Los líderes de Israel se mostraron eufóricos cuando el presidente norteamericano, Donald Trump, declaró oficialmente la apertura de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén, en lo que se considera como uno de sus cambios más importantes de su política exterior.
El secretario del Tesoro norteamericano, Steve Mnuchin, y la hija y asesora de Trump, Ivanka Trump, revelaron la placa de la embajada ante una amplia audiencia de dignatarios.
El primer ministro, Biniamín Netanyahu, elogió la medida como un símbolo de lo que describió como la mejor relación que Israel haya tenido con un gobierno estadounidense: «Este es un gran día para Israel y un gran día para Estados Unidos».
«El presidente Trump, al reconocer la historia, ha hecho historia», apuntó Netanyahu en la ceremonia de inauguración, y agregó: «Estamos en Jerusalén y estamos aquí para quedarnos».
Mientras tanto, en Gaza se llevaba a cabo una violenta protesta, promovida por Hamás a lo largo de la frontera, que congregó a alrededor 40 mil personas, y en la que 59 palestinos murieron, según el Ministerio de Salud de la Franja controlado por la organización islamista.
Jerusalén alberga a cerca de 300 mil palestinos y la dirigencia palestina reclama que la parte este de la ciudad sea la capital de su futuro estado.
La Administración Trump ha aclarado que simplemente se está ajustando a la realidad al reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, y que de ninguna manera ha determinado los límites ni el estatus final de la ciudad, reiterando su compromiso con conducir un proceso de paz.
“Nuestra mayor esperanza es la paz”, manifestó Trump a los dignatarios reunidos mediante un video grabado.
«Estados Unidos sigue plenamente comprometido con un acuerdo de paz duradero y seguimos apoyando el status quo».
«Esta ciudad y toda el país es testimonio del espíritu inquebrantable del pueblo judío. Estados Unidos siempre será un gran amigo de Israel… le tendemos una mano de amistad a Israel, a los palestinos y a todos sus vecinos. Que se haga la paz, que Dios bendiga a todos los que sirven en la embajada».
Jared Kushner, asesor principal de la Casa Blanca y yerno de Trump, también prometió que Washington «apoyará un acuerdo de paz en todos los aspectos».
Kushner afirmó que la historia recordará que el «camino hacia la paz» comenzó cuando Estados Unidos «reconoció la verdad» de que Jerusalén es la capital de Israel.
Sin embargo, en el barrio de Arnona en Jerusalén, donde se celebraba la inauguración, centenares de personas protestaban contra el traslado de la misión diplomática.
El diputado Ahmad Tibi, de la Lista [Árabe] Conjunta afirmó que los palestinos «se sienten atacados y oprimidos porque sus derechos, sus derechos nacionales, están siendo usurpados por el presidente Trump».
«Pero Jerusalén es palestina y árabe, se mantendrá [de esa manera] incluso después de que Trump se vaya», aseguró Tibi.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, Saeb Erekat, calificó la decisión de Trump como un «acto hostil contra el derecho internacional».
Alrededor de mil policías fueron apostados en los alrededores de la embajada, mientras que el Ejército de Defensa de Israel dijo que había duplicado el número de efectivos en torno a Gaza y en Judea y Samaria (Cisjordania).
Al cierre de esta edición el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, viajaba a Israel para participar hoy miércoles en la ceremonia de inauguración de la embajada del país centroamericano en Jerusalén. La canciller guatemalteca, Sandra Jovel, llegó al país días antes para ultimar los detalles del traslado de la misión diplomática desde Tel Aviv.