Pablo Sklarevich
El establishment militar israelí no se hace ilusiones y entiende que Irán ha conseguido logros estratégicos claves en los últimos años de conflicto regional. Uno de ellos es una frontera terrestre con Israel en el sur del Líbano y Siria.
Teherán ha invertido fuertemente en la guerra civil siria, ha apostado en grande por el sostenimiento del régimen del presidente sirio Bashar al Assad, y no va a renunciar fácilmente a lo que considera que son sus ganancias estratégicas.
Ali Alfoneh, un investigador del centro de estudios Atlantic Council le dijo al periódico The New York Times que identificó diez bases militares iraníes, siete de ellas son bases tácticas pequeñas situadas cerca de los frentes activos y tres bases principales que supervisan las actividades en todo Siria, una cerca de Alepo, y dos de ellas al sur de Damasco, cerca de la frontera con Israel.
Alfoneh, que rastrea los reportes de los combatientes extranjeros fallecidos en Siria sostiene que la cifra de muertos ha disminuido sustancialmente a medida que la balanza de la guerra se inclina a favor de Assad. Pero en vez de abandonar el país, las milicias parecen fijar su vista ahora en Israel.
El rotativo indica que el número de efectivos militares iraníes en Siria ronda desde muchos cientos a pocos miles, que controlan alrededor de 20 mil combatientes, suministrándole a Teherán un potente brazo armado en el país árabe.
Esos combatientes incluyen a seis mil miembros de Hezbollah. La mayoría del resto procede de Afganistán, Irak, Líbano, Pakistán, etc., estimulados a combatir por dinero y efervescencia religiosa chií. De hecho la mayoría cree que está cumpliendo una jihad (guerra santa) en Siria contra los enemigos de su fe.
“Irán se ha dado cuenta que en realidad es posible mantener un frente contra Israel donde no hay guerra, pero tampoco paz”, sostiene Alfoneh.
Al mismo tiempo, Irán ha establecido un corredor terrestre hacia el Mediterráneo, a través de Irak, Siria y Líbano que facilitaría el transporte de armas y efectivos.
Así, crece para Israel la importancia estratégica de la meseta del Golán. Se trata de una plataforma geológica que puede concebirse como un balcón desde donde se controla todo el norte de Israel. La posesión del Golán le ha permitido al Estado judío mantenerse relativamente al margen de la guerra civil en el país árabe vecino; algo que podría haber llegado a su fin tras la infiltración reciente del dron iraní en territorio israelí.