El pueblo judío ¿realmente unido?

Gustavo F. Barck

A lo largo de mi corta vida y aun más desde que comencé a escribir mis artículos escuché varias opiniones y posturas diferentes, todas respetables siempre y cuando se basen en argumentos válidos y dentro del respeto que tanto yo como cualquiera se merece, un respeto que en muchas ocasiones está ausente.

Fui tanto alentado para seguir escribiendo e incluso felicitado por varias personas hijos de matrimonios mixtos, homosexuales y gente que se sintió identificada con mis argumentos expuesto en mis artículos y cito tan solo una de las frases más recurrentes “Gracias  por ayudarme a encontrar mi verdadera identidad”. Eso me enorgullece mucho. Pero también lamentablemente fui insultado, amenazado, amedrentado sin argumentos solo por gente que piensa diferente y no deja vivir a las demás personas con el libre albedrío que Di-s nos dio, pero como en todo pueblo no es de extrañarse que exista este tipo de gente, gente retrógrada y malvada, como en todo pueblo hay gente buena y gente mala, gente inteligente que busca avanzar y gente que prefiere vivir en el pasado sin siquiera cuestionarse si lo que les inculcaron es cierto o erróneo, prefieren no pensar por su cuenta ya que aparentemente es el camino más fácil, y no lo dudo ¿Pero es el camino correcto?

El pueblo de Israel, nuestro pueblo no fue el primero a quien Hashem le presentó la Torá, de hecho se sabe que Hashem se la presentó a muchos otros pueblos pero eran tantos los preceptos que habían que cumplir, tantos los caminos difíciles que seguir que solo fuimos nosotros, los hebreos quienes aceptaron pactar con el eterno, “Haremos y luego escucharemos” fue lo que le respondimos, lo que me remonta a la respuesta del párrafo anterior. Si, a veces preferimos seguir el camino fácil, en el que no nos cuestionamos nada, en el que nos quedamos con las enseñanzas de nuestros padres y maestros creyendo, como cuando éramos niños, que son seres perfectos sin ningún tipo de equivocaciones, los idealizamos sin detenernos a pensar si pueden estar equivocados o no, si tienen malas interpretaciones o si son simplemente presiones sociales de sus épocas que los acostumbraron y los obligaron a pensar de cierta manera, por lo que creo que debemos en cada nueva década y generación preguntarnos ¿Cuál es el camino correcto? seguir el camino fácil o el difícil, detenernos a cuestionar y pensar, a avanzar, a adaptarnos a la era moderna o vivir con leyes inventadas por rabinos fuera de toda jurisdicción halájica como si aún estuviéramos bajo el yugo Romano (o entre otros tantos imperios que nos han intentado conquistar). Es difícil adaptarse a los cambios de la era moderna, pero a veces el camino difícil es el correcto, así como obedecer los 613 preceptos de la Torá no era nada fácil y sin embargo aceptamos el desafío igual hay que aceptar este nuevo desafío hoy en día.

Escuché argumentos como que “en el judaísmo siempre hubo divisiones” y no dudo que eso fuera así, el pluralismo es una herramienta útil para avanzar, el debatir es una de las características principales de nuestro pueblo o al menos lo fue hace ya mucho tiempo, ya que hoy en día no se puede hacer pública una postura fuera de lo que se considera “políticamente correcto” por lo impuesto por sectores cerrados que denuncié en más de una ocasión.

Pero una cosa es que tengamos debates de ética y otra muy diferente es que haya una grieta que nos divide en forma abrupta y violentamente como ocurre en la actualidad. Entonces, defender que en el judaísmo deba de existir estas diferencias me parece extremadamente erróneo e incluso peligroso.

La idea de que el judaísmo puede y deba existir con estas divisiones es una pura mentira y a lo único que nos va a llevar es a la inevitable extinción ¿Señores y señoras, quieren pagar el precio de no adaptarse a las nuevas eras dejando de ser más inclusivos y abiertos? Pues entonces adáptense a las consecuencias de lo que ustedes tanto se viven quejando, la asimilación, si, la asimilación sigue en aumento, y si los jóvenes de la diáspora se siguen desentendiendo de sus raíces y del sionismo es por culpa de esta gente.

