excluir de su ámbito de actuación la región de Latakia, donde tuvo lugar el suceso y que acoge bases militares aéreas y navales rusas.
«El incidente es probablemente un duro golpe a la confianza del Ministerio de Defensa ruso sobre el israelí», opina Zalzberg.
El analista Alex Fishman piensa que las consecuencias de la crisis ya han empezado, con el repentino anuncio de Rusia a Grecia de que iniciará hoy unas maniobras aéreas en el área entre Nicosia y Latakia, lo que supone el cierre de ese espacio aéreo.
«Es la primera fase del plan ruso para cerrar dos espacios aéreos a los aviones extranjeros: la zona de la costa siria y la zona de Damasco, lo que restringiría enormemente toda la actividad aérea israelí en esos sectores», advierte en el «Yediot Aharonot». EFE y Aurora

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