Israel aprueba en el Parlamento una polémica ley que protege su carácter judío

Parlamento Foto: Kneset

El Parlamento (Knéset) aprobó la controvertida ley «Estado-Nación», que protege la identidad judía de Israel, al que denomina «hogar nacional» del pueblo judío, reserva el derecho a la autodeterminación a este colectivo y deja el hebreo como única lengua oficial.

Por 62 votos a favor y 55 en contra, la Knéset (la Cámara israelí) aprobó finalmente la iniciativa después de un intenso debate, en medio de una tremenda polémica ya que algunos sectores la califican de «discriminatoria» y ante la ausencia de los diputados árabes israelíes.

Hasta ahora se había evitado esta mención a la identidad judía por la oposición de algunas corrientes judías y la existencia de minorías como la árabe, que quedó allí tras la creación del estado de Israel en 1948 y constituye un 20 % de la población.

El propósito «es asegurar el carácter de Israel como el estado nacional de los judíos con el fin de codificar en una ley básica los valores de Israel como un estado democrático judío en el espíritu de los principios de su Declaración de la Independencia», expone la Knéset en su pagina web.

Esto incluye el himno Hatikva (adaptado de un poema judío, sobre el retorno del pueblo a su tierra en Israel), la bandera blanca y azul con la estrella de David en el centro, una menorá (candelabro judío) de siete brazos con ramas de olivo en los extremos como símbolo del país y el hebreo como lengua oficial.

«El árabe tendrá una categoría especial, todo judío tendrá el derecho de migrar a Israel y obtener la ciudadanía de acuerdo a las disposiciones de la ley, el estado actuará para reunir a los judíos en el exilio y promoverá los asentamientos judíos en su territorio y asignará recursos con este propósito», establece la nueva legislación.

La cláusula 7b, que amparaba «la creación de comunidades en el país compuestas por razón de fe o de origen» y fue criticada por el presidente, Reuvén Rivlin, por considerarla «discriminatoria», fue revisada para la versión final.

Esta establece que «el estado ve el desarrollo de las comunidades judías como interés nacional y dará pasos para animar, avanzar e implementar este interés».

Durante las alegaciones y ante una cámara prácticamente vacía, el parlamentario árabe israelí Ayman Odeh, de la Lista [Árabe] Conjunta, reclamaba la falta de carácter democrático de la iniciativa e izó una bandera negra para representar «el funeral de la democracia».

Su compañero en la plataforma que aglutina varios partidos de mayoría árabe, Jamal Zahalka, arremetía contra el primer ministro, Biniamín Netanyahu, y reclamaba: «O judío o democrático», después de que el también parlamentario árabe Ahmed Tibi dijera que veían «con incredulidad la muerte de la democracia», que «estaba muriendo en los últimos años». EFE y Aurora

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