Los que me conocen ya saben cuál es mi postura al respecto de la unión dentro del pueblo judío, si Hashem nos pide que lo emulemos y la principal característica de Él es ser UNO ¿No será acaso que Hashem nos está pidiendo que como pueblo tratemos dentro de lo humanamente posible ser UNO con el prójimo también? No hace falta ser un genio para deducirlo, tampoco hace falta ser perfecto, con intentar ser educados, abiertos a las posturas de otros y tratarnos como los hermanos que somos ya creo que tendríamos más de la mitad del camino hecho.

¿Acaso aun no entienden que la destrucción del segundo templo fue por causa de la gran desunión que imperaba dentro de Israel? Y que hoy en día sigue imperando tanto en Israel como en la diáspora.

Nuestro pueblo tiene muchas ramas, venimos de diferentes tribus, de diferentes países y continentes después de la segunda diáspora ¿Pero eso es un justificativo para la auto-discriminación? Hay judíos ortodoxos, judíos reformistas, judíos conservadores, judíos caraítas, judíos askenazíes, judíos sefaradíes. Hace poco tiempo comenzó la llegada a Israel de muchos judíos de tribus perdidas, como los etíopes, por ejemplo, a quienes vale aclarar que lamentablemente han sufrido una discriminación inmensa y aun la siguen padeciendo.

Afirmar y conformarse con que en el judaísmo debe haber divisiones es un error de lo más catastrófico y quien haga estas afirmaciones no tiene ni la más mínima idea de lo que significa ser parte del pueblo hebreo ya que esa ideología no representa ni 1% de los valores judaicos que tras 5778 años tenemos. La desunión de nuestro pueblo fue lo que nos llevó tantas veces a ser oprimidos por pueblos extranjeros.

Que en el judaísmo deba haber una gran diversidad de puntos de vista y de posturas de pensamientos es una cosa y está bien, siempre y cuando se traten estos temas con respeto y sin discriminación, pero pretender que la división que impera no debe de cambiar porque lo consideran “normal” es otra totalmente distinta y aberrante. Lo verdaderamente anormal es el odio imperecedero de muchos “judíos” hacia los homosexuales, los goim, las parejas mixtas y sus hijos.

Cabe aclarar también el gran desconocimiento de muchos que se hacen llamar judíos al afirmar que estamos en un gran error al decir que “el mundo tiene 5778 años” ya que quien afirma eso solo demuestra la ignorancia respecto a la historia del pueblo hebreo, en ningún lugar de la Torá se dice que el mundo tenga tal edad, los 5778 años son solo la edad que nosotros como pueblo tenemos en este mundo, pero jamás se menciona en ningún lado que el universo tenga tal edad, es ilógico e ignorante hacer tal afirmación.

El judaísmo es un pueblo, no es una religión ni es una raza, por ende el hecho de estar unidos es imperante para nuestra supervivencia ya que un pueblo desunido es un pueblo débil y frágil y listo para ser conquistado gobernado por imperios extranjeros. Entonces, como ya aclaré en un par de otros artículos, discriminar a los matrimonios mixtos y a sus hijos o los judíos gay o judíos laicos no es otra cosa que resentimiento y falta de educación.

Nuestra misión en el mundo que nos encargó Hashem es el tikun olam (Arreglar el mundo) ¿Pero cómo pretendemos hacerlo si muchos sostienen que está bien que nosotros nos vivamos peleando y auto-discriminándonos?

Hashem también nos dijo que somos una luz para las naciones pero como yo siempre digo, si vamos a ser una luz para las naciones hay que comenzar por iluminarnos a nosotros mismos.

Por último, aclaro que mis artículos siempre van solo dirigidos para mi pueblo, el pueblo judío, tanto dentro como fuera de Israel y nunca para evangelistas mesiánicos. Lo aclaro por el hecho de que me informaron que muchos me argumentaron con la Biblia “reina Valera” y con términos y versículos sacados de los evangelios. Y considero una enorme falta de respeto y un insulto a todas aquellas sectas o religiones que tratan de evangelizar a otros y en especial a mi pueblo.

También quiero aclarar que los amedrentamientos no me intimidan y no pienso ceder ante la presión de unos pocos.