El sagrado ateísmo de Betrand Russell

8 febrero, 2017
Foto: Bertrand Russell lidera la marcha anti-nuclear en Londres 1961

Letras y Letrillas –  De Aquí y de Allá
Joseph Hodara

Para no pocos, la temprana lectura de los textos escritos por ese altivo británico que fue Bertrand Russell representa un decisivo eslabón en la formación personal. Confieso que fue mi caso. Su temprana formación como lógico y matemático, sus firmes objeciones a aventuras militares que elevan la celebridad de los que no toman parte directa en ellas, el temprano diálogo -en los años veinte-  con los líderes de la Revolución rusa que rápidamente lo conducen a diagnosticar las tendencias autoritarias que habrán de presidirla, la oposición al fascismo y la crítica a las religiones como mentiras innecesarias: asuntos que están presentes en los más de sesenta libros y cientos de ensayos que publicó en su larga vida ( 1872-1970).
Fue un hijo de la nobleza británica. Su abuelo se desempeñó un par de veces como primer ministro de la Reina Victoria; huérfano cuando contaba ocho años, fue educado por su estricta abuela. Jamás fue a una escuela pública. Preceptores privados fueron responsables por su educación. Temeroso de que sus poco convencionales reflexiones sobre la sociedad, la geometría y las mentiras convencionales de su entorno fueran conocidas en su estricto entorno, resolvió escribir sus tempranas reflexiones en griego. Actitud que cambió al emprender estudios universitarios en el Trinity College de Cambridge y, en particular, al conocer a su maestro Alfred North Whitehead. Inspirados por la geometría no euclidiana que trastornaba desde la mitad del siglo XIX a las matemáticas, ambos se consagraron a ampliar sus principios y aplicaciones. Los tres volúmenes que constituyen la Principia Mathematica revelaron el talento de Russell cuando apenas frisaba los 25 años.
Sin embargo, no se aisló en los recintos universitarios. Al estallar la guerra en 1914 sorprendió a amigos y familiares por su resistencia a esta violenta forma de resolver conflictos entre naciones. Actitud que lo llevó a la cárcel durante seis meses, experiencia que se repetirá tiempo después, frisando los 89 años, en Estados Unidos debido a sus posturas en favor de la educación sexual, la secularidad, los matrimonios abiertos, y el control de la natalidad.
Su travesía vital reflejó sus convicciones. Contrajo matrimonio cuatro veces; sus esposas gozaron -como él mismo- de amplia libertad en sus íntimas preferencias; condenó los excesos y las distorsiones de los credos religiosos; y predicó el desarme total, especialmente de las armas nucleares.  Para fortalecer esta última convicción, publicó el Manifiesto Russell-Einstein en 1955, base de la organización Pugwash que hasta estos días predica el control e incluso la suspensión de los experimentos atómicos.
Russell no se limitó a cultivar la lógica matemática a través de sus múltiples diálogos con Whitehead y Wittgenstein; influyó también en las posturas del Círculo de Viena, cenáculo que judíos austríacos alentaron en los años veinte a fin de oponerse al nazismo militante. Y sin detenerse en estos temas fue incansable en sus prédicas en contra del fanatismo religioso y las convenciones sociales que ahogan la libertad personal.  En su celebrada Historia de la Filosofía que publicó en 1948 reveló no sólo un prolijo conocimiento de los personajes que la plasmaron, desde los presocráticos a Marx y Bergson; también un dominio impecable de las lenguas clásicas y de la historia intelectual. No debe sorprender que dos años más tarde se le concedió el Premio Nobel en literatura.
Los textos de Russell combinan elegancia y erudición, ironía y escepticismo. Sus reflexiones y humoradas dejan huellas profundas en cualquier lector. Constituyen una estimulante prolongación de la ironía socrática. En suma: un buen refugio en tiempos que glorifican eslóganes y dogmas que lastiman el equilibrado razonamiento.

Compartir
Subscribirse
Notificarme de
guest

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios