El intento del Cuarteto de mantener viva la solución de dos Estados

3 agosto, 2016

Su informe es más equilibrado que de costumbre

El 1 de julio de 2016, el Cuarteto de Oriente Medio publicó su último informe, centrándose en las principales amenazas a la consecución de un acuerdo de paz negociado entre Israel y la Autoridad Palestina y ofreciendo recomendaciones para avanzar en la solución de dos Estados. Mientras que el informe afirma específicamente que un acuerdo sobre el estatuto permanente sólo puede lograrse a través de negociaciones bilaterales directas, se pretende destacar las áreas donde ya se puede avanzar en la solución de dos Estados, dada la continua ausencia de un proceso político.
Aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU (Resolución CSNU 1435) en 2002, se formó el Cuarteto para infundir un nuevo impulso a las negociaciones entre israelíes y palestinos, complementando la mediación estadounidense con el apoyo de tres jugadores fundamentales: la UE, la ONU y Rusia. Hasta la fecha, este organismo ha hecho dos contribuciones notables al proceso palestino-israelí: la Hoja de Ruta (aprobada por la Resolución CSNU 1515 en noviembre de 2003); y las tres exigencias estipuladas como condiciones previas para el diálogo con Hamás, tras la victoria de este último en las elecciones legislativas palestinas de 2006 (compromiso con la no violencia, reconocimiento de Israel y aceptación de los acuerdos previos entre Israel y la OLP y sus obligaciones relacionadas).
El nuevo informe del Cuarteto refleja que la situación actual es insostenible, alimentando el extremismo y el radicalismo que finalmente conducirán a un ciclo de aumento de la violencia y la inestabilidad.
En consecuencia, el informe se centra en medidas concretas inmediatas que deben tomarse a fin de «invertir las tendencias actuales y avanzar en la solución de dos Estados.» Con esta meta, el informe identifica tres temas centrales como las perspectivas que socavan gravemente la paz.
La primera cuestión es la continuación de la violencia, los ataques terroristas contra la población civil, y la incitación a la violencia en curso. En este sentido, el informe ofrece una visión equilibrada haciendo referencia a los 250 ataques terroristas e intentos de ataques de palestinos contra israelíes en los últimos meses. El informe señala que los palestinos que cometen ataques terroristas con frecuencia son glorificados públicamente; que los medios sociales son utilizados como un medio para difundir la incitación a la violencia; y que los miembros de Fatah bendicen a los ataques y a sus autores.
Asimismo, señala que mientras la dirección de la AP ha expresado su oposición a la violencia, los líderes palestinos no han condenado clara y consistentemente los ataques terroristas específicos, y las calles, plazas, escuelas fueron nombradas en honor de los palestinos que han cometido actos de terrorismo. Al mismo tiempo, el informe critica a los extremistas y a los autores de los ataques Tag Mejir (etiqueta de precio) israelíes; la incitación israelí en algunos sitios de medios sociales; y declaraciones de funcionarios israelíes en apoyo del uso de la fuerza letal contra los atacantes palestinos.
La segunda cuestión es la expansión de los asentamientos, la designación de la tierra y la negación de la construcción palestina, que el informe los conecta como el reflejo de una política unificada por parte de Israel. En este sentido, el informe señala que la política israelí de continuar construyendo viviendas en asentamientos plantea preguntas sobre las intenciones a largo plazo de Israel, especialmente a la luz de las declaraciones de algunos ministros israelíes insistiendo en que nunca habrá un Estado palestino. En concreto, el informe critica la designación de más del 70 por ciento de la tierra en la zona C para uso exclusivo de Israel, con casi el 30 por ciento restante de la zona C de la tierra fuera de los límites para el desarrollo palestino. Acentuando este punto, el informe especifica que de las más de 2000 presentaciones entre 2009 y 2013 para el desarrollo palestino en la zona C, sólo 34 permisos de construcción fueron aprobados, de facto, dejando a los palestinos «con pocas opciones, empujados a construir sin permisos.»
El informe afirma que los asentamientos se construyen de manera consistente y expandida. Es significativo que, por primera vez, el informe se refiere al número de israelíes que residen «profundamente en Cisjordania», lo que podría implicar que estos asentamientos merecen más atención.
La tercera cuestión problemática es la situación en Gaza, con énfasis en la acumulación ilícita de armas y la actividad militante, la grave situación humanitaria, y la ausencia de la unidad palestina.
El informe concluye con diez recomendaciones de política, ninguna de las cuales se refieren a parámetros de un posible acuerdo o se corresponden con los marcos políticos anteriores de propuestas para resolver el conflicto. En cuanto al contenido, las diez recomendaciones pueden ser agrupadas en tres grupos. Un grupo (que comprende cuatro recomendaciones) se refiere a ambas partes, y pide que se disminuya la tensión; fomente la prevención de la violencia; respeto al alto el fuego en Gaza, y el fomento de un clima de tolerancia y la lucha contra el extremismo. Otro grupo (de tres recomendaciones) se refiere a la actividad palestina y pide cesar la incitación a la violencia; mejorar la gestión pública palestina y el fortalecimiento de las instituciones; y la reunificación de Gaza y Cisjordania bajo una sola dirección palestina sobre la base de la plataforma de la OLP y del Cuarteto.
Un tercer grupo (también de tres recomendaciones) se centra en Israel y llama a cesar la actividad de asentamientos; la implementación de cambios de política significativos, incluyendo la transferencia de poderes y responsabilidades en la zona C; y acelerar la reducción de las restricciones impuestas sobre Gaza, teniendo en cuenta la necesidad de Israel «para proteger a sus ciudadanos de los ataques terroristas.»

