Haim Shasha, inmigrante nacido en Irak
Haim Shasha, continúa a sus 87 visitando las aulas de la Universidad Hebrea como el estudiante de mayor edad quien acaba de obtener su sexto título. Según Shasha, esta es la manera de mantener su mente alerta, su cuerpo activo y saludable.
Haim Shasha, un hombre vigoroso y de pensamiento agudo, actualmente, tiene seis títulos: una licenciatura en historia y un programa multidisciplinario en humanidades; BA en Estudios Islámicos; y dos títulos en Estudios del Medio Oriente, Ciencias Políticas, historia del Pueblo Judío y Relaciones Internacionales.
Haim Shasha, es un hombre casado y padre de tres hijos; un médico, un farmacéutico y el tercero es doctor en Ciencias de la Computación, es abuelo de 7, vive en el barrio Bait VeGan en Jerusalén, él es la historia viviente de un inmigrante iraquí, es una lección de supervivencia que es imposible aprender en la universidad.
A la edad de 16 años convenció a su padre que inmigraría a Israel, cruzó a Basora (segunda ciudad más grande de Irak), donde vivía un amigo que le ayudó a cruzar la frontera a Irán y llegar a la ciudad de Jorramchar. Luego se dirigió por indicación de alguien hacia una sinagoga donde recibían y ayudaban a aquellas personas que querían ir a Israel en forma ilegal, pero no pudo alcanzar su objetivo. En su camino, un policía lo encarceló durante tres semanas.
La policía tenía dos opciones: una devolverlo a Irak y la otra contactar a otros judíos y pedirles que le liberen bajo fianza. Los judíos que lo liberaron lo enviaron a la casa de una familia de la comunidad, que lo empleó durante dos años como sirviente, situación que lo hizo sentir como esclavo. Luego trabajó para una familia iraquí no judía y luego de juntar suficiente dinero, viajó a Teherán, se puso en contacto con la comunidad judía del lugar y luego llegó a un campamento secreto donde se reunían los judíos que esperaban hacer aliá y lo ayudaron a llegar al país.
Llegó al kibutz Yagur, allí aprendió a hablar hebreo y también aprendió el trabajo de agricultor y se convirtió en administrador de la granja. Quiso que su adaptación al país fuera positiva e hizo todos los trabajos que se le presentaron, durante décadas. Cuando se jubiló se sintió aburrido e inactivo, entonces su hija y su yerno al verlo deprimido lo instaron a estudiar una carrera académica, lo anotaron y comenzó a estudiar.