En declaraciones al periódico económico Globes, un vocero del Departamento de Estado puso paños fríos sobre el optimismo expresado por la ministra de Justicia, Ayelet Shaked, sobre una exención de visa de Estados Unidos.
La administración Trump manifestó que ello no sucederá tan rápido.
Shaked publicó esa semana en su página de Twitter: “Desde que asumí mi cargo, hemos estado trabajando con los estadounidenses para unirnos al selecto grupo de países cuyos ciudadanos están exentos de obtener una visa de entrada para los EE.UU. Hemos encontrado el equilibrio entre proteger la privacidad de los ciudadanos israelíes y los requisitos de los EE.UU.”
Un vocero del Departamento de Estado declaró: “entendemos el interés mostrado por el gobierno israelí en el programa de exención de visa. El programa de exención es un programa bilateral dirigido por el Departamento de Seguridad Nacional con el asesoramiento del Departamento de Estado. El programa de exención de visa plantea requisitos muy estrictos, incluida la exigencia de que la tasa de denegaciones de visas entre las personas en el país que desean ingresar al programa sea inferior al 3% del número de solicitantes de visa. Otros requisitos obligan al país a implementar ciertos arreglos para el intercambio de información. Israel no cumple todos los requisitos en esta etapa, pero estamos trabajando con el gobierno israelí en medidas que Israel puede tomar con el potencial de permitir que Israel se una al programa. Mientras tanto, alentamos a los ciudadanos israelíes a visitar el sitio web de la Embajada de los EE.UU. en Tel Aviv para conocer los procedimientos para solicitar una visa”.
Shaked planea visitar Washington en dos semanas, momento en el que espera firmar un “acuerdo en principio” para la adhesión de Israel al programa de exención de visado. Sin embargo, no está claro cuándo se implementará el acuerdo, suponiendo que esté firmado.
El Departamento de Estado no mencionó la visita planeada de Shaked ni la posibilidad de firmar ningún acuerdo.
El portavoz del Departamento de Estado enfatizó que uno de los puntos conflictivos en las negociaciones es el tratamiento de ciudadanos estadounidenses de origen árabe en los puertos de entrada de Israel. “En general, la administración de los Estados Unidos exige que cada ciudadano estadounidense reciba el mismo trato al llegar a países extranjeros, y se beneficie de la libertad de movimiento sin restricciones, independientemente de su afiliación étnica y país de origen”, añadió el portavoz.
Aparentemente, el estándar de buen trato mencionado no incluye a los musulmanes no estadounidenses.