El servicio militar reabre la brecha entre religiosos y laicos en Israel

Policía israelí detiene a un ultraortodoxo durante una protesta contra el reclutamiento militar Foto: Baqlawa Wikimedia CC BY-SA 4.0

Tras una semana de agitación por las manifestaciones de judíos ultraortodoxos que exigían permanecer exentos del servicio militar obligatorio, resurgen  las fricciones entre religiosos y laicos que han dividido el país desde su nacimiento, en 1948.

«Hay un enorme contraste en la población en muchas cuestiones relativas a política pública, así como actitudes profundamente dispares con respecto al carácter del país», según indicaba la última macroencuesta sobre religión y laicismo del Centro de Investigaciones Pew, de 2016.

Estos días se han vuelto a poner en evidencia estos contrastes, cuando las principales calles de Jerusalén se han visto cortadas por miles hombres ultraortodoxos que protestaban contra una sentencia de La Corte Suprema de Justicia que abre la posibilidad de que sean reclutados por el Ejército como el resto de la población, salvo algunos grupos, como la minoría árabe, que gozan de excepciones.

En las manifestaciones había pancartas con lemas como «Preferimos ir a la cárcel que al Ejército» y eslóganes contra el Estado de Israel, pues entre los motivos que aducen para negarse está el no reconocimiento del «Estado de los hombres», ya que el Mesías no ha llegado para instaurarlo.

Otra de las razones es el deseo de preservar a los jóvenes religiosos estudiosos de la Torá (Pentateuco) de lo que consideran comportamientos antirreligiosos.

Algunos de los objetores ya están en cárceles militares.

«A nuestro entender, ir al Ejército es como una conversión forzosa del judaísmo a otra religión. Significa vender nuestras almas», señaló el rabino David Zucker, uno de los organizadores de las protestas, al diario Yediot Aharonot.

En Israel el 81 por ciento de la población es judía, de ellos un 40 por ciento se declara laico y el 41 por ciento restante se divide en «tradicionalistas» (23 por ciento), «religiosos» (10 por ciento) y «ultraortodoxos» (8 por ciento), éstos últimos una clara minoría, pero en aumento por su altísima tasa de natalidad.

Y mientras el 89 por ciento de los judíos laicos piensa que los principios democráticos deben regir por encima de la ley judía en los asuntos en los que ambas se enfrentan, el 89 por ciento de los ultraortodoxos piensan exactamente lo contrario, según se desprende de la encuesta del Pew.

El presidente, Reuven Rivlin, ha insistido en varias ocasiones en que es «más acuciante que nunca tratar nuestros problemas de casa» y entre las diferentes «tribus».

Esta diversidad de población convive en un mismo y pequeño país y comparte tradiciones, pero los muy religiosos y los laicos viven en mundos sociales separados.

Mati Kapel, una contable laica y madre de tres hijos adultos, cuenta con mucha tristeza que el pequeño de ellos se enamoró de una chica «haredí» (temerosa de dios, como se denomina también a los ultraortodoxos).

«Y por ella -afirma- se volvió ultraortodoxo, cambió los vaqueros y las tablas de surf por el traje negro, esos sombreros y todas esas reglas y dogmas que lo han alejado de mi. Ahora tienen ya cuatro hijos y apenas los conozco».

La encuesta del Pew respalda el testimonio de Kapel al asegurar que los judíos laicos se sienten más incómodos con la posibilidad de que sus hijos se casen con ultraortodoxos que con no judíos, a lo que también hay a veces oposición.

Desde el punto de vista político, está división también es entendida por muchos expertos como el gran lastre del país.

«Hay un círculo vicioso recurrente: los judíos religiosos son muy resistentes a hacer concesiones y, como la mayoría de los políticos no se arriesgan a enfadarles, los usan como excusa para demostrar por qué son imposibles las concesiones», dice la analista Dahlia Scheinlin.

Y si bien las actitudes judías y árabes son las verdaderas opuestas en la sociedad israelí, la división religión-laicismo influye más en la vida política, puesto que son los pequeños partidos religiosos la clave para formar coaliciones mayoritarias, lo que les da un poder político desproporcionado con respecto al tamaño de su población.

«Como europeo educado en el anticlericalismo francés, cuando llegué a Israel pensé que la postura antirreligiosa que veía aquí correspondía al mismo fenómeno», explica Jerome Bourdon, profesor de sociología en la Universidad de Tel Aviv.

«Pero luego entendí que no es exacto. Muchos laicos israelíes no toleran a los religiosos, quieren separación entre religión y Estado, pero se identifican con el judaísmo, creen que tiene un papel histórico y cultural, y el enfrentamiento es contra la fuerza política de los ultraortodoxos y sus prerrogativas», agrega Bourdon.

