Gracias a las manifestaciones contra las presiones jaredíes
Después de las manifestaciones masivas en la ciudad de Ashdod contra el cierre de los centros comerciales los días sábado, debido a las presiones de la comunidad ultraortodoxa jaredí, el intendente Yehiel Lasri declaró que de todos modos los comercios en áreas residenciales serán multados.
El intendente de Ashdod manifestó en el ayuntamiento que, en cambio, los empleados municipales se centrarán en multar y cerrar tiendas que violen el día de descanso judío dentro de las áreas residenciales de la ciudad cercanas a los barrios religiosos y las sinagogas.
La ciudad costera convocó a repetidas protestas generalizadas a principios de este año cuando los funcionarios municipales comenzaron a multar a empresas en los grandes centros comerciales de la ciudad, que abren en Shabat (sábados de descanso).
El enfrentamiento de la ciudad rápidamente se convirtió en un desafío por los cambios del status quo contra la apertura de los negocios los sábados como consecuencia de la nueva legislación de la Knéset.
En enero, la Knéset aprobó una ley que otorga al ministro del Interior el poder de anular los estatutos de la ciudad, que permiten que se abran pequeños supermercados el día judío de descanso.
Coincidiendo con la aprobación de la ley, el municipio de Ashdod intensificó la aplicación de su propia ordenanza que impide a las empresas abrir en Shabat.
Las grandes empresas como el centro comercial Big Fashion son un imán para las familias seculares en el día de reposo, entre ellos los inmigrantes de la antigua Unión Soviética, que representan una parte importante de la población de Ashdod.
Entre los políticos de la Knéset que entraron en Ashdod para tomar una posición sobre el tema se encontraba el ministro de Defensa, Avigdor Liberman, cuyo secular partido Israel Beitenu tiene un gran número de seguidores entre los israelíes de habla rusa.
Lasri expresó ante el consejo que él asumió la total responsabilidad de lo que llamó la crisis de los últimos meses sobre la apertura de negocios en Shabat, y que es importante que los religiosos y los seculares logren los medios para vivir juntos en mutuo respeto.
La diputada Tamar Zandberg, del Partido Meretz, declaró que la decisión de Lasri es una gran victoria para el público y dijo: Hemos demostrado que cuando el público se pone de pie y lucha, gana. Ganamos esta batalla y también ganaremos la lucha para que funcione el transporte público los días sábados.
Por supuesto la voz del grupo ultraortodoxo se dejó oír. Hotem, una coalición de grupos ortodoxos, acusó al intendente de capitular ante “¡un puñado radical de personas!”, acusando a los ciudadanos que asistieron a las manifestaciones de “grupos periféricos”. “Dañando el Shabat se perjudica a todos”, manifestaron desde la misma organización radical.