El Gran Rabino Sefardí se opone a la pena de muerte

7 enero, 2018
Itzjak Yosef - Foto Wikipedia

Itzjak Yosef, el rabino jefe de los sefardíes en Israel expresó su preocupación de que la aprobación de la pena de muerte haría que se aplique en el futuro a terroristas judíos que asesinen a los árabes, y añadió que la pena capital está prohibida de acuerdo con la ley judía.
Además, su preocupación coincide con la del servicio de seguridad interior Shabak de que la ejecución de terroristas palestinos provocará ataques y secuestros contra judíos en el extranjero.
“¿Cuál es el beneficio aquí? Todos los oficiales de seguridad dicen que no hay mucho beneficio en esto de imponer la pena de muerte. Es por eso que todos los grandes y verdaderos sabios siempre estuvieron en contra de la pena de muerte”, dijo Yosef. “No se trata de izquierdistas o derechistas. Se trata de una consideración cuidadosa. Un hombre inteligente, un gran hombre, considera estas cosas”, agregó.
Una votación preliminar de la Knéset aprobó la semana pasada el proyecto de ley de pena de muerte, con el partido ultraortodoxo sefardí Shas votando a favor.
Mientras que el rabino sefardí no realizó una decisión oficial halájica para el partido Shas ya que su oficina no le permite intervenir en asuntos políticos, muchos en el público sefardí lo ven como el sucesor de su padre, el rabino Ovadia Yosef, el líder espiritual de Shas, y le dan mucha credibilidad a sus palabras.
Ahora, el partido Shas tendría dificultades para apoyar la propuesta de ley del ministro de Defensa Avigdor Liberman (Israel Beitenu) sin examinar seriamente el aspecto halájico, como sí lo hizo el partido ultraortodoxo ashkenazi Judaísmo Unido de la Torá, cuyos miembros se ausentaron de la votación la semana pasada para no tener que apoyar la legislación.
En la actualidad, los tribunales militares están autorizados a imponer la pena de muerte a los terroristas condenados a condición de que la decisión sea tomada por unanimidad por el panel de tres jueces.
Sin embargo, la nueva legislación busca moderar significativamente los criterios al permitir que una mayoría simple de un tribunal militar dicte dicha sentencia, al mismo tiempo que extiende la jurisdicción sobre el asunto al ámbito de los tribunales civiles y hace imposible la reversión de una pena de muerte que se pronunció en un veredicto final.
Dirigiéndose a la plenaria de la Knéset, el primer ministro Biniamín Netanyahu dijo que respaldaba la razón de ser de la ley.
“Quien tenga un cuchillo, asesina y ríe, merece morir. No merece vivir”, dijo Netanyahu, refiriéndose al caso de la masacre de la familia Salomon en Halamish por parte de un joven palestino.

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