Comedia inteligente

6 septiembre, 2017

Por Henry Weich
Jolei ahava (The Big Sick, USA, 2017). Dirección: Michael Showalter  
Podría categorizarse a este film como comedia romántica y sería erróneo hacerlo, porque ahí están los elementos de ambas partes de la designación. Pero se trata también de una exploración de la convivencia con un joven de origen paquistano que se encarna así mismo y que funciona como comediante de stand-up midiéndose con un racismo a veces circunstancial y a veces, no tanto. Pero el drama se da en una enfermedad potencialmente fatal, de ahí el título, no sólo se trata de drama y catarsis pero de mucho humor negro que permite a los personajes evolucionar de una manera convincente.
El guión lo han escrito en conjunto Kumail Nanjiani y la que era su novia y ahora esposa, Emily Gordon, algo que se podría considerar como basado en una historia real, una consideración que supuestamente debe impactar más convincentemente y que en general aborrezco porque un film es ficción, pero es este caso las cosas están bien llevadas y paso por alto mi reticencia.
La pareja, en el guión, se ha atrevido a hacerse vulnerable, internándonos en un tiempo traumático de sus vidas. Los sucesos que finalmente los llevaron a estar juntos son extremos pero no parece una manipulación por cierta honestidad en el procedimiento. Nanjiani está todo el tiempo presente y ese es un elemento crucial en la conexión emocional.
Al principio de la película Kumail está tratando de ganarse el sustento como standapista en un club nocturno y trabajando de día como taxista para la compañía Uber. Esto ocurre en Chicago, donde vive en un pequeño apartamento desordenado que comparte con Chris. Una noche en el club de comedia conoce a la inteligente y hermosa Emily encarnada por Zoe Kazan, que lo ha interrumpido, tal vez sin quererlo durante su aparición, hay una química inmediata entre ambos jóvenes que de entrada resulta en un romance de una noche con la promesa de no verse más, insisten en que no se están citando pero está muy claro que la mecha se ha prendido.
Entretanto resulta que Kumail tiene una vida con su familia de musulmanes devotos que insisten en arreglarle un matrimonio, la costumbre del viejo país, insoslayable.
En una comida familiar con los padres, el hermano y su esposa, suena el timbre y aparece una joven paquistaní, una posible candidata para Kumail que no quiere pero se lleva una foto de la candidata, lo que provocará la ruptura de parte de la ofendida Emily a la cual no se atreve a presentar a su familia, ni mencionarla dado que es una mujer blanca.
Entonces, como una especie de “Deus ex machina”, Emily cae gravemente enferma y sólo está Kumail que llega al hospital y tiene que autorizar lo que los médicos deben hacer, provocarle un coma para poder tratar un infección que avanza a pasos agigantados. Inmediatamente aparecen los padres, Holly Hunter y Ray Romano, el conocerlos provoca una posición inconfortable para Kumail, en tales extremas circunstancias la hostilidad de Holly al principio que va cambiando gradualmente en aceptación, no hay aquí nada pegajoso como un melodrama o sentimental y no hay razón para ello, la situación está bien llevada y la actuación de la veterana Hunter es encomiable.
Tratándose de un actor de stand up, los diálogos son lo mejor del film en una comedia romántica que sacan del paso a la película cuando a veces trastabilla. Hay muchos momentos cómicos excelentes en esta comedia inteligente que logra una conexión humana entre los personajes de distintos entornos y distinto modos de ser, mérito también obviamente del cineasta y del elenco.

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