Ilan Sztulman, embajador de Israel en Argentina: “estamos muy bien, la cooperación es cada vez más cercana”

 Ilan Sztulman habla perfecto castellano, aunque se percibe de fondo cierto acento carioca. Nacido en Brasil, emigró a Israel en 1975, con 18 años. Desde 2016 ejerce de embajador de Israel en Argentina, país que desde la toma de posesión del presidente Mauricio Macri tiene un posicionamiento mucho más favorable al estado judío en todos los niveles. Sztulman recibió a Aurora en el lobby del Hotel “Crown Plaza” de Jerusalén, en medio de una intensa semana de reuniones con diplomáticos israelíes reunidos en la ciudad santa. Tenía las maletas listas: al terminar la entrevista, se marchó directo al aeropuerto para volar hacia Buenos Aires y retomar su actividad de embajador.

Ofer Laszewicki Rubin – Jerusalén

¿Cómo definiría la relación entre Israel y Argentina desde que tomó posesión del cargo?

Creo que tuve mucha suerte. Yo llegué después del fin del gobierno de Cristina Kirchner, que fue una administración que firmó un acuerdo con Irán, hizo declaraciones que a veces eran casi antisemitas, y tenía una política muy antiisraelí podemos decir.

La actual administración es completamente lo opuesto. Macri es muy cercano a Israel, y personalmente del primer ministro Netanyahu. La vicepresidenta Gabriela Michetti también es muy cercana a Israel y a la comunidad judía. Tenemos muchos ministros judíos en el gobierno, y creo que el único rabino que ejerce una función de ministro en el mundo, Sergio Bergman. Así que estamos muy bien, la cooperación es cada vez más cercana.

Hay lazos históricos que unen a ambos países.

El pueblo argentino tiene un respeto muy grande al estado de Israel, y nosotros en Israel también tenemos un cariño muy grande al estado de Argentina. Hay acá en Israel más de 90.000 argentinos, hay una cultura judía y pro israelí muy vibrante en Argentina, así que después de dos años y medio que estoy ahí mi balance es muy positivo.

Israel y Argentina son países de inmigración, donde la mayoría de la población vino de Europa, el Imperio Otomano o España: gente de todos lados como en Israel, y esto crea una cultura muy vibrante, la mezcla de tradiciones es algo que tenemos en común. Además, tenemos una comunidad judía muy grande y muy firmemente ligada con Argentina. Hay instituciones, escuelas rabínicas ortodoxas y masortíes o reformistas… hay de todo.

¿En qué áreas está creciendo la cooperación bilateral?

La verdad, que en casi todo. En lo cultural, trajimos nosotros orquestas sinfónicas a Argentina, y Argentina trajo acá orquestas sinfónicas. En lo político, el primer ministro Netanyahu vino después de que en 70 años ningún gobernante israelí pisó Latinoamérica. Tuvimos la visita en Israel de varias delegaciones parlamentarias y altos funcionarios.

En el ámbito comercial no estábamos cooperando como querríamos, porque Argentina entró infelizmente en una crisis financiera muy fuerte en los últimos meses, y su capacidad de hacer negocios con el exterior está momentáneamente un poco congelada.

Argentina tiene muchos recursos físicos como petróleo, gas, terrenos para plantar, y recursos humanos muy buenos, con universidades punteras. Pero lo que les falta es un ecosistema que pueda promover este tipo de conocimiento, y en Israel nosotros construimos un ecosistema muy eficiente para ello. En la embajada invertimos mucho en la parte comercial, tanto de ayudar al gobierno a hacer, como también aprender y establecer cooperaciones. Por ejemplo, sabemos que los ingenieros que salen de las universidades argentinas son muy buenos y pueden cooperar con los nuestros.

Además, el estado de Israel coopera con Argentina en materia de seguridad.

Nosotros infelizmente tenemos en Israel una experiencia muy larga en el campo de seguridad, y queremos compartir con el gobierno argentino. En parte porque es interés nuestro, porque la lucha de terror tiene que ser internacional. Y en segundo lugar porque en Argentina tuvimos dos mega atentados impulsados por Irán y Hezbola, y nosotros tenemos mucho miedo de la presencia iraní y su capacidad de hacer otro atentado.

¿Cree que el argentino de a pie conoce y aprecia a los israelíes, o más bien son críticos con Israel?

