Israel ¿Ruta hacia el abismo?

20 julio, 2017
Foto zeeveez Creative Commons - Flickr

Joseph Hodara

Un largo artìculo firmado por el periodista norteamericano-israelí David Shulman, que vio la luz en el New York Review of Books ( junio-julio 2017), debe ser puntualmente leído y comentado por aquellos que la vida en y de Israel les importa.

Conviene retener la índole y enorme peso de esta tribuna. Muy pocos intelectuales y académicos en el mundo que leen inglés son indiferentes a ella. Por el contrario, recorren con avidez estas páginas que se publican quincenalmente y gravitan poderosamente en los modeladores de políticas nacionales e internacionales. De aquí los amplios ecos que las apreciaciones de Shulman merecen. En suma: es imposible y será desafortunado eludirlas.

El autor recuerda el inicio de su vida en Israel en los años sesenta, apunte que – confieso – de inmediato tuvo resonancias en quien escribe. También yo como él llegamos a Israel como adolescentes, plenamente identificados con las aspiraciones, los dilemas, y el renacimiento social y hebreo que el país y su gobierno entonces alentaban. Dice y coincido con Shulman: » era entonces Israel una sociedad ampliamente moderada y humana, una versión mediterránea de las modernas democracias sociales de Europa. Distaba de ser una sociedad colonial; el temor al árabe abrumaba a no pocos ciudadanos, pero no es comparable al hálito racista que hoy se percibe diariamente en la radio y televisión. »

Apoyado en estudios e investigaciones llevados a cabo en los años recientes por académicos judíos que viven en Israel y fuera del país, Shulman expone las razones que están conduciendo a este país a una trampa mortal por propia mano. Las conquistas territoriales logradas en décadas pasadas tenían por objetivo obligar a árabes y palestinos a suscribir una paz a cambio de la devolución de todo lo militarmente ganado. Ya no es así. En su opinión, Israel hoy no conduce ni aspira a la paz con los palestinos.

Explica: » los costos de un acuerdo en esta dirección son abrumadores e inmediatos. Implican la pérdida de territorios, el fin de la colonización y el colapso político. En contraste, los costos de preservar el actual status quo son desagradables para muchos israelíes, pero tolerables…» En otras palabras, cualquier devolución de los territorios hoy militarmente ocupados y administrados implicará afiladas tensiones susceptibles de conducir a una crónica e irremediable inestabilidad política y social. Para el actual gobierno, algo más de lo mismo es lo recomendable.

Para fundamentar su tesis Shulman recuerda las maniobras de políticos como Beguin, Shamir y Barak quienes debieron revelar alguna flexibilidad respecto a las reclamaciones árabes y palestinas sólo cuando Washington transmitió a Jerusalén una amenaza intolerable como la redución del suministro de armas o de la ayuda económica. Considera que esta actitud no se repetirá en los tiempos de Donald Trump. Así, éste será el probable resultado: la resuelta victoria de los colonizadores de Judea y Samaria, el ascenso del fundamentalismo religioso, y el deterioro imparable de la democracia en Israel.

Shulman hace hincapié en que la frase » dos estados para dos pueblos »

pertenece al poeta palestino Mahmoud Dawish cuando éste propiciaba – junto con Arafat- algún tipo de arreglo. Políticos israelìes la adoptaron sin confesar – o ignorando – esta fuente, y sin creer en ella. En los últimos tiempos, Netanyahu ya dejó de vocearla y prefiere el silencio.

A juicio de este politólogo: ¿adónde conducen estas tendencias ? Vislumbra tres rumbos: socialmente a una sociedad tipo apartheid en Judea y Samaria que tolera y ofrece empleos preindustriales a los palestinos, les niega derechos políticos, y en el mejor de los casos la economía israelí los emplea como fuerza laboral barata en los sectores de la construcción.

Segundo,a un deterioro irrefrenable de la cultura democrática crecientemente gobernada por un fundamentalismo teo- nacionalista que destruirá la necesaria división y equilibrio de los poderes; y, en fin, a una emigración- por desencanto o protesta – de sectores seculares y altamente educados que aprovecharán las oportunidades que la tecnoglobalización mundial les está abriendo.

Frenar este proceso no es interés de las fuerzas que hoy prevalecen en el gobierno israelì y en amplios sectores de la opinión pública. Netanyahu se ajusta a ellas por convicción y/o para perpetuarse en el poder. Shulman sugiere que Trump podrìa moderar estas tendencias si las circunstancias internas e internacionales le obligasen a adoptar una perspectiva lúcida y algo más equilibrada de los escenarios internacionales. Tendencia que en fin revelaría » no que Dios existe, pero que si Él existe tiene un buen sentido del humor…»

 

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