Un giro más
equilibrado hacia
el conflicto entre Israel y los palestinos
A pesar de la crítica de Israel, desde su propia perspectiva, el informe incluye tres elementos positivos centrales. En primer lugar, se enmarca la situación como un conflicto político en el que ambas partes tienen una parte considerable de culpa. En este sentido, el informe es un cambio refrescante de los informes internacionales, los documentos y los movimientos que enmarcan el conflicto como una cuestión de derechos humanos en los que Israel es la potencia ocupante que viola deliberadamente los derechos humanos fundamentales de las víctimas palestinas. En segundo lugar, el informe plantea claramente la cuestión de la incitación palestina como una práctica que debe ser abordada con seriedad y alude específicamente a todos los ataques llevados a cabo por los palestinos en los últimos meses, refiriéndose a ellos como «ataques terroristas» y atribuyendo la responsabilidad a la AP por no condenar, e incluso apoyar, estos actos violentos. En tercer lugar, el informe establece específicamente que un acuerdo sobre el estatuto permanente para poner fin al conflicto sólo puede lograrse a través de negociaciones bilaterales directas y no a través de acciones unilaterales. De este modo, el informe no propone ni implica que la comunidad internacional apoye la estrategia palestina actual de internacionalización del conflicto, o que este enfoque vaya a dar sus frutos.

Las críticas de Israel
y de los palestinos
al informe
Ambas partes han expresado su consternación con el contenido del informe. La crítica oficial de Israel se basa en la afirmación de que la actividad de asentamientos no es un obstáculo para la paz. Los palestinos rechazaron el informe, teniendo en cuenta la igualdad de culpa colocada en ambas partes. En este sentido, la dirección palestina ha llamado al vocal en el Consejo de Seguridad de la ONU para rechazar el informe y ha implicado en voz baja que ya no va a tratar con el Cuarteto como un cuerpo, sino más bien que trabajará con cada uno de sus cuatro miembros por separado.
La futura relevancia y el impacto del informe no son claros. Una posibilidad es que el informe será archivado, junto con muchas otras iniciativas, documentos, planes y resoluciones relativas al conflicto de décadas. Otra posibilidad es que el documento servirá como punto de referencia para la comunidad internacional en los futuros debates y negociaciones sobre el conflicto palestino-israelí. De cualquier manera, el documento refleja una desesperación evidente entre la comunidad internacional con respecto a la viabilidad de llegar a una solución permanente al conflicto en las actuales circunstancias, y por lo tanto la necesidad de pasar a un enfoque más pragmático y sensible al mismo tiempo. Para el Cuarteto, esto se traduce en la necesidad urgente de que ambas partes tomen acciones concretas en el corto plazo con el fin de mantener la pertinencia de la solución de dos Estados. ■

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2 thoughts on “El intento del Cuarteto de mantener viva la solución de dos Estados”
  1. Veo esencial que Gaza dejé de estar en manos de un grupo terrorista. Que la AP fomenté un discurso de paz y concordia. Y que los refugiados palestinos pierdan su estatus privilegiado y sean considerados dentro de la ACNUR, como cualquier otro refugiado del mundo. Creo que el origen y enquistamiento de este conflicto se debe en gran parte al antisemitismo de muchos gobiernos que les impide actuar con verdadera neutralidad entre Israel y palestinos.

  2. En general el informe es muy coherente, sin embargo cuando no existe una intención de negociación, Israel en posiciones de un estado único mientras los palestinos sin liderazgo, no sirve para nada.

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