Uri Levy, de 54 años, domiciliado en Ramat Gan (cerca de Tel Aviv) era investigado por defraudar a la Dirección de Impuestos, pero finalmente llegó al banquillo de los acusados por otro motivo: abrir un boquete en sus oficinas y robar a sus investigadores 22 cajas de documentos y pruebas.
Levy era investigado por el departamento de la Dirección Impositiva de la vecina ciudad de Holón y el pasado 28 de julio fue convocado a las dependencias fiscales para ser interrogado.
Allí le dejaron fotocopiar parte del material incriminatorio para organizar su defensa pero, no bastándole con las copias, decidió sustraer a la institución pública todas las pruebas.
Al día siguiente, viernes (fin de semana en el país), entró en el edificio y, aprovechando que no había nadie hizo un agujero en la pared de placas de yeso de la oficina, de la que sacó hasta 22 cajas de pruebas y documentación relacionada con su caso.
Según la acusación, durante cuatro horas estuvo trasladando cajas tranquilamente a su coche, con la ayuda de un carrito.
Sólo el domingo siguiente (día de comienzo de la semana laboral) los funcionarios denunciaron el asalto a la oficina a la Policía, y esta tardó apenas unos minutos en dar con el ladrón gracias a las cámaras de seguridad.
En el vídeo presentado a los tribunales se ve a Levy paseando por los pasillos de las oficinas de Hacienda, poniéndose y quitándose guantes junto al ascensor y entrando y saliendo por el agujero en la pared con toda comodidad. EFE y Aurora