¡Basta de institucionalizar al judaísmo!

24 abril, 2018
Foto ilustración Wikipedia

Gustavo F. Barck

Con esta nota quiero dejar en evidencia y advertir hacia el abismo en el que se dirige el pueblo judío por culpa de diversos sectores que se han olvidado de que somos justamente un pueblo, un pueblo con tradiciones, con valores, con costumbres, con una tierra patria, con conocimientos espirituales milenarios y con la creencia, el respeto y el culto a un único Di-s.

Decir que el judaísmo es una religión es una simplificación extremadamente errónea, el termino religión surgió en los primeros años del cristianismo, nosotros somos mucho más, somos el pueblo elegido.

Pero más allá de que muchos judíos y no judíos traten a nuestro pueblo como una mera religión es aún mucho más indignante y preocupante como muchos líderes tanto religiosos como políticos de todas las ramas tratan al judaísmo como si fuera una institución.

En varias ocasiones aclaré que el judaísmo no es una cuestión puramente de sangre ni de vientre, es mucho más, el verdadero judaísmo se encuentra en el alma, en los valores, en la espiritualidad, en las costumbres y obviamente en rendirle culto a Hashem y solo a él. Hay judíos sin embargo que se declaran laicos y está todo bien, es sumamente respetable, después de todo somos, como ya aclaré, un pueblo no una religión y como en todo pueblo puede haber gente creyente y gente que no, aunque en lo personal como yo suelo decir “un judaísmo sin Hashem es como un ´Romeo y Julieta´ sin ´Julieta´”, le falta la otra mitad, su esencia, lo que nos da sentido, lo que nos convirtió en el primer pueblo del mundo en adorar a el único y verdadero Di-s existente. Eso fue lo que nos diferenció y aun nos diferencia con otros pueblos, nuestra fe en Di-s y nuestra fe que él es UNO.

También alguien puede saber la Torá y el Talmud de atrás para adelante pero eso no significa que sea una persona espiritual y ni mucho menos que respete los valores propios de un judío.

Yo creo que nuestro pueblo no debe perder su esencia, me preocupa enormemente que cada vez más jóvenes se desentiendan del sionismo y de sus raíces judías y esto es claramente culpa de los líderes que en lugar de fomentar, ayudar, guiar y aconsejar deciden institucionalizar al judaísmo, creando normas extremadamente estrictas, discriminatorias e incluso me atrevería a decir que a veces fascistas cuando se tocan temas como “la ley del vientre” con la que ya deje una postura muy firme y con argumentos más que válidos para deslegitimar a esta absurda decisión tomada por unos pocos que fingen ser mayoría y aun peor sin el más mínimo sentido de la humildad se auto-atribuyen la verdad absoluta.

En mi vida eh hablado con muchos rabinos (No pretendo decir ningún nombre por una cuestión de respeto hacia ellos) sobre asuntos tanto personales como también sobre mi enorme preocupación respecto a la actual privatización del pueblo.

Cabe aclarar que charlé y debatí, siempre con respeto y en buenos términos tanto con rabinos ortodoxos, conservadores y reformistas y me ha dejado asombrado para mal que jamás argumentaran con la sabiduría ancestral de nuestro pueblo, utilizando solo términos institucionales y dejando de lado consejos y valores judaicos esenciales de la Torá,  del Talmud, del Pirkei Avot, o de ningún texto sagrado judío.

El judaísmo se está privatizando, está quedando para unos pocos que pretenden destruir nuestro pueblo para convertirlo en una especie de club vip.

¿Quiénes son los que más están desvirtuando al judaísmo? Lo dejé en claro en más de una ocasión pero vuelvo a arremeter contra los sectores más cerrados, aunque para que quede bien en claro este problema se está extendiendo por todas las ramas del judaísmo desde ya hace mucho tiempo, no pretendo echarles la culpa a una sola rama del judaísmo, esto nos compete a todos incluso individualmente.