En Argentina ocurre algo muy interesante. Por un lado, si hablas de las provincias Buenos Aires, Córdoba, Tucumán o las ciudades grandes, tenemos una admiración y un apoyo muy fuerte a Israel. Nos ven como una potencia de innovación.

Por otro lado, cuando preguntas sobre la cuestión del conflicto israelo-palestino, tenemos un gran número, no la mayoría, que es muy crítico. Quiere decir que matemáticamente tienes una parte de la población que es crítica con la política que tenemos, pero por otro lado, tiene admiración por Israel. Entonces lo que nosotros hacemos es enfocar menos en el conflicto, y más en la agenda positiva bilateral que podemos tener con la Argentina.

En la arena internacional, el apoyo del ejecutivo argentino actual es indiscutible.

Si nosotros miramos a las votaciones de Argentina en los últimos 2 años, todo lo que es por ejemplo UNESCO o la votación ahora de la Asamblea General condenando a Hamas por sus actos terroristas, Argentina empezó a votar con nosotros, y eso es un cambio muy importante y lo apreciamos mucho.

 Es evidente que hay buena sintonía personal entre Macri y Netanyahu.

El presidente Macri representa a una parte de la sociedad argentina que cambió el paradigma del populismo, que era tan común en Latinoamérica, y adopta una política mucho más pro América y pro Occidente, y nosotros somos parte de este Occidente.

¿Qué papel juega la embajada en Buenos Aires con los grupos de empresarios y emprendedores argentinos que constantemente aterrizan en el aeropuerto internacional Ben Gurion?

Gran parte de nuestro trabajo es mapear, ver con que instituciones podemos tener un potencial de cooperación. Entonces contactamos, y lo primero es invitarlos a Israel. Pero la parte básica de encontrar a la gente no solo es invitarla a Israel, sino darle continuidad y seguir su evolución. Si eres un empresario que quiere ayuda para contactar con alguien, o con la línea de crédito del gobierno o la autoridad de innovación, es todo un proceso.

 El pasado verano estalló la polémica, cuando la selección argentina decidió suspender en el último momento el partido amistoso que tenía previsto disputar contra Israel en Jerusalén antes del Mundial de Rusia. En los días posteriores, se habló de que los jugadores de la albiceleste recibieron amenazas y temían por su seguridad. ¿Considera que fue una victoria de la campaña BDS?

No veo esto como un triunfo del BDS. La selección salió a la concentración diez días solo antes del mundial. Estaba planeada una visita al Vaticano con el Papa para recibir bendición, y llegar a Israel para el partido amistoso. Lo que pasó es que los jugadores no querían perder este tiempo, ya que tenían pocos días para entrenar, y cancelaron ambos planes. La selección argentina ya vino a jugar un amistoso años atrás, y jugaron en el mismo lugar, el estadio Teddy de Jerusalén. Messi mismo estuvo con su padre 2 o 3 veces en Israel, tenemos fotos suyas en el Kotel (Muro de las Lamentaciones). No hay ningún odio a Israel ni mucho menos, fue simplemente una cuestión técnica. Esperamos que este año se juegue el partido.

Hubo manifestantes propalestinos que presionaron a los jugadores con camisetas manchadas de sangre durante sus entrenamientos en Barcelona.

Si hubo cierta presión, pero nosotros hicimos más ruido en la prensa de estas manifestaciones de lo que realmente pasa. Es como cuando vino el primer ministro (Netanyahu): dijeron que habría grandes manifestaciones, y si tuvimos una concentración frente a la embajada… ¿Sabes cuantos vinieron? 30 personas.

Lo que si pasó es que hubo una amenaza de Jibril Rajoub, que era el director de la asociación futbol palestina, un terrorista conocido que ya estuvo en encarcelado en Israel por terror, y nosotros si hicimos una protesta en la FIFA, que expulsó por dos años a Rajoub, que no puede participar en la FIFA por las declaraciones que hizo. Pero esto que los palestinos siempre van a hacer declaraciones anti israelíes, y mucha veces antisemitas, no quiere decir que el movimiento de boicot está ganando la batalla, todo lo contrario.

El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hizo público durante la campaña electoral su afecto a Israel, aunque suscitó la polémica por algunos de sus posicionamientos. ¿Considera positivo su apoyo?

Como alguien que vivió en Brasil, y además fui cónsul general en Sao Paulo y nací en Brasil, creo que es una oportunidad muy positiva para Israel, porque tenemos relaciones muy buenas con Brasil. Pero en el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), Brasil tuvo una relación con los no-alineados, los BRICS, y el PT es un partido de izquierda que tenía tendencia a aliarse con otros partidos de izquierda, como en Venezuela. Ha ocurrido un cambio muy grande, y Bolsonaro tiene un cariño y un respeto muy grande por Israel.

