Una de las cosas que suceden a nuestros cuerpos a medida que envejecemos es que ciertas células empiezan a acumularse. Las llamadas células senescentes – células que “se retiran” y dejan de dividirse pero se niegan a sufrir la muerte celular – están siempre presentes, e incluso sirven algunas funciones importantes, por ejemplo en la reparación de heridas.
Pero en el envejecimiento de los órganos, estas células no se limpian como deberían, y pueden llenar innecesariamente su espacio.
El Dr. Valery Krizhanovsky del Departamento de Biología Celular Molecular del Instituto de Ciencias de Weizmann está revelando cómo estas células están ligadas a los trastornos del envejecimiento y por qué se niegan a desaparecer. Su trabajo no es sólo la apertura de nuevas ventanas en el proceso de envejecimiento, está apuntando a nuevas direcciones en los tratamientos para muchos de estos trastornos y enfermedades.
La investigación sobre la senescencia celular ha crecido en los últimos años, debido a los hallazgos de que la limpieza de estas células de varias partes del cuerpo puede revertir ciertos aspectos del envejecimiento y los procesos de la enfermedad. Las industrias farmacéuticas han tomado nota, también, de la investigación que podría conducir al desarrollo de fármacos que podrían dirigirse a células senescentes en órganos o tejidos específicos.
En la investigación básica llevada a cabo en el cultivo de células humanas y en ratones, Krizhanovsky y su equipo preguntaron exactamente lo que une las células senescentes al envejecimiento. ¿Son, por ejemplo, una causa primaria de enfermedad relacionada con la edad, o un efecto secundario? ¿Y por qué estas células no mueren, a pesar de estar dañadas, para que las “tripulaciones de limpieza” del sistema inmunológico tengan que despejarlas?
Los investigadores plantearon la hipótesis de que la respuesta a la segunda pregunta podría estar en una familia de proteínas celulares que regulan un tipo de suicidio celular conocido como apoptosis. Identificaron dos proteínas en esta familia que previenen la apoptosis y que se sobreprodujeron en las células senescentes.
|Cuando se inyectaron ratones que tenían un suministro extra de células senescentes con moléculas que inhiben estas dos proteínas, las células sufrieron apoptosis y luego fueron eliminadas, y hubo signos de mejora en el tejido.
“En pequeñas cantidades, estas células pueden evitar que los tumores crezcan, ayudar a las heridas coagular y comenzar el proceso de curación”, dice Krizhanovsky. “Pero a medida que acumulan, provocan inflamación e incluso cáncer”.
Se ha demostrado que ciertas enfermedades comunes relacionadas con la edad están asociadas con esta acumulación de células senescentes, por ejemplo, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y Krizhanovsky espera aplicar estos resultados a la investigación de tratamientos para estas enfermedades. El truco, dice, será apuntar a las células sin causar efectos secundarios indebidos. Ha estado desarrollando modelos de ratón de la EPOC y se para ver si la limpieza de las células senescentes de los pulmones puede prevenir o aliviar la enfermedad. Yeda Research and Development, Co., Ltd., está trabajando con Krizhanovsky para patentar y licenciar sus descubrimientos.
La investigación del Dr. Valery Krizhanovsky es apoyada por la Fundación Rising Tide; Sr. y Sra. Bruce Kanter, Thousand Oaks, Canadá; y el Consejo Europeo de Investigación. El Dr. Krizhanovsky es el titular de la Cátedra Carl y Frances Korn en las Ciencias de la Vida del Instituto Weizmann.