El certamen de Eurovisión en Israel está en peligro

Netta Barzilai Foto: Wouter van Vliet EuroVisionary Wikimedia CC BY-SA 4.0

El ministro de Finanzas, Moshe Kahlon, advirtió que la celebración de Eurovisión en el país podría suspenderse si no se soluciona la disputa entre el Gobierno y el ente de radiodifusión sobre quién debe financiarlo.

«Si la Corporación de Radiodifusión Pública (IPBC, también llamada Kan) no quiere ser anfitrión, Eurovisión no ocurrirá», advirtió el ministro en una entrevista al diario Yediot Aharonot.

Kahlon señaló que Kan cometería «un gran error» si opta por no celebrar el concurso, al que tiene derecho tras el triunfo en la edición de Lisboa de la representante israelí, Neta Barzilai, con el bailable tema «Toy» (juguete).

El problema reside en la exigencia de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) de aportar 12 millones de euros de garantía, que tenían que haberse abonado antes del 1 de agosto, y ahora se ha extendido el plazo hasta mañana día 14.

Kan asegura que es el Gobierno quien debe hacer frente al pago y argumenta que no tiene fondos en su presupuesto para ello y ha dado de plazo hasta mañana al Tesoro para aportar la cantidad.

El Ejecutivo, sin embargo, cree que el dinero tiene que salir de los cerca de 180 millones de euros de presupuesto anual con los que cuenta la corporación y, según Kahlon, esta «tiene capacidad para transferir la suma en un minuto».

La corporación respondió asegurando que han dicho «en todo momento que IPBC no puede hacer frente al coste de producción. Si el Gobierno decide financiarlo, Eurovisión se celebrará en Israel. De nuevo, IPBC insta a quienes toman las decisiones a sentarse y llegar a un acuerdo sobre el presupuesto con el Tesoro».

Este último desacuerdo se suma a una serie de disputas sobre el concurso musical, desde que Barzilai se hizo con el triunfo en mayo.

El primero, fue la insistencia del Gobierno de celebrarlo en Jerusalén, la capital de Israel, cuya parte oriental reconquistada por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967, es reclamada por los palestinos.

Luego acechó también el probable rechazo de los ultraortodoxos judíos, contrarios a la realización de trabajos o uso de utensilios eléctricos en Shabat, lo que impediría realizar incluso ensayos ese día.

Además, también supone un obstáculo la situación jurídica de Kan, tras la aprobación de la ley de radiodifusión que la divide en dos canales, uno dedicado solo a las noticias y otro al entretenimiento, lo que le obligaría a dejar de ser miembro de UER y pedir su readmisión. EFE y Aurora

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