Pero hay que aclarar que quienes tienen más poder en la actualidad, los ortodoxos, son los más responsables de que esto ocurra ya que ellos estando en constante contacto con la política israelí, y pudiendo influenciar para bien no lo hacen, pero quiero admitir mi gran admiración hacia los sectores ortodoxos por su dedicación a la Torá y por la gran sabiduría que ellos tienen, pero tener sabiduría de Torá no implica poner en práctica los valores que como judíos cada uno de nosotros tiene el deber de promover, enseñar y aplicar, en lugar de eso sus esfuerzos están más concentrados en chantajear al gobierno para beneficios propios que para el pueblo en general.

Por ejemplo, al querer hace poco privatizar el uso de las mikvaot (baños rituales) exclusivamente a aquellos que fueran ortodoxos, excluyendo el derecho al uso de estas mismas a los conservadores y reformistas. También el hecho de querer decidir si las conversiones por parte de los reformistas y los conservadores son o no válidos también es un intento de monopolizar y excluir a más de la mitad de los judíos del mundo.

Los judíos de la diáspora, somos los que más lo sufrimos, porque estamos a merced de lo que decide un grupo de elite al otro lado del mundo, sin siquiera teniendo la oportunidad de objetar en contra de las decisiones que toman a nuestras espaldas.

Es frustrante y realmente siento un gran miedo al ver cómo ciertos sectores nos están tratando de monopolizar convirtiendo a la cuna de la espiritualidad humana en algo tan frío y gris como un organismo desplazando a Di-s y a los valores para dejar lugar solo a leyes rabínicas frívolas y excluyentes.

El judaísmo necesita avanzar, crecer, estar pendientes de lo que ocurre en el siglo XXI. No podemos darnos el lujo de quedarnos en la edad media, por más temor que muchos sientan respecto a la “asimilación”, pero yo les aseguro que estos alejamientos de nuestra verdadera esencia y estas leyes frívolas y excluyentes son las que generan la verdadera asimilación, porque los jóvenes no queremos estar a merced de decisiones retrógradas y discriminatorias, ningún joven quiere ser parte de una institución. La mayoría de los sectores se quedaron varados entre el presente y el pasado y no saben cómo dirigir a las juventudes judías actuales. No queremos ser parte de la edad media pero tampoco queremos ser parte de una institución donde se promueve la discriminación y dejan de lado los valores espirituales que nuestro pueblo debería atesorar.

¿Cómo se supone que un joven judío que necesite de un consejo espiritual vaya a querer ir a hablar con un rabino si estos ahora se manejan como parte de una organización donde ya ni se habla de Di-s ni de la Torá? ¿Y por qué motivo un joven querría ser parte de una organización donde muchas veces son discriminados y rechazados por tener parejas que no son de la colectividad o también por ser hijos de matrimonios mixtos?

También les puedo asegurar que no hay interés por parte de las comunidades judías en fomentar a los jóvenes a que se acerquen a actividades culturales. Y si las hay, la mayoría no asiste por los motivos que expliqué en el párrafo anterior.

Esto no es ni más ni menos que el conjunto de incapacidades de los líderes políticos, culturales y espirituales, en primer lugar para ponerse de acuerdo debido a las constantes peleas que hay entre ellos por diferir en sus respectivas ramas de judaísmo y en segundo lugar por sus intentos de monopolizar para ver quién obtiene más poder.

Por último, quiero agregar que muchas de estas instituciones como por ejemplo lo es en mi país la AMIA, no nos representan a todos los judíos, sus presidentes no tienen potestad alguna para hablar por todo el pueblo judío de Argentina. Quiero aclarar que mi desacuerdo con dicha institución no implica que no busque y luche por que se haga justicia tanto al atentado a la AMIA como obviamente a la embajada de Israel y espero y rezo porque se haga justicia. También desde aquí ya sabemos quiénes fueron los responsables y quienes fueron hasta hace muy poco sus encubridores: amigos del régimen islámico de Irán.

Vuelvo a advertir, si algún líder o persona influyente está leyendo esto o ya ha leído alguno de mis artículos anteriores reconsideren seriamente hacia dónde pretenden llegar ya que si seguimos por este camino me atrevo a decir con mucha tristeza que nuestro pueblo va por un muy mal camino, ustedes son los responsables de la asimilación y el inminente desentendimiento de las juventudes judías del sionismo y nuestras tradiciones.

El cambio está en sus manos.

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