«Pero si al final los ‘haredim’ pierden e ingresan en el Ejército y éste se derechiza más aún, no sé si esa medida es deseable», concluye el sociólogo. EFE

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12 thoughts on “El servicio militar reabre la brecha entre religiosos y laicos en Israel”
  1. para participar de la democracia , representarse con un partido , hay que aceptar antes que nada el país y las reglas de su democracia , algo que los jaredím no hacen . no deben tener derecho ni a partido ni a votar , porque su móvil no es ni preservar el país ni su democracia .Al contrario , desean eliminar ambas cosas .

  2. Además sobornar a los partidos jaredíes representa una malversación de fondos públicos . Debe ser castigado con cárcel para el que da y los que reciben .

  3. Los ciudadanos israelies que no cumplan con sus obligaciones estan renunciando,de hecho, a sus derechos. NO EXISTEN DERECHOS SIN OBLIGACIONES !!! Estos judíos antisionistas, en N.York,Moscú o Londres trabajan para vivir o no comen, no les exigen al gobierno que los mantenga ni tampoco se les ocurre atacar a la gente que viaja en Shabat. Quitarles el derecho al voto e impedir que aquellos que se niegan al servicio militar accedan a puestos públicos o de elección popular. Eliminar los subsidios a los partidos politicos ortodoxos antisionistas, establecer un Constitucion que ampare los derechos de los que cumplan con sus obligaciones,separar el Estado de la Religion, instaurar el matrimonio civil, quitar a los ortodoxos el derecho dictatorial sobre el nacimiento y la muerte. Que tengan que estudiar, trabajar y pagar impuestos como cualquier otra persona. A los que salen a las calles a realizar disturbios condenarlos a trabajos

  4. Nerman tus planteamientos llevaria a que los descendientes de los judios jilonim terminen siendo goyim en todo el sentido de la palabra, y me refiero al planteamiento del matrimonio civil.

  5. Desde los comienzos del sionismo moderno se dan la espalda unos y otros, es una asignatura pendiente, pero con odio y discriminación como leo en los comentarios anteriores no llegaremos a ningún lado. Mi experiencia me mostró que, por lo general los llamados laicos, odian y discriminan, hablan idiomas distintos. En fin es hora madurar.

  6. Cuando murio Ben Gurion habian solo 5000 ultraortodoxos en Israel.
    Se multiplicaron a un ritmo sin parangon.
    Les dicen a los laicos como vivir, por ejemplo prohibiendo el transporte publico en Shabat, incluso en Tel Aviv!!!!!
    Gritan por sus derechos.
    Pero esta gente no tiene obligaciones?
    El servicio militar es cosa de otros?
    Trabajar en puntos productivos de la economia (no cuidar la cashrut) es cosa de otros.
    Cuando mis hijos eran chicos les repeti hasta el cansancio que hay derechos, pero tambien hay obligaciones.
    Puedem pedir por sus derechos, despues de cumplir sus obligaciones.
    Cuales son las obligaciones para con el estado de Israel de los ultraortodoxos, ser judios?
    Si es asi, esta todo perdido.

  7. Hay 2 tipos de Jaredim: Los que reconocen al Estado de Israel, militan en Shas o Yahadut Hatorá y tienen orientación de derecha. El otro grupo, que es el que hizo la manifestación, son los de Beltz, que no reconocen al Estado de Israel, no militan en ningún partido político, ni votan en ninguna elección. De hecho, ellos quieren que el Estado de Israel desaparezca y sea remplazado por el Estado de Palestina. A cada rato, desfilan junto a Mahmud Abbas y no le son leales al Estado de Israel. Hay incluso un grupo en Bnei Berak, que abrió un pozo de agua para no tener que beber agua de MEI BERAK (el servicio nacional de agua) y tienen plantas eléctricas en sus casas para no pagar JEVRAT HAJASHMAL.

  8. Tzahal no solo tiene la funcion de defender al pais.
    Tambien tiene la funcion de enderezar lo que esta torcido, haciendo la funcion con los pibes que los padres no hicieron.
    Esos justamente son los que mas necesidad tienen del servicio obligatorio.

  9. No cabe ni imaginar qué sucedería con Israel si desapareciera el Tzahal. Con seguridad los enemigos de Israel se abalanzarían para hacerlo desparecer de la faz de la tierra. Pueden entender esto los hermanos denominados Ultraortodoxos? Creen que en el mundo islámico tendrían espacio alguno?

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