Clinton y Trump procuran el voto estadounidense en Israel

2 noviembre, 2016
Foto: Facebook

A una semana de las elecciones en EEUU y con empate técnico en estados clave como Florida, republicanos y demócratas apuran la campaña presidencial en Israel, el cuarto mayor reservorio de voto estadounidense en el extranjero.

«El voto en Israel podría influir en Ohio y Florida» explicó en Jerusalén David Friedman, asesor del candidato republicano, Donald Trump, sobre asuntos israelíes y que la semana pasada viajó a Israel para un acto de campaña en el que recordó la escasísima diferencia que dio la victoria al republicano George W. Bush en el año 2000 frente a su rival demócrata, Al Gore.

El Programa Federal de Asistencia al voto de EEUU estima que 133.580 residentes norteamericanos en Israel tienen derecho a votar, lo que supone así la cuarta comunidad más amplia de electores en el exterior después de Canadá (660.935), Reino Unido (306.600) y Francia (156.899).

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De hecho, Tel Aviv es la segunda ciudad del mundo, por detrás de Vancouver (Canadá), con mayor número de electores estadounidenses: más de cien mil, la mayoría de ellos con doble nacionalidad.

Aunque tradicionalmente los votantes de EEUU en el extranjero apenas votan (en 2012 no superaron el 5%), los partidos no olvidan cómo el voto exterior le arrebató el triunfo a Al Gore hace 16 años.

«Buscamos movilizar electorado, porque estamos convencidos de que la mayoría de los residentes aquí son demócratas», declaró Sheldon Schorer, uno de los responsables de la campaña demócrata en Israel, enfocada en ayudar a los votantes a solicitar su voto e inscribirse.

Aunque no han realizado grandes eventos, han trabajado dando charlas y conferencias y difundiendo en las redes los mensajes de Hillary Clinton que consideran más favorables para Israel.

Los republicanos, sin embargo, han desplegado toda su artillería, abriendo varias oficinas de información y organizando un simbólico encuentro frente a la Ciudad Vieja de Jerusalén que incluyó una videoconferencia con Donald Trump, en la que este habló de sus vínculos con el pueblo judío y prometió volver a hacer, tanto a Israel como a EEUU, «seguros de nuevo».

Marc Zell, líder del Partido Republicano en Israel, aseguró que el 80% de los que mandaron su papeleta en los anteriores comicios optaron por su partido, por lo que confía en atraer el voto también en esta ocasión.

Los republicanos han llevado el rostro de Trump incluso a Judea y Samaria (nombres bíblicos de Cisjordania), donde trata de hacerse con el apoyo de los colonos judíos allí asentados.

El pasado agosto lanzaron una campaña en hebreo dirigida a israelí-estadounidenses de segunda y tercera generación que, en opinión de Zell, «no tienen relación ni conciencia política en EEUU», por lo que necesitan un mensaje particular.

A diferencia de anteriores comicios, Israel ha estado bastante ausente de la campaña estadounidense, como demuestra el hecho de que ninguno de los candidatos presidenciales nombrara ni el país ni el conflicto con los palestinos, ni las inexistentes negociaciones de paz durante su tercer y último debate.

Las preocupaciones de los votantes estadounidenses en Israel también dejan bastante de lado el conflicto que vive el país con los palestinos y estos se muestran más intranquilos por la situación general en Oriente Medio y por el aumento del terrorismo islamista.

Muchos son críticos con el recorrido de la administración del presidente estadounidense, Barack Obama, en asuntos como el acuerdo nuclear con Irán -al que el gobierno del primer ministro, Biniamín Netanyahu, se opuso ferozmente sin éxito- o el posicionamiento de EEUU en el conflicto en la vecina Siria.

Obama «es el responsable del caos regional», dijo la simpatizante republicana con doble nacionalidad Chana Givon, que ve en Clinton una extensión de las políticas del actual mandatario.

Una opinión que rebate la voluntaria en la campaña demócrata, Hadass Tesher, quien insiste en que solo Clinton garantizará «la seguridad de Israel y de la región».

Respecto al conjunto de la sociedad israelí, según una reciente encuesta del Instituto de Democracia de Israel (IDI) y la Universidad de Tel Aviv, el 55% confía en que ganará Clinton, mientras que solo un 25% ve a Trump en la Casa Blanca.

Según este sondeo, un 63% de la población israelí cree en que Clinton forzaría un regreso a la mesa de negociaciones con los palestinos, mientras que solo un 8% creo que Trump lo impulsaría.

Si en algo coinciden los votantes de uno y otro lado es en considerar que, independientemente de quien salga elegido, la alianza entre Washington e Israel es estratégica y no cambiará. EFE y Aurora

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