El ejército sirio arrebató a facciones islámicas y rebeldes el control de nuevas zonas en el este de la ciudad de Alepo (norte), mientras que los opositores abatieron un avión de la fuerza aérea nacional en esta urbe.
Las fuerzas gubernamentales sirias y sus aliados se hicieron con el dominio del barrio de Al Yazmati y tomaron nuevas posiciones en el distrito de Karam al Turab, próximo al aeropuerto internacional de Alepo, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Estos avances se producen después de que los leales al Gobierno de Damasco conquistaran el área de Tariq al Bab, en el noreste de la población.
Actualmente, los efectivos gubernamentales están tratando de asegurar la carretera que conduce al aeropuerto de Alepo por lo que centran sus operaciones en las inmediaciones de la base aérea, situada a diez kilómetros de la localidad.
Aun así, facciones islámicas abatieron un avión de la aviación siria en Alepo, en un ataque que acabó con la vida de los dos pilotos y que se produjo cuando el aparato se estaba acercando al aeropuerto.
Mientras, los disparos de la artillería gubernamental y de los cohetes de los grupos rebeldes continuaron hoy en distintas partes de la urbe.
El portavoz de la Defensa Civil Siria en Alepo, Ibrahim Abu Leiz, dijo que al menos nueve personas fallecieron y otras doce resultaron heridas en el distrito de Al Shaar y otras zonas del este por el fuego de la artillería de los leales al presidente Bashar al Assad.
Asimismo, otras cinco personas perecieron y decenas resultaron heridas por el lanzamiento de cohetes por parte de «organizaciones terroristas» contra áreas en manos de las autoridades en los barrios de Alepo Nuevo, Al Hamdaniya, Al Idaa, Al Ashrafie y la calle Nilo, en el oeste, informó la agencia de noticias oficial SANA.
Alepo es escenario de una ofensiva de las fuerzas gubernamentales que cuentan con el apoyo de aviones rusos, que tienen como objetivo expulsar a los rebeldes del este de población.
El coronel opositor Abu Firás, portavoz del insurgente Frente del Levante, descartó una salida negociada al conflicto en Alepo.
«Ahora, la batalla se está desarrollando en Alepo, el régimen no quiere negociaciones, tiene la ayuda de rusos, iraníes, de Hezbollah y de otros», subrayó Abu Firás.
Además, aseguró que los rebeldes no tienen intención de replegarse, pese a las pérdidas recientes: «No hay pensamiento de una retirada de la batalla hasta el final, porque los sacrificios hechos por el pueblo sirio no se pueden ignorar con una retirada».
No obstante, reconoció que la situación militar en Alepo para los opositores es mala, aunque existe entre los insurgentes «una determinación idealista».
«La lucha es atroz, especialmente porque los hijos de Alepo combaten contra la maquinaria de guerra de Rusia, que adopta una política sobre el terreno de violaciones, con ayuda de los aviones del régimen y sus bandas», destacó.
El Frente del Levante es una agrupación de facciones armadas que, sobre todo, opera en la localidad de Alepo, aunque en la actualidad también participa junto a otros grupos en la operación Escudo del Éufrates, apoyada por las fuerzas turcas, contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y las milicias kurdas al norte de la ciudad.
Dentro de Alepo, la situación humanitaria se deteriora cada vez más entre los civiles.
El cardiólogo Mohamed Abu Rayeb, uno de los pocos médicos que quedan en el este de Alepo, explicó que solo quedan operativos tres puntos sanitarios en la mitad oriental, después del cierre de todos los hospitales a finales de noviembre.
«Ahora mismo no podemos decir que haya quirófanos en el sentido estricto de la palabra, porque nos falta equipamiento y medicinas», señaló este cardiólogo.
Abu Rayeb consideró que «la situación sanitaria es muy mala, hay escasez de todo», ya que los puntos médicos están utilizando el poco material que no ha sido destruido y que se ha podido rescatar de los hospitales.
«Yo me encuentro en uno de los puntos médicos y aquí tenemos 150 heridos, falta anestesia y solo podemos prestar primeros auxilios», apuntó el médico, quien indicó que los centros sanitarios están bajo tierra para protegerse de los ataques. EFE