En sus declaraciones ya dice que va a cambiar 180 grados. Asume un país bastante complejo y tiene un montón de cosas en la lista de prioridades, pero creo muy positivo tener un presidente que hace campaña abrazado a la bandera israelí. Es algo que no pasa a día de hoy y estamos muy entusiasmados de lo que pueda ocurrir aquí.

Pasados más de 20 años de los trágicos atentados de la embajada de Israel en Buenos Aires y la AMIA, las causas siguen sin resolverse. Anteriormente mencionó el memorándum que firmó Cristina Kirchner con Irán. ¿Qué responsabilidad achaca al anterior ejecutivo argentino en el esclarecimiento de la causa?

Responsabilidad no puedo decir, porque es un proceso judicial. Están todavía investigando los dos atentados, y no sé quiénes son los responsables, y es cuestión también de la justicia argentina. El fiscal Nisman no era una persona privada, era parte del sistema jurídico argentino, y fue nominado por Nestor Kirchner, así que no puedo decir que el gobierno y la justicia argentina no tomaron posición y no hicieron el trabajo.

No se avanzó porque los diez tipos que pidió Nisman y la justicia a la Interpol para traerlos y ser interrogados están en Irán, país que obviamente nunca permitirá que se les interrogue. Así que es un poco difícil saber de quién es la responsabilidad cuando no puedes terminar el proceso judicial. Nosotros sabemos por otras vías que Irán está detrás de todo esto.

¿Y qué opina el presidente Macri al respecto?

Macri dijo en su discurso en la ONU hace pocos meses que no permitirán que Irán deje de ser investigado. Cuando tuvimos hace dos años la conmemoración de los 25 años del atentado en la embajada, Macri invitó a toda la delegación de Israel y todos los heridos sobrevivientes del atentado a su casa, donde en un discurso dijo: “yo les garantizo que no vamos a estar quietos y vamos a continuar haciendo eso”.

Fue bastante emocional para nosotros y las familias de los sobrevivientes. Yo espero que un día llegaremos a la verdad, como por ejemplo la del fiscal Nisman, que hoy ya es seguro y declarado por el gobierno de Argentina que no fue un suicidio, sino un asesinato.

Cada vez es menos disimulado el acercamiento entre Israel y ciertos países árabes sunitas pragmáticos, encabezados por Egipto. ¿Cree que la normalización de relaciones diplomáticas con más estados árabes puede impulsar el estancado proceso de paz con los palestinos?

En primer lugar hay que definir qué es paz. Hoy no hay guerra con la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Luego, el 90% de la población palestina está bajo control de su gobierno en las grandes ciudades como Ramallah, Hebrón, Nablus o Jericó, así que los que están bajo control de Israel son la minoría. Yo lo definiría como que hay terror, como lo hay en París, Bruselas, o EE.UU, pero no significa que hay guerra.

No retomar las negociaciones supondría mantener el delicado status quo actual.

Pero la situación económica en los territorios palestinos es mucho mejor que en los países árabes, y el ratio de universidades y médicos por habitante está bien. No tenemos todavía un acuerdo de paz, pero estamos a un paso de esto. Yo creo en los próximos años veremos un cambio muy grande, porque el liderazgo palestino que manejó la ANP los últimos años son tipos de 80 y pico años y van a cambiar. Tenemos mucha esperanza en que la nueva generación que tome el control será más pragmática, porque al final sabemos todos cual es la solución: tener un estado palestino al lado de Israel, en una situación en que las necesidades de seguridad de Israel sean respetadas, y los palestinos van a estar mucho mejor cuando esto pase.

Creo que ellos quieren que pase, es solo una cuestión de generación. A Shimon Peres le preguntaron una vez cual es la cosa que siente frustración de su vida, y respondió que “yo creo que así como en 70 años creamos este país maravilloso que tenemos con logros, que somos una luz para el mundo, vamos a llegar a la paz también”. Yo creo que más rápido de lo que pensamos nosotros. Hay que tener fe, paciencia, cuidar de la seguridad de nuestro país, algo que estamos haciendo, y por otro lado hay que hacer esfuerzos para buscar la paz y también lo estamos haciendo. Yo creo que va a llegar.

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