Atonía internacional contra el terrorismo palestino

8 agosto, 2017
Foto: Asamblea de las Naciones Unidas - Wikipedia

José Ignacio Rodríguez

La falta de voluntad así como la acción y reacción moral ante el mal se define como atonía. La comunidad internacional padece de una grave atonía que la impide actuar, con decidido valor, ante el peligroso yihadismo palestino, iraní y árabe en general. El mundo entero está sumido en un caos que favorece la proliferación de violentos grupos terroristas, valga la redundancia.

Las grandes gestas de valor, fe y esperanza, por un mundo mejor, quedan diluidas por la tibieza en las acciones conjuntas a nivel internacional, contra el mal. Una forma de maldad que reina y campa a sus anchas sin un aparente freno a las terroríficas acciones del mal. Los asesinatos de judíos se están convirtiendo, en algo de lo más habitual en la mayor parte del mundo. Los gobiernos democráticos, de los cuales cabría esperar todo en favor del bien, siguen la tortuosa vía de mirar para otro lado frente al terrorismo yihadista incluso dentro de sus propias fronteras. Unos gobiernos no toman ninguna acción preventiva contra la persecución mortal que están sufriendo todos aquellos que son judíos o se muestran abiertamente amigos de los judíos.

Los supervivientes del Holocausto (Shoá) siguen percibiendo, que el terror nazi no se ha acabado. El cáncer antijudío ha hecho metástasis, en la decrépita Europa. Una Comunidad Europea que mantiene con fondos propios, disfrazado de ayuda a la cooperación y los Derechos Humanos, a los multiformes grupos antisemitas de inspiración BDS. Las muchas quejas de Israel, ante los organismos internacionales contra la subvención de estos anacrónicos grupos terroristas, caen en aparente saco roto. La ONU y sus filiales siguen recaudando millonarios fondos para que se mantenga y expanda la incitación contra Israel, su Gobierno y los judíos en general. Los cincuenta y cinco millones de dólares que el Banco Mundial donará, a fondo perdido, a Gaza engordará las arcas de los terroristas de Hamás. Un ejemplo más de cómo se subvenciona el mal, por organismos internacionales de todo tipo.

Los actos vandálicos contra los judíos, comercios, centros sociales o sinagogas, entre otras instituciones, son el precedente histórico de la aniquilación de más de seis millones de judíos, en la Alemania Nazi y en el resto de países colaboracionistas europeos. No podemos quedarnos impasibles ante tan evidente incitación a la caza del judío particularmente en Europa. La llama del odio gratuito contra los judíos no se ha apagado en el Viejo Continente sino todo lo contrario. Las ingentes cantidades de dinero que recibe la Autoridad Palestina, gestor de los fondos y pagador de los asesinos de judíos, además de Hamás en Gaza es un escándalo que debe darse a conocer, en todas las formas posibles, en todos los medios digitales y en todas nuestras respectivas redes sociales.

El grave “pecado de omisión” por parte de los gobiernos democráticos de Europa, del justo y necesario socorro a las Comunidades Judías Europeas, está minando el propio Imperio Democrático convirtiéndole, en un aberrante colaborador necesario del yihadismo palestino. Las acusaciones contra los judíos, que se vierten en la mayoría de los medios occidentales promoviendo el rechazo a los judíos, su Gobierno, su política y la práctica religiosa del Judaísmo, son incitaciones contra los Derechos Humanos, la libertad de expresión y la libertad religiosa. Todo lo que hacen los judíos, sea en el campo que sea, es criticado, envidiado y descontextualizado.

Una vez más la injustificada actuación de Jordania y resto de países árabes frente al intento de asesinato del guardia de seguridad de la embajada de Israel en la Capital Jordana ha puesto de manifiesto, que los árabes solo están interesados en destruir a Israel sea cómo sea. La fortaleza integral del moderno Israel es la única solución humana frente al reto de supervivencia al que se enfrentan los judíos. Un moderno y democrático Estado de Israel que ha sabido levantarse de la nada y ser el referente mundial, en todo y para todos.

La atonía internacional de falta de voluntad, decisión, acción y reacción frente al mal es una enfermedad contagiosa de la cual debemos librarnos. Todos aquellos que creemos en la victoria del Bien sobre el Mal debemos luchar, en todos los campos y formas posibles, por defender al moderno Estado de Israel, en representación de todos los judíos dispersos por el mundo. Un fuerte Estado de Israel que representa la única seguridad de que los judíos tengan en el presente y en el futuro “una patria segura para el pueblo judío en la Tierra de Israel”.

Si todo esto que compartimos es ser sionista entonces yo me declaro orgullosamente sionista, sin complejos y con la intención de seguir incomodando la conciencia de cuantos me leen, escuchan y colaboran con el Cielo, para bendecir a los judíos. El veneno que se vierte en las redes sociales contra Israel debe ser contrarrestado, con el antídoto de la verdad. La obligación moral que tememos es llenar toda la red con la verdad acerca de Israel y sus buenas gentes. Todos, juntos, unánimes frente al mal y en favor del bien, que representa Israel. Ya lo dije antes, amigos, sin complejos. Nada de complejos y a publicar la verdad, para que nadie diga que siempre nos quedamos con lo mejor.

 

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