Bendición sacerdotal. Reflexión.

19 junio, 2024 , ,
Foto: Captura de pantalla de YouTube

El Eterno habló a Moshé, para decir: “Habla a Aharón y a sus hijos, para decir: Así bendecirán a los hijos de Israel, diciéndoles: …”
Libro de Números, capítulo 6 versículos 22-23

 

Bendecir al otro.

No cabe duda que cada hombre tiene su ego (que según el psicoanálisis de Freud se trata de una instancia psíquica que se reconoce como el “yo”). Y por otro lado también se entiende como un exceso de autoestima.

Por otro lado, el egoísmo se define (de acuerdo al diccionario) como un inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente su propio interés, y desinteresarse del de los demás.

Por último, egocentrismo, que sería una exagerada exaltación de su propia personalidad, hasta considerarla como centro de atención y de las actividades generales.

Y es luego de esta introducción, puede que podríamos entender, el motivo o la causa de que, a muchos de nosotros nos cuesta menos participar y acompañar a nuestro prójimo en la desgracia, y por el contrario, se requiere mayor dosis de esfuerzo y energía psíquica y espiritual para hacerlo participe de nuestras alegrías, o alegrarnos y desear lo bueno para nuestro compañero. O sentirnos felices con sus logros y triunfos, de igual forma como si se trataran de algo nuestro y propio.

En el judaísmo tenemos la máxima de: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, entendiendo que lo que no me gustaría que me hicieran a mí, no debo hacerlo con el otro.

Y obvio, que desde el idishkait se habla del ietzer a Tov (del buen instinto) y del ietzer Hará (o el mal instinto-que es un probador al cual debemos vencer o superar).

También se habla de “un alma animal” y de un “alma espiritual”.

Es decir, una cuerda que es tensionada constantemente, toda nuestra vida por fuerzas de naturaleza opuestas o en contrario.

La Torá. El antídoto.

Dado que las fuerzas del mal instinto son muy poderosas, D’os ha tenido que balancear y es por esto que ha entregado la Torá. Una guía de vida o manual, y hoy por hoy, de acuerdo al léxico del presente un GPS o sistema de orientación para ese camino que es la vida o existencia humana en el mundo terrenal.

Parashat Nasó. Un coducto de bendición.

En medicina, utilizamos la palabra “ductus”, se trata de un pequeño vaso o conducto que habitualmente se encuentra cerrado, pero en ocasiones permanece abierto. Y más allá de su implicancia para el paciente y tratamiento por parte de los galenos, intento apropiarme de este vocablo, para repetir lo escuchado en ciertas disertaciones rabínicas, obvio basadas en escritos o fuentes de nuestra tradición.

Y es que, justamente entre el oficiante, los sacerdotes (kohanim) que bendicen al resto de los feligreses, y hacia y con estos últimos (levitas e Israel), se logra durante la práctica de la bendición sacerdotal, una unión muy peculiar entre la Shejiná (Divina presencia o la parte de D’os mas cercana al ser humano), en esa ligazón tan peculiar entre el infinito y su infinita bondad; y la gimnasia de que unos seres finitos bendigan a sus paisanos, imitando al Todopoderoso, y al bendecir también en forma reflexiva o por desborde ellos también obtienen una porción de esa berajá o bendición.

Bendecir. Final

Con la ayuda de Wikipedia, entiéndase: alabar, engrandecer, ensalzar a alguien. O colmar de bienes a alguien y hacer que prospere.

De tal forma, los sacerdotes de ayer (que lograban estar en la parte mas sagrada del Templo de Jerusalén), como los de hoy, deben darse la vuelta, y participar en esta poderosa bendición.

Es como si se pudiera direccionar y reflejar una inmensa luz por medio de un espejo.

De hecho, al final de cuentas, cuando los Querubines (ángeles con rostros de niños pequeños) que estaban sobre la tapa del Arca de la Alianza se miraban entre sí, solo en ese momento, se podía estar seguro que había paz o completitud en el servicio divino, ya que este es en verdad el objetivo de todo el servicio en el Beit Hamikdash (Sagrado Templo o la belleza de la creación), que cada hombre respete y quiera a su hermano imitando (copiando)  los atributivos que le fueron legados a Moshé por la fuente de toda vida.

La causa primera, que no deriva de otra causa, y que todo entendimiento surge de un deseo superior, con el objetivo que aquí abajo sea un reflejo de lo de arriba.

Como decimos paz arriba, y también paz aquí abajo. Una imagen en armonía y en sintonía.

La Bendición Sacerdotal gira siempre en esa dirección.

¡Shavua tov!

Dr. Natalio Daitch

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One thought on “Bendición sacerdotal. Reflexión.”
  1. Dr.Daitch: Ud.comenta que en el judaismo tenemos la maxima de que «amaras a tu projimo como a ti mismo». Entonces, como explica Ud. que en Israel, cuando miles de hermanos judios derraman su sangre para defender al Estado Judio, otros millones de «projimos» eluden la obligacion de defender a su casa???
    O es que la sangre de ciertos projimos es mas privilegiada que la de los otros????

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