Hezbollah vs Estado Islamico vs Israel

4 diciembre, 2016
Foto: Observatorio Sirio de Derechos Humanos

Jonathan Spyer

Dos incidentes recientes muestran la complejidad de los desafíos que enfrenta Israel en su frente norte.

En el primero, un ataque aéreo abatió a cuatro miembros de la Brigada Khalid Ibn al Walid, afiliada al Estado Islámico, después de que una patrulla de la unidad de reconocimiento de Golani en el sur de las Alturas del Golán fuera blanco de la organización. Los aviones israelíes atacaron luego una instalación utilizada por el grupo en el área de Wadi Sirhan.

En el segundo incidente, según informes de medios regionales, aviones israelíes que operaban desde el espacio aéreo libanés dispararon misiles Popeye contra objetivos en el área de Sabboura, a ocho kilómetros noroeste de Damasco.

No hubo víctimas, según SANA, la agencia oficial de noticias siria.

El periódico árabe editado en Londres, Rai al Youm, informó que el ataque israelí estaba dirigido contra un convoy de armas de Hezbollah. El periódico también informó que aviones israelíes realizaron un segundo ataque contra una instalación de la Cuarta División Blindada de Siria, cerca de Damasco.

Israel no confirmó ni negó el segundo incidente. Pero en varias ocasiones durante los últimos cuatro años de la guerra civil siria, Israel ha utilizado su capacidad para operar en los cielos sobre Siria para evitar las transferencias de armas a Hezbollah en el Líbano desde el régimen sirio. Es posible que este incidente fuera un capítulo más de este esfuerzo.

Estos dos eventos son de importancia táctica solamente. Tampoco es probable que en esta etapa conduzcan a enfrentamientos más amplios, sino que reflejan una realidad en la que algunas de las organizaciones militares no-estatales más poderosas del mundo se despliegan cerca de la frontera de Israel con Siria, haciéndose la guerra entre ellas mientras planean y se organizan para una futura guerra contra el Estado judío.

La Brigada Khalid Ibn al Walid es una franquicia (o filial) del Estado Islámico. Fue formada a partir de la fusión de dos organizaciones salafistas que operaban en el sur de Siria: el grupo Shuhada al Yarmuk y la organización Muthanna. El grupo controla un área de la frontera al este de los Altos del Golán, desde el sur de la ciudad de Tasil, hasta la frontera de Siria con Jordania.

Desde esta zona, la Brigada está llevando a cabo una guerra contra los rebeldes sirios hacia el norte. No lucha contra las fuerzas del gobierno sirio porque no están desplegadas en su vecindad inmediata.

Foto: Observatorio Sirio de Derechos Humanos
Foto: Observatorio Sirio de Derechos Humano

Israel viene observando desde hace tiempo al grupo afiliado al Estado Islámico con particular desconfianza, esperando que tarde o temprano un enfrentamiento sea inevitable. Hace unos días, eso fue lo que ocurrió.

El volumen de la respuesta israelí tenía claramente la intención de restablecer la disuasión contra los jihadistas sunitas, con la esperanza de que lo piensen dos veces antes de entablarse en combate con las fuerzas israelíes.

El Estado Islámico está enfrentando una batalla por su supervivencia en sus dominios principales más al norte y en Irak, y es poco probable que esté en condiciones de contemplar la apertura de otro frente contra un nuevo y más poderoso enemigo más al sur.

Los rebeldes, que no están bajo la órbita del Estado Islámico, y que controlan el resto de la frontera, con la excepción de una pequeña parte controlada por el régimen en el extremo norte cerca de Beit Jinn, son de menor preocupación para Israel. De hecho, existe una relación de tolerancia y cooperación entre Israel y elementos de estos rebeldes.

La preocupación principal de Israel es, más bien, es el bando Irán/Assad/Hezbollah. Las ataques reportados en el área de Damasco, si ocurrieron, fueron los últimos incidentes de una campaña israelí limitada contra estos elementos destinada a producir dos resultados: primero, limitar la transferencia de sistemas de armas complejas a Hezbollah y, segundo, evitar que la milicia apoyada por Irán y sus aliados reemplace a los rebeldes a lo largo de la frontera.

Hasta este momento, es difícil evaluar el grado de éxito del primer objetivo.

Se sabe que Hezbollah posee actualmente  misiles antiaéreos avanzados SA-22 y misiles antibuque Yakhont. Por lo tanto, como era de esperar, parece que los esporádicos esfuerzos israelíes no han conseguido sellar la frontera sirio-libanesa de los esfuerzos del régimen de Assad y de Irán para abastecer a su aliado al oeste.

En cuanto a la frontera, sin embargo, hasta el momento, permanece casi totalmente fuera del control del Gobierno sirio, lo que refleja un éxito israelí mayor.

Sin embargo, los planificadores israelíes están observando cuidadosamente los eventos más al norte. El régimen del presidente Bashar Assad, con la ayuda de Rusia, está listo para reconquistar la ciudad norteña de Alepo. Esto representará el mayor revés para los rebeldes desde 2012. Una vez que se haya completado la reconquista de Alepo oriental; las fuerzas del régimen esperarán moverse contra áreas remanentes de control rebelde en la Gobernación de Idlib.

Si tienen éxito también allí, entonces eventualmente el frente sur volverá a la agenda. Hasta el momento, la preocupación de Israel es que los métodos similares que ayudaron al régimen a prevalecer en otros lugares también se utilizarán aquí. La entrada rusa en la arena sirio ha inclinado el equilibrio en favor del régimen y complicado el cuadro desde el punto de vista de Israel. Es el poder aéreo ruso lo que está permitiendo que el régimen avance en el norte. Si se emplea en el sur, se puede esperar que produzca eventualmente resultados similares.

Es probable que Israel esté presionando discretamente a Moscú para que tenga en cuenta las necesidades de seguridad de Israel en la frontera al contemplar su acción en el sur. Los rusos no son hostiles a Israel, sino que actuarán de acuerdo a cómo perciben sus propios intereses. Su decisión de permitir a Assad reconquistar el suroeste de su país -y al hacerlo permitir que Irán y Hezbollah alcancen la frontera con Israel- será decisiva.

Por supuesto, incluso en el peor de los casos en el cual ellos decidan permitir esto, la tarea que enfrenta Israel en la frontera no cambiará fundamentalmente. Esto significará que en vez de tener que disuadir a las fuerzas jihadistas sunitas hostiles pero relativamente débiles de contemplar una acción contra los odiados sionistas; Israel necesitará disuadir a los jihadistas chiís hostiles, menos débiles pero con las mismas intenciones.

Irán/Hezbollah y el Estado Islámico están relativamente de acuerdo en poco; pero comparten completamente el objetivo de destruir a Israel y regresar Jerusalén al dominio islámico.

Naturalmente, Israel prefiere el enemigo más débil y no-estatal en las proximidades y no al más fuerte. Los acontecimientos recientes demuestran que está involucrado en una guerra tácita, continua, no declarada y limitada contra ambos.

Fuente: jpost.com

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