Chelsea pide a los fans que suspendan canción antisemita

11 septiembre, 2017
Chelsea. Foto Wikipedia

El club de futbol inglés aboga por detener la canción de aliento al delantero Alvaro Morata que contiene “He hates the f * Yids” (Él odia a los jodidos judíos). Andrew Heaney Jersey ULTRA BOOST 2017 Chelsea se vio obligado a suplicar a sus fans que abandonaran la canción antisemita durante una victoria por 2-1 en Leicester City. adidas bounce uomo Morata anotó su tercer gol para el Chelsea desde su pase desde el club Real Madrid. Under Armour Micro G Torcia Nike Air Mag Pero la adulación de la estrella de España se volvió fea cuando los fans del Chelsea cantaron una canción dirigida a su odiado rival de Londres Tottenham Hotspur, new balance homme ml574 bleu que tradicionalmente ha atraído el apoyo de las comunidades judías de Londres. Notre Dame Fighting Irish “Alvaro, air max 2017 blu donna

Alvaro. Viene de Madrid. adidas gazelle homme blanche Charlotte Bobcats Odia a los Yids”, Aaron Rodgers Cal Jerseys cantaron los partidarios del Chelsea en el King Power Stadium. El manager del Chelsea, asics running Boise State Broncos Antonio Conte, new balance 420 homme grise Nike Air Max fue preguntado por la canción y su contenido antisemita en la conferencia de prensa después del partido, asics femme Sac À Dos Fjallraven Kanken pero el jefe de comunicaciones y asuntos públicos, Maglia Larry Bird Steve Atkins intervino rápidamente. nike air huarache dames rood

“No creo que Antonio fuera consciente de la canción así que si puedo hablar en nombre del club”, PUMA evoTOUCH homme dijo Atkins.

Compartir
One thought on “Chelsea pide a los fans que suspendan canción antisemita”
  1. Por muchas leyes y castigos que hayan recibido los hinchas ingleses no han cambiado mucho, la Tragedia de Heysel en 1985 y la Tragedia de Hillsborough en 1989 provocaron que Margaret Thatcher se decidiese a actuar con contundencia para erradicar el «hooliganismo», pero sólo hay que ver la película Hooligans del 2005 y no sólo existen niñatos de hoy que no ven la violencia que ven las personas normales, es que además aparecen alentando el comportamiento violento o denunciando la imagen distorsionada de los medios que en la película no existiría. En España el fenómeno de los violentos en el fútbol es distinto al inglés, no es tanto violencia por violencia, está muy politizado con los neonazis acaparando la mayoría de los grupos ultras, además entre los más perturbados en ideologías nazis. Hasta hace poco los presidentes los contrataban de coaccionar a los opositores, como en el Real madrid hicieron Ramón Mendoza, Lorenzo Sanz y Ramón Calderón, este último llegó al paroxismo al contratar a los neonazis rivales del Atlético de Madrid. A partir de entonces y con la llegada de los millones de los derechos de las televisiones internacionales empezaron a esconderlo más y a dejar de decir que esta gentuza era «la que daba ambiente en el estadio». Las leyes antiviolencia y antirracistas también se endurecieron, pero son contados los casos o no suponen ningún castigo a los clubs ni aficionados. El Frente Atlético continua coreando el asesinato a un aficionado vasco, además los neonazis coaccionaron a los testigos y a la hermana de la vçitima dentro mismo de los juzgados, o volvieron a asesinar a un aficionado gallego durante una pelea, y el juez dejó libres a todos ya que la policía se equivocó con la única prueba que aportó, la grabación lejana de una cámara de seguridad que además llegó a funcionar por pura suerte. Los insultos continuos salen a la luz si algún medio tiene ganas de rellenar minutos o por algún jugador que se marcha ya harto o son de especial intensidad, como los insultos racistas contra jugadores de color, como famosos casos contra Eto’o o Dani Alves, o los antisemitas como fue el caso del guardameta israelí Dudu Aouate, ya para qué hablar de los constantes insultos generalizados contra los equipos vascos y catalanes, pero yo he visto muchos partidos por televisión y nunca aparece nada que destacar, cuando seguro que ocurre constantemente. Hace años el estadio de mi ciudad apenas tenía separación entre el terreno de juego y las vallas, eran habituales los insultos contra el árbitro y casi se convirtió en una costumbre esperar a los colegiados para insultarlos o apedrearlos, algunas veces también al autobús del equipo rival, una vez vi a un padre felicitando a su hijo porque acababa de escupir en la cara al juez de línea. Esto en un equipo que estuvo un par de años en primera, en otro equipo cercano de menor categoría creo que los árbitro contrataban un seguro de vida por si acaso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.