El ultra FPÖ austríaco, fundado por antiguos nazis y aliado de Putin

Heinz-Christian Strache Foto: Gregor Tatschl Wikimedia CC BY-SA 2.0

El próximo Gobierno de Austria estará formado por los democristianos y el ultraderechista Partido Liberal (FPÖ), fundado por antiguos nazis y que tiene un inédito acuerdo de colaboración con Rusia Unida, la formación del presidente ruso, Vladimir Putin.

Los ultras lograron el pasado 15 de octubre su segundo mejor resultado con el 26 % de los apoyos, sólo por detrás del 26,9 % logrado en 1999 por el fallecido Jörg Haider.

El partido tiene sus raíces en la Asociación de los Independientes (VDU), fundada en 1949 por antiguos nazis, y que en 1956 se integró en el recién formado FPÖ, con un ex oficial de las Waffen SS como su primer líder.

En las siguientes décadas existió una pugna interna entre un ala nacionalista y otra liberal, mucho más moderada, pero con el ascenso de Jörg Haider en 1986 a la dirección se impuso de forma definitiva el ideario ultra.

La participación del FPÖ en un Gobierno del Partido Popular (ÖVP) en 2000 generó un gran escándalo en Europa y llevó incluso a la imposición de sanciones diplomáticas a Austria durante unos meses.

Tras salir Haider del FPÖ en 2005, el líder desde entonces es el visceral Heinz-Christian Strache, mientras que la eminencia gris es el ex candidato presidencial Norbert Hofer, que ha acentuado durante la crisis la vertiente social y definió a la formación como «social-patriótica».

El FPÖ es claro en su rechazo a la inmigración y los refugiados, la globalización y el islam, además es muy crítico con la Unión Europea (UE), que considera un club elitista que dificulta «una Europa de las patrias» formada por «grupos étnicos autóctonos».

Los ultras austríacos ven en Bruselas la imposición de un «multiculturalismo forzoso» que atenta contra la identidad europea.

«El FPÖ de hoy no es más moderado que el de 1999 de Jörg Haider, al contrario, está mucho más a la derecha», explica Bernhard Weidinger, un experto del Centro Documental de la Resistencia Austríaca (DÖW), una fundación pública que vela por la memoria histórica y estudia movimientos extremistas.

Weidinger pone como ejemplo la enorme presencia en la formación de miembros de fraternidades estudiantiles pangermanistas con ideas etnonacionalistas.

«Si se mira las listas del FPÖ, de sus 51 diputados, al menos 21 están vinculados a estas fraternidades», afirma el experto.

Para explicar cómo ha logrado tantos votos este partido, el experto considera que algunos votantes han normalizado al FPÖ como una oposición normal a los gobiernos de socialdemócratas y conservadores de la última década, y apunta a un crecimiento de las tendencias más conservadoras.

«El discurso social, en general, ha girado a la derecha y las llegadas de refugiados en 2015 fueron seguramente un catalizador, pero era una tendencia que ya se podía observar antes, en aspectos como el aumento de la incitación al odio en internet», asegura.

Varias ONG han denunciado también la relación del FPÖ con círculos ultras o incluso cercanos a neonazis.

«El FPÖ apoya financieramente a círculos ultraderechistas y cercanos a neonazis vinculados a la revista «Aula» mediante publicidad», explica Alexander Pollak, de la ONG de defensa de los derechos humanos SOS Mitmensch.

«Aula» difunde contenidos racistas, antisemitas, machistas -con artículos en los que defiende un papel subordinado de las mujeres- y ha manifestado simpatías por la ideología neonazi y desprecio por la democracia.

A Pollak, que un partido con el bagaje del FPÖ dirija en el nuevo Gobierno el Ministerio del Interior y el de Defensa (algo que ha trascendido a la prensa y se espera se confirme en las próximas horas o días) le causa «una gran preocupación».

«Austria es una democracia fuerte, pero es preocupante que gente con relaciones tan cercanas con el extremismo de derechas tenga este poder», agregó, y mostró recelo de que el FPÖ controle los servicios de inteligencia.

Otro aspecto que hace único al FPÖ frente a otros partidos europeos es un inédito acuerdo de cooperación con Rusia Unida, la formación de Putin, para «educar a la juventud en el patriotismo» y fortalecer las relaciones entre Viena y Moscú.

El FPÖ se opone a las sanciones de la UE a Rusia y sus líderes no ocultan su admiración por Putin, a quien consideran un baluarte del cristianismo y al que elogian por sus políticas conservadoras a favor de la familia tradicional y contra los derechos de los homosexuales.

Weidinger explica que en Europa solo la Liga Norte tiene un acuerdo con Rusia Unida, aunque de mucho menor alcance.

El experto asegura que en Europa sólo se ha documentado apoyo económico directo del Kremlin al Frente Nacional francés, aunque se sospecha de otros casos, como con el FPÖ, pero sin pruebas definitivas.

Los ultras austríacos, sin embargo, reciben otros apoyos del Kremlin, afirma Weidinger, como que medios estatales rusos como Sputnik o RT promuevan sus puntos de vista y critiquen a sus contrincantes. EFE

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